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Para cuando Jaehyun volvió a tener la pistola de Doyoung en su frente, esta vez ya no hubo sonoras carcajadas, sino que la irritación estuvo presente en su rostro, aunque aquello solo provocó que Doyoung sonriera levemente mordiendo la punta de su lengua.

—Ya no es gracioso, igual cada balazo duele como un demonio. —Escupió apretando la mandíbula.

—Gracias por incentivarme a seguirlo haciendo. Tal vez al final sí me termine divirtiendo.

Jaehyun entonces, mirando directamente al ojo sin el parche, pensó que ambos estaban apunto de atravesar el bucle más largo de la jodida historia... Si es que en realidad lograban terminar con él.

—No vas a llegar a nada. —Dijo entre dientes sintiendo cómo las pulsaciones que daba el corazón de Doyoung retumbaban contra la pistola en su mano.

—Pues no pienso enamorarme de ti, Jung —sentenció Doyoung con la respiración profundamente pesada retándolo—. Jamás de ti.

Jaehyun no debió haberse sentido tan ofendido como lo hizo en ese instante, pero lo estaba. Sus orejas se encendieron de la furia y con suma rapidez subió su mano hasta que golpeó la de Doyoung que tenía el arma haciendo que se cayera la pistola, después, antes de que Doyoung reaccionara, se fue contra él y cuando abrió los ojos, ambos estaban en el suelo. Jaehyun encima apresando el cuerpo de Doyoung con sus piernas mientras que con sus manos sostenía las del contrario para que no se moviera.

—Esta es la situación más malditamente estúpida en la que he estado, Kim. Yo tampoco lo planeé. De hecho, aparte de uno de mis compañeros, no sabía ningún otro caso de alguien que conociera a su alma gemela, ni siquiera mis padres y llegué a creer que todo lo que decía la gente era pura mierda, pero nos sucedió y nos está sucediendo y yo no planeo quedarme aquí por siempre  —Jaehyun se acercó al rostro de Doyoung que ya estaba rojo por intentar luchar en vano contra el fuerte agarre del castaño—. Así que vamos a tener que cooperar juntos, quieras o no, cariño.

Doyoung se quedó mirándolo en el suelo furioso y Jaehyun le devolvió la mirada sin miedo. Bajo la luz de los reflectores, ambos rostros estaban contraídos por las emociones ardientes que los invadían. Esto era algo muy serio y aunque se asesinaran mil veces el uno al otro, no iba a servir de nada porque las 24 horas igual volverían a comenzar a correr.

—No sé cómo va a suceder porque en lo poco que he hablado contigo me he dado cuenta de lo prepotente que eres y también puedo leer que nunca has amado a alguien más que a ti mismo, pequeña mierda. —Masculló Doyoung con una mirada oscura.

Jaehyun subió ambas cejas dejando ir el aire con una simple risa.

—Más que a mí mismo, tal vez, pero recordemos lo bien que me van a pagar por ti, cariño.

Doyoung amplió sus fosas nasales con rabia pensando minuciosamente cada palabra hasta que, finalmente, se rindió.

—Bien —aceptó—. Igual yo seré el que te va a asesinar primero.

Jaehyun sonrió quitándose de encima dejando libre el cuerpo de Doyoung y notó cómo la piel de las muñecas del mayor estaban rojas por la fuerza que él había ejercido contra ellas.

—Además, yo tampoco creo que tú hayas amado a alguien alguna vez en toda tu existencia, cariño.

—Oh —Doyoung se giró a mirarlo negando—. No tienes una maldita idea, Jung.

(...)

Ambos salieron del bar de mala muerte y Jaehyun encendió un cigarrillo ante el fuerte frío que azotaba a la ciudad. Eran finales de noviembre aunque todavía no caía la primera nevada.

El imperfecto azul [ JaeDo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora