≻─⋆✩⋆ ─≺ Capítulo 8 ≻─⋆✩⋆─≺

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—¿Aún no hay progreso? —Lila preguntó y Adrien volvió a negar. Aún no había descubierto la fórmula para hacer que Marinette llorara esas bonitas lágrimas que se convertirían en diamantes. Él había visto toda una variedad de joyas rojas, pero ninguna era de la forma perfecta, color o calidad para satisfacer la avaricia de Lila.

—No. Pero estoy dando lo mejor de mí. —Suspiró y Alya lo miró con simpatía.

—Sabes cuánto tiempo toma tener la información querida a veces, —dijo Alya, —Sé paciente con la niña. No puedes apresurar las cosas si quieres sacar información de personas sensibles.

La fría mirada de Lila cuando giró hacia Alya, quien seguía con cara de póker, hizo que Adrien se preguntara cuán más indiferente Alya debía estar para que Lila se diera cuenta que lo que hacían no era bueno. Había rumores circulando en los cuarteles, entre los de alto y bajo rango, especulando sobre el posible interés de la jefa – interés romántico – con una de sus más cercanos. No era difícil de adivinar quién era el interés de Lila, considerando el hecho de que raras veces sonreía, lo cual usualmente se daba cuando se trataba de Adrien y Alya. Y claro, su interés era Alya.

Puede que Adrien no supiera si estaban o no juntas, pero si lo estaban Lila necesitará estar más comprometida o sino Alya se irá, no solo como pareja – o pareja en potencia – sino también como amiga cercana y subordinada. Alya se lo había confiado, le había dicho que ya no se sentía cómoda ahí.

—Necesito saber más de Marinette, —Adrien dijo. —Y aunque confía un poco en mí ahora, no es suficiente como para que me cuente todo lo que sabe de su habilidad. Espero que no tome más de un mes hasta que lo haga.

—¿Esperas? —Lila preguntó con la ceja arqueada.

—Lo prometo. —Adrien respondió en un tono más calmado. —Si no funciona hasta entonces, dejaré que alguien más se ocupe de ella otra vez.

—Bien. Te necesito para otras misiones. No puedes sentarte a ser su niñera todo el día. Además, gemas malas son mejores que ninguna, y por lo que veo eres incapaz de hacerle llorar.

—Sí, señora.

Y fue despedido con un movimiento de mano.

Adrien estaba más que determinado a encontrar una forma para hacer que Marinette llorara ahora mismo. Revisó el historial de la chica otra vez, yendo al vecindario de Marinette y preguntándole a las personas que pudieran conocerla. Aun si había pasado dos, casi tres meses desde su desaparición, debía haber personas que conocieran bien a Marinette y con quienes Adrien no hubiera hablado antes. Personas que aún no hubieran olvidado a Marinette.

Día tras día, Adrien hacía todo eso, sabiendo que solo había un pequeño espacio para el éxito, pero aun así lo intentó. El resultado siempre era el mismo. Nada nuevo.

—Hey, Adrien, —Marinette dijo un día. Estaban viendo una película juntos, y aunque Adrien había estado inmerso en ello, Marinette parecía estar pensando en algo más. Debía haber estado pensando en mucho o sino no estaría haciéndole preguntas a Adrien ahora mismo. Otro progreso que el asesino logró, ya que Marinette nunca había iniciado una conversación antes.

—¿Por qué eres amable conmigo?

Adrien detuvo la película y giró hacia la chica. Había algo de espacio entre ellos, Marinette se negaba a cualquier tipo de roce – excepto acurrucarse en la cama. Un resultado del ataque de cosquillas que Adrien deseaba no haber hecho. Tener a Marinette descansando su cabeza en su hombro mientras veían películas era extrañamente relajante y reconfortante.

—Bueno, ¿hay una razón por la que no deba ser amable contigo?

Marinette lo miró por un momento.

—Pero..., eres parte de Red, ¿no? ¿No eres parte de la mafia? ¿No se supone que trabajas con..., ellos? —había un enmascarado asco en el tono de Marinette cuando hablaba de los colegas de Adrien, pero no era como que Adrien pudiera calmarla. La mayoría de sus integrantes eran crueles, y solo unos cuantos eran razonables y de alguna forma aun humanos – en el sentido de ser apropiados y con morales, empáticos y preocupados por el otro. Como Alya y la mayoría de los que se dedicaban a curar a los heridos – enfermeras y doctores que no estaban directamente involucrados en los sucios negocios.

—No todos en Red son malos. —Dijo Adrien. —Si conocieras a Alya, estoy seguro que te agradaría. Ella quizá es la persona más amable aquí.

—Pero, ¿por qué tú eres amable conmigo? ¿No eres un asesino? Los escuché hablar mientras pasaban por la habitación. —Marinette mordió su labio inferior, —¿Vas a matarme un día?

—Lo soy. Pero no asesino a personas como tú. Tampoco asesino niños. Y tú aun eres una niña.

—Tengo 19. —Marinette dijo con el rostro serio.

—Y aun estás verde. —Adrien respondió con una sonrisa. —No te preocupes, no te mataré. — Al menos Adrien esperaba nunca tener que hacerlo; se había encariñado con la chica que reflejaba la imagen de su antiguo él. Pero quién sabe si por algún impulso, Lila daría la orden de asesinar a Marinette. Puede que Lila sea estratega, pero no era completamente libre de sus emociones.

Continuará...

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Lo dejó y me voooooy~

Besitos de murciélago para todos~

Diamon Tears (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora