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Estabas algo emocionada y nerviosa. Dos cajas marrones se encontraban sobre la mesa redonda de la gran cocina. Sabías lo que había en las caja, y tan solo imaginar las posibilidades hicieron que tus piernas tiemblen.
Escuchaste la puerta de la entrada ser abierta, junto con el sonido de unas llaves.
— ¡Ya llegué! — Se escuchó la profunda voz de tu novio. Lo viste aparecer por el marco de la puerta. — Feliz aniversario, linda. — Dio una levé sonrisa.
El muchacho se acercó para dar un tímido abrazo, que con gusto fue recibido.
— Te traje esto. — El mayor sacó de su bolso una pequeña cajita azul.
— Levi, es hermoso. Muchas gracias. — Era un lindo collar de oro con una linda mariposa. Un detalle precioso.
— Y algo más. — Abrió por completo su gran bolso, así dejando ver muchas bolsas con snaks, sobre todo bolsitas de papas fritas, muchas papa fritas.
— ¡Oh por Dios! ¡Levi, eres el amor de mi vida! — Te tiraste sobre el dándole un fuerte abrazo. El realmente te conocía bien. — Tengo algo parecido para ti. ¿Recuerdas la vez que estuvimos dando vueltas en la ciudad? Viste un lindo reloj. Bueno, te lo compré. ¡Cha Chan! — Le acercaste una de las cajas, en este caso, la más pequeña. — Espero que te guste.
— ¿Te acordaste de eso? Qué detalle. Gracias. — Con un gran sonrojo en sus mejillas, el mayor se puso un puntas de pie para robarte un corto beso, pues eras más alta que el. — Realmente te amo.
— Yo también te amo, Levi. — Dijiste sonriente. — Por cierto, ya hice la reservación en el restaurante. Dicen que la comida de ahí es muy buena, así que hoy será nuestra noche.
— Si, espero que si. — Levi estaba muriendo por la curiosidad.
¿Y esa caja?
— Linda, ¿Puedo saber qué hay en esa caja?
— Claro que lo sabrás, pero a la noche. — Guiñaste tu ojo izquierdo, tomaste la caja y te dirigiste a tu habitación, no sin antes dejar algo en claro. — Espero que no mires lo qué hay a dentro hasta que yo te lo diga. Me enoja que me desobedezcan, tenlo en cuenta.
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