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Lo mire nerviosa una vez más mientras él me contaba sobre su próximo viaje.

Había pasado unos días desde que fuimos a ese parque y ahora mismo nos encontramos acá.

Es la segunda vez que veníamos, estamos sentándose en el techo del baño abandonado, es sábado y ya son las ocho de la noche, no tenía problema con el horario ya que los findes me quedo de mi madrina y ella sabía que estaría acá con Mateo, me dijo que él le brinda confianza ya que fue quien le pidió permiso para que me pueda traer hoy acá.

Tomábamos mates y mientras él hablaba con entusiasmo, yo no dejaba de pensar en si abrir mi boca o no, parece que se dio cuenta.

—me estás escuchando? O por dónde anda esa cabeza?—pregunto sonríendo

—sí te escuchaba, cuando te vas?—pregunte

—en una semana y me voy por una semana—me miro sonríendo—me vas a extrañar?

—claro, con quién voy a venir a merendar?—me acosté a mirar el cielo, estaba lleno de estrellas, me hacía sentir a mi mamá tan cerca

—sí en algún momento lo necesitas, podés venir y llamarme, yo te voy a responder siempre—dijo acomodándose a mi lado

—ya lo sé—solo contesté y me dediqué a mirar el cielo en silencio.

—hoy estás un poco más callada que de costumbre, pasa algo?—pregunto, suspiré sabiendo que era hora, lo tenía que hacer.

—sí, pasa algo—dije al fin y vi como giro la cabeza hacia mí

—que pasa?—pregunto casi susurrando

—a mi me pasa que..—suspire cerrando los ojos

—no te obligues a hablar algo que no queres—dijo dándome seguridad

—lo quiero hablar, solo que me cuesta—conteste

—bueno tranquila, decilo como te salga, no te voy a mirar, miramos el cielo—dijo llevando su mirada hacia arriba haciéndome sonreír porque tenía eso de hacer cualquier cosa para darme comodidad.

—eso pasa, tenés esos detalles conmigo que me...—me calle otra vez, suspiré en silencio los dos—no sé si esto está bien, pero creo que lo mejor es que te lo diga—estaba en silencio mirando el cielo prestando total atención a mis palabras—Mateo me pasan cosas con vos, me gustas—y lo solté, al fin lo solté

Pero pasó lo que no esperaba o en sí, lo que me imaginaba pero no quería que pase, se quedó en silencio, ni siquiera me miró, seguía con su mirada en el cielo y a mi los nervios me estaban comiendo viva.

—Jessi—dijo y ahí me di cuenta que no íbamos en la misma dirección.

—no espero lo mismo de tu parte, solo que me pareció bien decírtelo—solte todo el aire que tenía en los pulmones y me senté, él imitó mi acción y al fin conectamos miradas—Mateo tenés detalles hermosos conmigo, me cuidas, me brindas seguridad, me calmas mejor que nadie cuando estoy con un ataque, me haces sentir en paz y no sabes lo bien que se siente, no se qué decir exactamente, es la primera vez que siento algo así por alguien, y no se que se dice, perdón—baje la mirada a mis manos sintiéndome expuesta ante él.

—no tenés que pedir perdón por sentir, peque—susurro—se lo que se siente, yo también la paso muy bien con vos y también me siento en paz—y sabía que se venía el gran pero—pero yo...—bajo la mirada a sus manos y vi como se mordió el labio inferior—yo estoy con Maira, es difícil esto, no quiero lastimarla, ella significa mucho en mi vida más allá de todo lo que venimos pasando—sentí mis ojos arder y aunque me este doliendo lo que sale de su boca, sonreí porque es verdad lo que dice Gabi, si la respuesta es un no, tenés que poner tu mejor cara y seguir.

Mañana será otro día ~ TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora