Mi amiga y mi no tan amiga

Amor

Un día Mariana me dijo que Alan le había dicho para que sean novios, hasta ese momento nunca había presenciado algo así, tampoco es que yo viviera fuera de la realidad, veía parejas en la televisión, en las películas, mis familiares y mis vecinos, pero ver como comenzaba una relación en la vida real, de una amiga mía, frente a mis ojos, se me hacía algo novedoso.

Fue por primera vez que me puse a pensar como sería tener un novio, pero en ese momento no había alguien que me gustara.

Un día como cualquiera, el profesor nos mandó a resolver el libro con el compañero que teníamos al costado, a mi lado estaba Adrián, así que resolví el libro con él, y todo normal, aunque yo era la que resolvía más los ejercicios, claro.

Los días siguientes, veía que Adrián volvía a sentarse a mi lado, quería que le explicara los problemas del libro, mi mamá siempre me enseñó que debo ayudar a mis compañeros, así que le ayudé, pero luego me pedía prestado un lapicero, o el borrador, yo amablemente le prestaba mis cosas.

Así durante un mes entero, al principio le ayudaba en todo, pero luego me di cuenta que andaba muy apegado a mí, eso me desesperaba un poco porque sentía que no me dejaba en paz, no sé qué era lo que buscaba, tal vez alguien que le ayude en sus tareas, yo podría haberle ayudado pero habían veces en que ni me daba espacio para respirar, y eso me estaba comenzando a hartar.

Tanto fue que me cayó mal, a veces le decía que no tenía borrador solo para no prestarle, y cuando se acercaba a mi para hacer el trabajo grupal, yo ponía mi cara de aburrimiento, aún así siempre estaba detrás de mí.

La chica que me cuidaba, Nina, se fue a vivir con su mamá, así que otra vez me estaba quedando sola, yo y mi hermano que ya tenía 7 años.

Como mi papá era taxista (ya que dejó el trabajo de la panadería), siempre venía todas las tardes a almorzar con nosotros, como mi mamá salía temprano a trabajar, a veces no cocinaba, y mi papá me mandaba a mí a comprar el menú.

Fui a un nuevo restaurante que habían abierto en la esquina, la señora era joven y muy amable, yo me senté en una de las mesas para esperar mi pedido, cuando veo pasar a Adrián, él me reconoció y me saludó, yo seguía siendo tímida a pesar de que lo conocía, lo saludé y él me contó que la señora era su mamá, que pequeño es el mundo.

Al rato, su mamá le llamó para que me entregara la comida para llevar, él me lo entregó de una manera muy "caballerosa", como dicen las señoras jaja, y creo que fue ahí cuando me empezó a gustar.

Todos los días iba a comprar y pasaba lo mismo, en el salón tenía que fingir que me molestaba cuando en realidad ya se me hacía más agradable tenerlo a mi lado.