— ¿Quieres que les haga las oposiciones a estos dos fuera de temporada de admisión? — La sorpresa salió a flote por unos segundos en el rostro serio -o más bien enfadado- de Conway, no por la petición en sí -muchos de sus agentes se lo pedían al menos una vez en su cargo-, si no por la persona que lo hizo. El bien apodado comisario de hielo por su actitud fría y seria, su excepción a lo anterior, acababa de seguir aquella regla con dos chicos nuevos en la ciudad.
Una mirada rápida con el ceño fruncido a través de sus gafas de sol.
— Pero vamos a ver, ¿Esto es un circo o es una comisaria? — Señaló sin disimulo a ambos chicos, refiriéndose obviamente a su ropa.
Un pelirrojo rapado con una franja grande de cabello en medio de la cabeza por los pómulos que evidentemente, era una cresta -aunque no tuviera gomina que la sujetara hacia arriba como era el peinado- con una camisa o mangas -no le importaba qué era exactamente-, de rejilla y un rubio con una sonrisa claramente burlona vestido enteramente de rojo menos en la gorra verde militar, no eran ni de lejos el modelo de policía que tenía en mente. Negó con la cabeza.
— ¿Estás bro-?
— Superintendente, ¿Podemos tener una pequeña conversación en privado?
— ¿Hablar en privado? ¡Tengo una puta manifestación en la puerta de comisaría! ¡Ni siquiera sé por qué estoy perdiendo mi tiempo en-! — se quedó callado mirando hacia las puertas del edificio. El vestido de rojo acababa de cruzar las puertas como si fuera el dueño del lugar y estaba hablando con uno de los allí reunidos. El ceño de Jack se frunció tanto que sus gafas de sol se movieron ligeramente mientras señalaba con un dedo de forma acusatoria al menor, manteniendo la mirada en el comisario que parecía encogerse de vergüenza —. ¿Esa es tu puta recomendación al cuerpo? ¿Crees digno de vestir el uniforme un chulito de tres al cuarto que a la mínima se une a lo que se supone que debe detener si llega a ser policía?
— Ya le he dicho que no es recomendación, solo que quieren presentar oposiciones. — A contraste con la actitud del superintendente, el ruso se veía calmado, serio, siendo la perfecta imagen de su mote, aunque por dentro temía ser metido en problemas por el vestido entero de rojo.
— Pero quieres que sean ahora. — recalcó el moreno. Sonrió de forma irónica. Su mejor comisario le trae su primera recomendación y uno de une a los manifestantes mientras el otro parecía más aburrido que él -aún sacándole tantos años de ventaja en el cuerpo-.
— No pensé que hubiera tanto alboroto... Acabo de llegar a comisaria con ellos; ni siquiera he pasado por mi despacho.
— No se ha unido a la manifestación. — El de cresta señaló también al mafioso en cubierto tras aquel intercambio de palabras entre los miembros del C.N.P. Ya no había más que un manifestante, quien tras intercambiar unas palabras con el de ojos celestes, se fue también, siendo despedido por el menor con la mano y una sonrisa -la cual apenas se vio de perfil desde la perspectiva de sus observadores- que expresaba amabilidad e ilusión, aunque por dentro el chico había estado deseando apartarse de aquel "manifestante" con todas sus fuerzas.
Metió el teléfono en uno de los bolsillos de su acolchada chaqueta roja -que solo Horacio había visto que sacaba- al tiempo que volvía junto con los tres con los que había estado antes de irse con aquellas personas.
— Ya está, Jack. — habló, dirigiéndose directamente al superintendente, con notable confianza y cercanía, cual amigo de toda la vida.
Sus finos y pálidos labios lucían ahora una sonrisa triunfal, victoriosa, que hizo a Conway sentirse entre la rabia y la sorpresa. El moreno lo había notado al instante; Gustabo era consciente de que había hecho algo sorprendente y pensaba pavonearse hasta quedara agusto.
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¢нαιи σf ℓιєѕ •||𝕍𝕠𝕝𝕜𝕒𝕔𝕚𝕠/𝕀𝕟𝕥𝕖𝕟𝕒𝕓𝕠||•
FanficNunca en mi vida he deseado nada de forma permanente. Droga, alcohol, sexo..., nada me llena igual. Nada me sacia; necesito más. Horacio, por favor, perdona mi codicia porque yo no podré, perdona mi locura porque yo la odiaré y ahuyenta mi soledad c...