Amelié
- Te amo, Jefnier. - Repetí nuevamente, esta vez más insegura que antes.
- ¿Me amas? ¿Por qué? - Preguntó. Esta era la primera vez que él lucía preocupado e inseguro.
Algunas de las cosas que me atrajeron de Jefnier Osorio, era su seguridad. La firmeza en sus acciones y palabras, era notable, tanto que te hacia creer lo que decía a pesar de estar equivocado. Pero ahora lucía ¿Asustado?
- Amelié, contesta. - Aun no podía cruzar sus ojos con los míos y eso me hacía dudar en si fue correcto expresar mis sentimientos.
- Quizás jamás te lo dije, pero he soportado y he hecho cosas por ti que jamás haría por nadie. Y lo sé, ni siquiera yo lo sabía, pero luego de hoy, comencé a recordar como me comportaba junto a ti Jefnier, y me di cuenta de que estoy enamorada.
Por fin había colocado sus ojos en mi, sólo que yo está vez no lo estaba observando, por la vergüenza que recorría mi cuerpo.
- Amelié, lo que estas diciendo... - Exhalo y dudó unos segundos antes de continuar hablando. - Es grave.
- ¿Grave? Me acabas de decir que dejarías tu dinero, tu reputación y a las personas que te rodean, por mi y ¿todavía no aceptas que hay algo más que sexo entre nosotros? ¡Por Dios! - Estaba frustrada, había expresado mis sentimientos por su declaración y aun no tenía las agallas para afrontar lo obvio.
Poco a pocos las lágrimas comenzaron a brotar de nuevo, no era dolor, era enojo. Mis puños se cerraron con fuerza por instinto.
- Yo... - Deslizó sus manos por su cabello con frustración y se mantuvo en silencio un minuto. El minuto más eterno de mi vida. - Te quiero, Amelié.
- ¡Oh! Me quieres. ¿Te cuento algo? Yo no haría lo que tú por alguien que sólo quiero. Hay dos opciones, sientes más por mi o sólo has dicho patrañas. - Al finalizar la oración golpee con mi puño el tablero delante de mi.
- Amelié- Habló e intento colocar su mano sobre mi pierna.
- ¿Es lo único que sabes decir? Amelié, Amelié, Amelié. Ya me cansé, Jefnier. -Seque mis mejillas, humedecidas a causa de las lágrimas. - Lo único que has hecho en estos días fue follarme y decir que tenga paciencia. - Tanto su expresión como la mía, eran serias. Mi voz sonaba rota a pesar de intentar esconder mi dolor. - Me iré a Londres, por favor llámame sólo cuando tengas las agallas de decir la verdad y admitir lo que sientes.
Abrí la puerta del coche y lo observé de reojo unos segundos con la esperanza de oír un "Quédate" de su parte.
-No te pido que me ames, sólo que seas sincero y dejes de confundirme. Me lastimas.
Baje del auto y cerré la puerta.
Las lágrimas caían sobre mi rostro sin permiso, caminaba a paso rápido mientras intentaba disminuir el frío de la noche de mi cuerpo frotando mis brazos con las manos.
Segundos después me encontraba en la entrada de mi hogar. Estaba a unos milímetros de la cerradura cuando oí su coche pasar a toda velocidad. No fue hasta ahí que perdí todo tipo de esperanza.
Mis padres luego de la discusión habían optado por encerrarse en su habitación. Yo, con tristeza me dirigí hacia la cocina para prepararme un té e intentar relajarme luego de aquel doloros momento.
Tomé mi taza y coloqué el saquito de té dentro de ella. Mientras esperaba que el agua caliente, tomé mi móvil y miré la última conexión de Sophie, sólo habían pasado pocos minutos así que decidí hablarle.
Amelié: ¿Puedes hablar?
Sophie: Claro, estoy tan aburrida que casi me acuesto a dormir.
Amelié: Se terminó todo con Jefnier. Mis padres saben lo de él y yo. Igualmente le he dicho lo que siento, para luego obtener como respuesta un "Amelié, eso es grave" y después más "Amelié yo..." con su estúpida voz.
Sophie; 😠
Es el típico idiota que jamás acepta lo que siente.
No te preocupes bebé, si hay algo seguro, es que siempre vuelven.
Depende de ti decidir.Amelié: Me iré a Londres con mi abuela. Estando aquí sólo tendré discusiones con mis padres y amargura.
Estoy segura, jamás permití que rompieran mi corazón. ¿Quien carajo se cree Jefnier Osorio?Sophie: ¿¡QUÉ!?
AMELIÉ
POR QUÉ
En serio me dejarás aquí por un idiota?
Hay miles de hombres mejores, ya podrás superarlo.
No me dejesAmelié: Mañana hablamos mejor ¿Si?
Quizás cuando me relaje, cambie de opinión.
Quizás sólo me vaya por un tiempo.Bloquee mi celular sin esperar respuesta alguna, y lo dejé a un lado para terminar de preparar mi té.
Una vez listo, me senté en el sofá del living, sin TV, sin móvil, sólo yo y mis pensamientos.
¿En que momento me enamoré tan profundamente de Jefnier Osorio? Quizás todo esto es mi culpa, no está bien presionar a las personas. De igual forma aquel hecho no le permitía jugar con mis sentimientos.
- ¿Amelié? - Oí una voz proveniente de las escaleras. Mi padre.
- Si, ¿Qué sucede? - Contesté desganada. Sólo me dedicaba a mantener mi vista en un punto aleatorio de la pared.
- ¿Podemos hablar? - Preguntó.
A paso cauteloso se acercó hasta donde me encontraba y descanso su cuerpo sobre un sofá individual que yacía a un lado mío.
- Ya te has sentado, habla. - Murmuré y comencé a beber mi té para ocultar mi fastidio.
- Amelié, lo siento. Tu madre y yo no reaccionamos de la forma correcta. Sólo...
- ¿Sólo qué? Querían hacerme sentir miserable. - Dije y deposite con fuerza la taza sobre la pequeña mesa de en medio.
- Amelié, una muchacha rubia y delgada vino a hablar con nosotros. Llegó y se dirigió a nosotros de forma ostil. Dijo cosas como que mi pequeña hija era una zorra, que se acostaba con gente adulta y que te habías entrometido en su relación con Styles.
- Oh y tu le creiste cada palabra. -Reí llena de sarcasmo.
- Amelié, era obvio que algún día ibas a crecer. Tener sexo es algo natural. Yo se quien es mi hija, se lo que vale. Sólo nos asustamos. Ponte en mi lugar ¿Si? El imaginar que mi hija estaba siendo obligada a algo, me mortificaba.
Mi padre había sido dulce y sumamente empatico. Cada palabra que salía de su boca era un sollozo más de mi parte, casi al límite de llorar nuevamente.
Tenía razón, y aun así había sido amable.
- Realmente entiendo tu punto de vista, y agradezco que no le hayas dado importancia a las palabras de esa zorra. - Al oir aquel insulto mi padre elevó una de sus cejas, como advertencia. - Lo siento. Yo sólo creo que lo mejor es que me vaya a Londres.
No pude evitar bajar mi mirada, odiaba mostrarme débil ante el mundo, hasta con mis padres.
- ¿El te ha obligado a algo Amelié? - Negué. - ¿Lo amas? - Sin siquiera dudar un segundo, asenti. Así de jodida estaba.
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Wasabi
Fiksi Penggemar•Tenia tan sólo 17 años y había logrado conquistar a Jefnier Osorio, el atractivo socio inversionista de mi padre, quien tenia 20 años. Portada por Editorial Silver y -xsusxjx Adaptación.