Capítulo 60 Saldando cuentas

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No todos los prisioneros decidieron seguir a Farsong, la sola idea de trabajar con el Dominio resultaba denigrante para más de uno (Al parecer los prisioneros también tienen estándares), rencores arraigados contra el propio Farsong, rechazo al régimen actual, anarquía pura y simple, entre otras cosas, cuando vieron como nos habríamos paso a través de sus hombres, no dudaron en unírsenos a nuestro camino hacia Farsong.

Llegando a lo que quedaba de la oficina del alcaide encontramos mucha resistencia, y a pesar de que éramos superados en número, nos impusimos ante ellos, el trayecto de las balas y las pequeñas explosiones esporádicas generaban un caótico paisaje desolado, cuerpos inertes adornaban el húmedo y deleznable suelo embarrado, el humo generado por los disparos también le dedicó su aporte al lugar, pero todo estaba lejos de terminar.

-¡Sigan avanzando! –Ordene por instinto, tal vez por el calor del momento, no fue intencional, pero de alguna manera dio resultado, pude sentir como nuestro ímpetu se incrementaba conforme seguíamos presionando.

Yo confrontaba a un recluso que, claramente, estaba parodiando a algún oficial de los guardias, o al menos eso daba a entender con el uniforme a medio vestir, parecía un disfraz más que otra cosa, un intercambio de golpes entre él y yo dejo en evidencia su falta de habilidad, mucha fuerza bruta y nada de técnica, incluso usando un barrote fui capaz de doblegarlo, su espada cayó al suelo, lo primero que hice después de tomarla fue enterrársela en el pecho, ya no molestará más, eso sí, decidí conservar mí nueva adquisición para lo que estaba por venir.

Una vez llegamos a los pies de la ruina, grupo y yo nos adentramos en el edificio aprovechándonos del caos, las chicas se nos adelantaron, su pericia en con las espadas brilló por todo lo alto este día, ni siquiera yo podía equipararme a ellas, si nos enfrentáramos solo terminaría ganando por desgaste, apoyadas por el fuego de apoyo tanto de Vitaly como de Fisher eran imparables.

Una vez limpiamos el vestíbulo nos dirigimos al ultimó piso, pero quedamos estancados en el segundo, era difícil avanzar, tal y como ya lo había hecho antes, solo que en ese entonces contaba con otro equipo, la ausencia de una de las paredes dejaban la estructura completamente expuesta a la intemperie, y daba la sensación de que en cualquier momento se vendría abajo.

Al final, no fue necesario llegar hasta arriba, el propio Farsong hizo su aparición ante nosotros, claro, lo hizo después del desastre que habíamos ocasionado, pero ahí estaba, mirándonos desde el último piso a través de un agujero lo bastante grande como para que todos pudiéramos verlo, Tendou estaba a su lado, lo cual, no me sorprende siendo el un mercenario, estaba nervioso de ver tanto a Fisher como a su ex acompañándome en esta ocasión, se hizo un alto el fuego y nos permitió acercarnos para poder escucharlo mejor, había tanto que decir.

-De acuerdo, Mactavish, lo lograste, llegaste hasta mí, bravo, bravo –Comenzó a aplaudir – ¿Y ahora qué? He completado lo que tenía que hacer, la guarnición de la ciudad ya debería estar haciendo una "Limpieza general" en la ciudad, no hay nada que puedas hacer para cambiarlo.

-¡Tal vez! –Respondí en alto, era hora de que sacara todo lo que tenía guardado para él –Pero hay algo que aun puedo arreglar, Tendou –Me dirigí a él -¿En serio vas a trabajar para este tipo? ¿Qué pasa con tú contrato con Maverick?

-El señor Tendou simplemente se cansó de tener esperar sus honorarios, lo único que hice fue ofrecerle una paga mejor.

-Por supuesto que lo haría –Exclamó Di Monte, uniéndose a la conversación –Solo alguien como Tendou estaría dispuesto a vender su dignidad a aquellos que ya lo han traicionado en el pasado con tal de aceptar su sucio dinero.

-Para tu información, querida, ahora trabajo para Farsong, nada más, nada menos, y no, no creo que Maverick si quiera sea capaz de igualar esa oferta.

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora