Esta mañana me levanté un poco tarde de los previsto. Aparentemente mi alarma no habia sonado, aunque sabia que se había desactivado tras el insoportable sonido que no dejaba dormir a mi familia, al parecer todos eran sensibles al ensordecedor ruido que titilaba en esa oscura mañana, pensé, yo seguía dormida sin mueca alguna. Eso me hace pensar que tengo un sueño pesado, será que ese era el momento donde mi cabeza se desactiva, se carcome y se renueva aislándose de todo lo real, creando vidas alternas en mi cabeza y haciendome creer que estoy hundiendome en personajes vacíos sin coherencia. alguna.
Por otro lado siempre me gustó levantarme temprano. Mi familia es muy unida por lo que a veces es molesto escuchar la constante mezcla de voces alterando las nuestras mismas, sin saber que decimos.
Así que me encanta levantarme a jóvenes horas. Me gusta respirar el aire fresco y congelado de las mañanas, me gusta apreciar el silencio y la soledad que apreta mi corazón dejandome sin suspiro alguno, sin queja alguna. Las mañanas son odiadas si no hay tiempo para verlas pasar, pasan rápido es como si el mediodía quisiera correrlas, como si no hubiera tiempo para ellas, porque su tranquilidad no debe durar todo el día. Después de todo, un día sin caos absorberia nuestros problemas y nos dejarian pensamientos natos y calmos que sin duda alguna no pueden acompañarnos un dia entero. Según me dijeron todo es malo en exceso.