DECISIONES Y CONSECUENCIAS 2

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Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama.

Advertencia: Relación Chico x Chico (Yaoi), Lenguaje Vulgar, Universo Alterno (AU) y Lemmon.

!Disfruten!

Caminaba con la mirada baja sin saber exactamente hacia donde se dirigía, lo único que le importaba era buscar algún tipo de escape al sentir como su vista se empezaba a tornar borrosa por las lágrimas. Choco con varias personas por lo que se disculpó en un susurro, pero nunca detuvo su caminar.

Sabía que no debía dejarse vencer por las palabras de Levi pero aun así sentía tristeza y coraje en su interior, ocasionando que un nudo se formara en su garganta.

– ¿Eren? – Armin lo agarró del antebrazo antes de que siguiera caminando. Había pásalo al lado de él pero parecía que el castaño estaba sumergido en su mundo – ¿Qué pasa?

– N-nada Armin, yo... – trato de ocultar sus sentimientos sin embargo su voz lo delató.

Su amigo lo conocía de toda de toda la vida, por lo que solo basto mirar los ojos de Eren para que se diera cuenta que en definitiva no estaba bien. Abandonando la tarea de limpiar las escaleras, tomó la mano del castaño y comenzó a caminar hacia su habitación. No le importaba que más adelante lo regañaron por no hacer sus deberes, lo más importante era su amigo.

En todo el recorrido Eren solo se dejó llevar por el rubio, agradeciéndole mentalmente el haberlo sacarlo de ahí. Al reconocer que se dirigían a las habitaciones de los sirvientes sintió como su cuerpo se relaja y dejaba atrás el malestar, estando familiarizado con los alrededores del lugar. Había crecido en aquella parte del palacio, este era su hogar.

– Vamos, esto está un poco triste sin ti – dijo Armin mostrándole una sonrisa de aliento mientras entraban a lo que era la habitación de Eren.

El lugar estaba justo como lo había dejado cuando Pixis fue por él. Hasta las sábanas aún seguían un poco revueltas siendo evidencia de que estaba acostado aquella vez. Agradeciendo a su amigo con la mirada, se adentra a la habitación por completo para sentarse en su antigua cama. A pesar de que había una gran diferencia con esta y la cama que tenía Levi en su cuarto, jamás se sintió tan a gusto al tocar con sus manos las sabanas, reconociendo la sensación.

– ¿Estas un poco mejor? – pregunto el rubio sentándose en una modesta silla que se encontraba frente a la cama, aun preocupado por la actitud de Eren hace unos momentos – ¿Te hizo algo?

No era necesario decir nombres, ambos sabían perfectamente a quién se refería.

– Solo me molesto un poco sus palabras – confesó sin mirar a su amigo a los ojos – No tiene importancia, debo de acostumbrarme a su actitud.

– ¿Y de manera física? ¿Paso algo? – se atrevió a preguntar sabiendo perfectamente lo que ocurría después de una boda. A veces los libros te lo relatan de una manera hermosa y lleno de fantasía, sin embargo la realidad es muy diferente a la ficción. Solo esperaba que Levi no le hubiera hecho daño a su mejor amigo.

Eren lo miró sorprendido por sus preguntas, para después apartar la mirada a un lado sintiendo como un ligero sonrojo subía a sus mejillas.

– Lo hicimos – susurro mirando el anillo de bodas que se encontraba en su mano izquierda – Fue un poco doloroso al principio pero no fue rudo ni se propasó como pensaba. Pensé que sería mágico, pero a pesar de que se sintió bien no me sentí...

– ¿Especial? – continuo la frase observando como el castaño asentía lentamente a sus palabras – Eren, es normal. A pesar de que el tener relaciones con alguien se pueda sentir bien no se compara cuando lo haces con la persona que ocupa tu corazón.

– Levi no tiene mi corazón – contestó frunciendo un poco el ceño.

– Aún no lo tiene – intervino el rubio dándole un ligero apretón en el hombro – Estoy seguro que cuando te conozca mejor, se dará cuenta que jamás deberá de sacarte de su vida.

Eren río sin gracia por debajo al escuchar a Armin decir aquello, sabía que su amigo a veces podía ser un poco cursi con las cosas pero la verdadera razón de su risa era el pensar el que alguna vez Levi lo mantuviera a su lado aun cuando ya no lo necesitara. Si tan solo el rubio supiera lo que sucedió hace poco.

Pasó la vista por el lugar, dándole una última mirada antes de volver a su nueva habitación, sin embargo sus ojos se posaron en el desgastado porta retratos, recordando de inmediato a la asiática.

– ¿Cómo está Mikasa? – le pregunto a su amigo de manera preocupada.

– Bueno, ¿Sinceramente? Ella... se encuentra mal – confesó lanzando un suspiro al recordar la imagen de la asiática el día de ayer, las ojeras eran notorias bajo sus ojos y tono de piel era pálido – Sé que lo que más le duele es que ya no estés a su lado, puede que deje pasar que no le hubieran correspondido, pero el dejar de hablarte creo que la ha destrozado.

– ¿Crees que quiera hablar conmigo? – cuestionó con duda, sin saber qué hacer en aquellos momentos. Jamás se había separado de Mikasa por tanto tiempo así que no sabía como dar el primer paso.

– Estoy seguro de que se pondrá muy feliz si vas a hablar con ella – le dijo dándole ánimos de ir. Al fin de cuentas ellos eran sus dos mejores amigos y lo que menos quería era verlos separados.

– Lo haré, a pesar de que ahora este casado con alguien, ustedes siempre serán mi familia. No quiero estar lejos de ustedes. – sonrió ampliamente burlándose de el mismo por sus palabras. Armin no era el único cursi.

Al escuchar ruidos en los pasillos fuera de la habitación los dos se dijeron con la mirada que ya era hora de regresar. Cuando Eren se levantó de la cama y sacudió el incómodo traje que vestía una fugaz idea paso por su mente.

Miro al rubio ladeando un poco la cabeza mientras sonreía un poco de lado,en señal de que necesitaba un cómplice en lo que tenía planeado, recibiendo como respuesta la mirada preocupante por parte de este.

– Todo esto aún sigue siendo mío ¿verdad?

.– ¿Cuánto tiempo tardará en declararme oficialmente rey? – pregunto con fastidio, recargándose en el respaldo de su asiento.

– Enviaré los trámites a la corte lo antes posible para que empiecen con el permiso, sin embargo aún no tengo una fecha exacta – contestó Pixis de manera seria sabiendo que aquellas palabras no le agradaría al azabache.

– Maldita mierda – susurro sobándose las sienes con la punta de los dedos – ¿Cuánto aproximadamente? ¿Días? ¿Semanas? ¡¿Meses?!

– Todo depende de la corte, príncipe. Ellos evaluarán cada aspecto antes de aceptar otorgarle el poder – dijo mientras comenzaba a levantarse de su asiento para caminar hacia la puerta – Iré a hablar con ellos sobre esto, pero recuerde que lo que ellos quieren ver es un matrimonio feliz.

– Tch, todos andan jodidamente sentimentales en estos días – gruño recordando lo que paso el mañana.

Hanji aún no le había hecho alguna "visita sorpresa" por lo que sabía que estaba lo suficientemente enojada como para dejar pasar los momentos en los que solo iba a fastidiarlo. Al menos podía tener un poco de paz en el día

– Si quieren ver un "matrimonio feliz" pues eso les daré, ya veré que se me ocurre hacer con el mocoso, ahora retírate.

continuará... ♥

PRINCIPE ARROGANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora