El fin del mundo tal y como lo conocíamos no fue como todos esperaban. No hubo guerras, ni conflictos, ni grandes batallas. En su lugar, todo comenzó con un simple virus.
Antes de que alguien supiera lo que pasó, millones se infectaron y murieron.
El mundo nunca había visto una enfermedad como esta. La mayoría murió a las pocas horas de contraer la enfermedad, pero no todos. Algunos se convirtieron en monstruos solo vistos en las películas de Hollywood. Parecía que su único propósito en la vida era crear muerte y caos.
Algunos se convirtieron en portadores de la enfermedad, e infectaban a otros con su sangre. Se veían normales, se comportaban normalmente pero eran letales. Y otros parecían ser inmunes a la enfermedad, no se infectaban pero eso no era lo que importaba. Para todos aquellos que sobrevivieron, la vida les había cambiado para siempre.
Caos y destrucción reinaba en la tierra hasta que casi no quedó nada. Las ciudades fueron destruidas, todas las culturas con un gobierno trataron de erradicar el virus, pero fue en vano.
Las sociedades ordenadas de principios del siglo veintiuno no existían más. Aquellos que sobrevivieron se congregaron en pequeños grupos que llenaron todo el mundo y trataron de sobrevivir lo mejor que podían. Pero todo había cambiado...
Un ruido sordo fuera de su habitación, despertó a Baekhyun de su sueño. Preocupado se sentó, colgando sus piernas a un lado de la pequeña cama. Pasó una mano por su cara, trató de recordar qué día era, pero nada vino a su mente.
Él ni siquiera estaba seguro de si era de día o de noche. No había ventanas en el pequeño cuarto que habitaba. Solo una puerta, un pequeño catre, una caja que Baekhyun utilizaba como mesa de noche, una lámpara, una caja de cartón donde guardaba toda la ropa que tenia, y un lavabo con espejo. No era mucho, pero era suyo.
Se puso de pie y caminó hasta el pequeño lavabo en la esquina. Abrió el agua fría y la tomó en sus manos, echándola a lo largo de su cara. Cerró el agua, se miró en el espejo sobre el lavabo.
Levantó la mano, y tocó suavemente el color purpura alrededor de su ojo izquierdo. Bueno, al menos la inflamación había bajado un poco. Su labio inferior era otro asunto. Estaba roto e hinchado, con sangre seca en la esquina.
Él los había visto peores, pero eso no significara que el dolor fuera menor. Estaba cansado de recibir palizas. Por supuesto, también estaba acostumbrado a ellas. Tal vez ese era su problema. Se estaba acostumbrando a ser golpeado por todos lados por su padrastro y sus amigos.
Si eso no decía lo triste que era su vida, Baekhyun no sabía que lo hacía. Una persona nunca debía acostumbrarse a ser golpeada. Él no sabía que otra opción tenía. No tenía a donde ir, ni dinero para llegar allí. Alexander se había llevado todo su dinero ayer por la noche, justo antes de que él y sus amigos lo golpearan hasta sacarle la mierda.
Baekhyun estaba atrapado viviendo en el infierno con Alexander.
Él vivía en lo que fue una vez un armario de almacenaje, en el taller de reparaciones de autos de Alexander. Trabajaba desde el momento en que el sol salía, hasta que se ocultaba, reparando automóviles y en la estación de gasolina en frente.
No tenía intención de estar aquí para siempre. Él correría a la primera oportunidad. Incluso había ahorrado sus propinas hasta ayer por la noche. Tenía que, debido a que Alexander no le pagaba absolutamente nada por el trabajo que realizaba. Oh, Alexander siempre le daba la cantidad necesaria de comida y artículos personales, solo para mantener vivo a Baekhyun, pero solo eso.
Negando con la cabeza por la triste condición en la que estaba, metió la mano en la caja de cartón y sacó una camisa limpia que tenía que usar y se la puso. Se abrochó los pantalones y se puso sus zapatos.
Al llegar a la manija de la puerta de su pequeña habitación fue cuando escuchó otro ruido sordo fuera de ésta. Giró la manija lentamente, Baekhyun abrió la puerta y asomó la cabeza. Realmente esperaba que Alexander y sus amigos no estuvieran ahí también. Para él no era necesario correr hacia ellos de nuevo, al menos no hasta que sanara de la pequeña fiesta que le habían dado.
Mirando hacia afuera, no podía ver nada. El garaje estaba inusualmente oscuro. ¿Tal vez era de noche? Baekhyun estaba un poco confuso por eso. Si era de noche, Alexander debió haberlo dejado dormir pero nunca lo dejaba dormir.
Miró alrededor de la puerta, pero él aún no podía ver nada. Un pequeño destello de luz venía de la oficina de Alexander, lo que significaba que todavía estaba alrededor.
Simplemente perfecto. Baekhyun esperaba poder evitarlo, pero sabía que probablemente no podría.
Cerrando la puerta detrás de él, se dirigió hacia la puerta del fondo. Para llegar hasta ella, tendría que pasar por la oficina de Alexander, pero si realmente fuera cuidadoso, él podría ser capaz de de hacerlo sin que él lo escuchara.
Cuando Baekhyun avanzó caminando mas allá de la ventana de cristal ahumado de la oficina de Alexander, por el rabillo del ojo fue que vio las sombras moverse. Él se congeló, tratando de equilibrar el aire que corría rápidamente dentro y fuera de su pecho.
Fue cuando escuchó las voces procedentes de la oficina de Alexander que se dio cuenta que la gente que estaba en la oficina de éste no eran amigos de Alexander. No reconocía las voces, pero sabía que estaban enojados.
—Tú me engañaste, hijo de puta —gritó alguien.
—No fue mi intención, honestamente, Chanyeol. ¡Solo fue un error! —ese había sido Alexander. Simplemente reconocería esa voz en cualquier lugar.
—Tienes toda la razón, ¡Fue un error! —la otra voz gritó.
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El amo y su juguete (Chanbaek)
AkčníEl mundo está en ruinas, la sociedad dividida en aquellos que protegen y los que necesitan protección. Pero la protección tiene un precio que Baekhyun descubre cuando es vendido a Chanyeol, jefe de los Death Dealers. Él se sorprende cuando Chanyeol...