Título: Falta de habla_ _ _ _ _ _
Y ahí iba él, siempre tan lindo y sonriente como siempre, dando una de sus tantas caminatas matutinas al rededor del parque que estaba frente a nuestras casas. Tenía pequeñas gotas de sudor en la frente y cuando volteó, yo me escondí detrás de la pared bajo mi ventana. Como siempre.
Mis padres habían ahorrado y trabajado muy duro para conseguir una casa en este residencial cerrada, era muy bonita y segura a decir verdad. Las casas habían sido construidas al rededor de un parque, abundante en césped verdoso y árboles llenos de flores. Casi todos mis vecinos solían salir al parque de en frente, ya sea para hacer ejercicios o despejar su mente un momento.
Luego estaba yo, que no salía de mi casa para nada.
Pero adoraba observar todo a través de la gran ventana de mi habitación, justo como estaba haciendo ahora mismo.
Detestaba tener que establecer lazos con otras personas debido a mi timidez e inseguridades, la última vez que creí tener un grupo de amigos, resultó ser todo lo contrario. Ellos simplemente me tenían en el grupo para "reírse de vez en cuando", decir que eso me afectó, es poco. Así que por eso estaba más que feliz de mudarme a un lugar en el que nadie me conociera
Era feliz observando como el resto de las personas desarrollaban sus vidas con alegría, mientras yo me encerraba en mi propio mundo, en parte era malo, pero así me aseguraba que no me vuelvan a tomar como un maldito chiste. Sí que me traumatizado con ese episodio en mi vida.
Solté un suspiro al verlo nuevamente tomar el ritmo de su caminata, él era el nuevo dueño de mis suspiros: Louis Tomlinson. Mi vecino desde que llegué a este lugar, nunca había intercambiado alguna palabra con él o su numerosa familia, pero verlo una vez a través de mi ventana fue suficiente para quedar flechada con el castaño. Sabía muy bien que jamás me atrevería a hablarle, pero así era feliz.
— Hija —mi madre entró en mi habitación y yo me giré a verla al instante—, te tengo una noticia.
— ¿Uh? ¿Qué es?
— Hoy vendrán los vecinos a cenar, estoy preparando algo delicioso —ella sonrió.
— Uh, bueno... Yo... —tragué saliva, empezando a jugar con mis manos por mi nerviosismo—, subiré mi plato cuanto antes y no los molestaré, ya sabes que prefiero estar aquí, en mi habi-
— No —ella me interrumpió con el ceño fruncido—, por eso mismo vine a decírtelo en persona. Tu padre y yo ya hemos hablado, te queremos abajo, cenando con nosotros y ellos —yo estaba a punto de decir algo, pero ella me calló con mirada enojada aunque luego cambió a una más dulce—. ________, sabes que nosotros te amamos y ya no queremos que te prives de algunas cosas. Sé que lo que pasó en la escuela fue algo traumático para ti, pero ya no queremos que sigas así, ocultándote del mundo que te rodea. Sí, hay personas malas en el exterior, pero también hay buenas y nunca las conocerás si sigues aislándote de todo el mundo.