Se acabó

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A la mañana siguiente, entre enredos de sábana y piernas, nos despertamos sabiendo que estaríamos las dos juntas y sin nadie que nos molestas. Nos merecíamos poder seguir en aquella burbuja en la que nos habíamos metido nada más llegar del festival. Esa burbuja que nos envolvía siempre, sin darnos cuenta. Después de más de un mes sin poder hacerlo por cierta persona, que por desgracia últimamente, se llevaba más atención por mi parte de la que merecía.

Envuelta entre sus brazos, ahora mismo en la cama, sabía que nos estábamos evadiendo de una realidad que al final acabaría llegando. Eso sí, antes de lo que cualquiera de las dos pensaba.

¿Y qué era aquella realidad? Daniela y todo lo que conllevaba ella. Solo queríamos encontrar ya la solución a todo el problema, que aquella solución no perjudicase a nadie, o al menos que no lo hiciese, y darle la vuelta a toda aquella situación en la que nos veíamos envueltas. Pero no era fácil, y menos aún cuando todas las soluciones que se nos ocurrían tenían algo desagradable para alguna de nosotras. Es que no la encontrábamos y al final eso es muy frustrante. Después de todo, ya no teníamos ganas de pensar en aquel tema durante, al menos, esos días de descanso que teníamos las dos teníamos e íbamos a aprovechar para poder disfrutarnos.

Y tal vez, simplemente, no queríamos afrontar la realidad de todo aquello. Es que no se merecía ni un ápice de mi atención aquella persona y tampoco de Ana. Y menos aún, se merecía destrozar la calma en la que nos encontrábamos Ana y yo desde que nos habíamos despertado aquella mañana.

Pero, por desgracia, aquella calma en la que nos encontrábamos se vio interrumpida por el sonido de mi móvil por tercera vez en lo que llevábamos de día.

-¡JODERRRR! – Dije, mientras me separaba del cuerpo de Ana muy a mi pesar.

-Cógelo, que ya ha sonado varias veces y parece importante. – Dejó un beso en mi pelo, ya que estaba apoyada en su pecho.

Me estiré hasta mi mesilla, cogí el móvil y me volví a apoyar en su pecho antes de ver quien me llamaba.

Mónica. ¿Qué quería esta ahora? ¿Hoy era día libre, verdad? Sí, sí que lo era, porque casi montan una fiesta cuando les dije que tenían unos cinco días libres de ensayos. Aún se atreverán a quejarse de jefa.

Descolgué para ver porque había tanta insistencia porque las había hasta silenciado después de ver la petada.

-¿No te has dado cuenta ni de los mensajes ni de las 20 llamadas que llevo intentando, para poder conseguir contactar contigo? – Me replicó nada más descolgar.

-Buenos días a ti también, Moni. – Pude notar como Ana se reía.

-Buenos días no, Miriam. – Hostia, pues sí que tenía que ser serio. – Hubiesen sido buenos días si Daniela no se hubiese presentado en mi casa hecha una energúmena a las 9 de la mañana.

Vuelta a la realidad.

- ¿Qué coño hace esta aquí? Si estaba en China. – Me incorporé y Ana, desconcertada, hizo lo mismo al ver aquel repentino cambio de actitud por mi parte, en apenas un par de segundos.

-Se ha presentado en mi casa preguntándome si habías tenido el valor de decírselo a Ana. – Suspiró. – Y de sí sumándole eso, habíais vuelto.

-¿Y qué le has dicho?

-Que no sabía nada. También le he dicho que no os vi interactuar excepto las tres palabras cordiales. – Añadió. – Que tampoco tenía ni idea de sí le habías dicho algo más aparte de lo que supuestamente os vi.

-¿No te ha creído, verdad? – Pregunté con un poquillo de esperanza.

-No lo sé, Mimi, no lo sé. Simplemente, me ha echado una sonrisa falsa y se ha ido sin decir nada más.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora