La historia de cómo descubrí mi lado travesti y lo qué me llevó a esto es muy aburrida: Sólo se resume como "la vez que perdí una apuesta y tuve que vestirme como mujer", una experiencia mágica y que me hizo amar la sensación de usar falditas.
Vengo de una familia muy conservadora y religiosa, o sea que la homofobia ha sido parte de la familia por generaciones, aunque hoy en día tengo una tía lesbiana, un primo gay y una prima bisexual.
Creo que la homofobia generacional se ha ido quedando atrás poco a poco, ya que mucha parte de mi familia entiende que ya vivimos en tiempos muy diferentes a los suyos, y por ende no le dan tanta importancia al asunto y dejan que cada uno sea feliz como ellos quieran.Lastima que con mi padre es la excepción: Él repudia a su hermana y a sus sobrinos por ser parte de la comunidad LGBT, todo lo que se pueda considerar "femenino" en algún hombre, lo convierte en gay automáticamente para él.
Yo solo soy un travesti, y aunque he dudado de mi heterosexualidad, jamás he indagado mucho en eso; jamás he querido ser una mujer, solo quiero sentirme una de ellas.
Así que, para evitar los asquerosos traumas de mi padre, decidí tener este amor por la ropa de mujer en total secreto, y no solo de él, sino también de mi madre.Pase muchos años vistiéndome como mujer a escondidas desde pequeño. En un principio todo era normal, pero cuando llegué a la pubertad entendí que esto no era solo un gusto, era un fetiche. El sentir la ropa de mujer lograba provocarme erecciones que ni el mejor porno conseguía.
Seguían pasando los años, y todo en la vida se iba haciendo más claro: La homofobia de mi padre, los problemas en casa y el cuidado que debía tener para no ser descubierto usando ropa de mujer.
Todo llegó a un punto en que mis padres se separaron, ya que papá había guardado la homofobia de sus antepasados y la doble cara al tener una amante.
Para mamá fue algo duro, pero con el tiempo ambos salimos adelante. Legalmente la casa quedó a nombre de mi mamá, y aunque papá se fue él aún debía ir pagando mis gastos al ser menor de edad; aún así, mamá decidió conseguir trabajo, ya que papá mandaba el dinero contado, y para darnos ciertos lujos mamá tomó esta decisión, además de poder tener la mente despejada y no pensar en mi padre.Así que todos los días, al regresar de la escuela a la 1:30, yo tenía hasta las 9:45 para vestirme como toda una damita y en la noche regresar a mi apariencia masculina antes de su llegada.
Me pasaba horas vestido de mujer, hacía mi tarea como mujer, comía como mujer, iba al baño como mujer. Toda mi vida dentro de casa era la de una mujer, y eso me encantaba.
Con el tiempo se fue repetitiva mi rutina, por lo que decidí hacer algo nuevo: Cree un perfil falso en Facebook, y entré a varios grupos y comunidades travestis donde subía fotos mías vestido de mujer.
Era encantador leer las palabras de aliento, admiración y encanto hacía mi persona.
Tenía bloqueado a cada uno de mis contactos, gente conocida y gente conocida de mis conocidos, así nadie que pudiera reconocerme encontraría ese perfil. Y para más seguridad, el perfil era totalmente privado y nunca acepté ni envié solicitudes de amistad a nadie, solo era para compartir mi felicidad con más personas como yo.En la escuela yo era un chico "normal": No soy alto, incluso diría que soy un poco bajo con 1:65 m. Pero aún así no era el más bajo de mi clase; Soy de complexión delgada, pero hago deporte, en parte para presumir con los amigos, pero también para lucir mi cuerpo de mujer en mis grupos de Facebook.
Tengo muchos amigos, no soy el más popular, pero muchos dicen que tengo un carisma natural, y por eso soy bueno socializando. Y a pesar de tener un mejor amigo y una mejor amiga, nadie sabe ni sabría sobre lo que hacía solo en casa.Mi vida era prácticamente perfecta: De lunes a viernes en la escuela era un chico "normal", con buenos amigos, buenas calificaciones, en el amor no era muy bueno, pero no me importaba mucho; y por las tardes era Luna, el alterego que inventé para mi cuenta falsa; horas en las podía ser tan natural como yo quisiera. Donde hacer el aseo de casa, mis deberes, y masturbarme mientras usaba una falda/vestido, tacones y labial era el paraíso.
Y los fines de semana, eran para convivir sanamente con mamá, platicar de la semana, comer juntos, salir, etc. Mi vida era perfecta.
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Se Descubrió El Secreto
Non-FictionMuchos creen que el Travesti solo implica ser un bicho raro en la civilización, otros creen que solo se trata de vestirse como el sexo apuesto y ya, y muy pocos lo ven como el arte que es. Lo que nadie entiende es que por años, muchos guardan esta i...