You are not Alone [Changki]

XXV

No tardamos demasiado en llegar por fin a mi casa. Todo el camino fue silencioso. Ninguno de los dos levantó la vista del suelo y yo en ningún momento solté su muñeca la cual agarré para que fuera más rápido cuando nos pusimos a caminar.

Antes de entrar en mi casa, miré el reloj. Eran pasadas las 5 y mis padres ya se encontraban en casa.

-Chang. - Lo llamo, quedándome parado en frente de la puerta, y lo miro. Él levanta la mirada también para verme y con delicadeza, tomo ambas mejillas entre mis manos, acunando su rostro. Un leve sonrojo aparece en sus mofletes haciendo que sonría levemente, empezando a acariciarlos con los pulgares. -Mis padres se encuentran en casa. Necesito que actúes como si nada pasase. Mi madre puede ser algo chismosa y puede preguntar. Así que sonríe y todas esas cosas que hacen los niños felices. ¿Está bien?

-Me tratas como un niño pero tenemos la misma edad. - Su sonrisa se empieza a hacer presente y a mi pesar, aparto las manos de su piel con leves signos de acné. -Deberías pensar más en mí como un hombre y no como un niño.

-Tenemos 17 años, Changkyun. Ninguno seremos unos hombres de verdad hasta pasados los 20. - Suelto una risa, aprovechando el buen ambiente que hemos creado, abro la puerta de la casa.

Nos dirigimos a mi habitación, no sin antes saludar a mis padres que se encontraban en el salón mirando la televisión. Dejo la mochila encima de la mesa de escritorio y me siento en la cama, invitando al contrario a que se siente a mi lado. Lo hace sin rechistar y ambos soltamos un suspiro.

-Me gustaría preguntarte una cosa. - Mis palabras empiezan a salir por mis labios antes de que yo mismo logre pensar la pregunta que quería hacerle pero el menor ya está negando con la cabeza.

-Sé lo que quieres preguntarme y no quiero contestar. A pesar de que lo haga, lo más seguro es que no me creas. La gente no lo hizo en su momento a pesar de ver todo lo que pasó. - Se levanta de la cama para dirigirse a la silla, poniendo distancia entre ambos. Abre mi mochila y me pasa el libro de Historia del arte, haciendo que no pueda evitar fruncir el ceño. -¿No teníamos que hacer un trabajo? Busca información.

Chasqueo la lengua, rodeo los ojos y apoyo mi espalda en la cabecera de la cama abriendo el libro por una página cualquiera. No tengo ganas de ponerme a hacer el trabajo. Solo necesito una explicación por su parte para entender todo lo que está pasando, pero él, como no, se encierra en sí mismo.

Las cosas serían más fáciles pero parece que fácil no es el adjetivo adecuado como para describir toda esta situación. Hay veces que me cuesta entender las acciones de Chang, pero con esfuerzo y algo de empatía, logro hacerme una idea de por qué es así, de por qué actúa de esa manera.

Muerdo mi labio inferior, pensando en todo lo ocurrido e intentando hacerme una idea de lo que pudo haber pasado y por qué no me lo quiere contar, pero todo es una idea vaga que no pude tener el mayor sentido. Un fuerte suspiro sale de mis labios. Estoy estresado, confundido y sobre todo con mucha impotencia.

-Deja de pensar en eso. Solo consigues darme más presión. - Sus palabras me sacan de mis pensamientos y lo miro. Debo tener una cara de pura tristeza porque al verme, sus facciones que estaban tensas se relajan para pasar a la preocupación.

-Solo necesito saber que pasó, Changkyun. Todo el mundo te acusa de celoso, abusador, de que amas las peleas pero yo sé que no eres así. No puedes ser así. Te he visto en todas las facetas posibles. Te he visto feliz, con la sonrisa más grande que tu boca puede hacer. Te he visto triste, llorando litros de lágrimas. Te he visto incluso nervioso pero con una sonrisa tonta por culpa de un simple beso en un estúpido juego. - Es ahí cuando sus mejillas vuelven a sonrojarse levemente, incluso a parta la mirada. Me levanto de la cama, dejando el libro a un lado, me acerco a él para tomar ambas manos. -Hablame de tu pasado. Yo no te voy a juzgar. Te voy a creer porque tu palabra es mil veces más importante para mí que la que diga el loco de Jooheon.