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El despertador suena incesantemente pero aparentemente nadie es capaz de levantarse para apagarlo. Jodidos holgazanes.

De a poco abrí mis ojos tratando de acostumbrarme a la agravante luz, que por cierto no ayudaba para nada con el dolor de cabeza, y con pesadez empuje el brazo, de nosequien, que estaba encima de mi vientre, seguramente es algún chico de la fiesta que se quedó dormido, no suele pasar, Matt no lo permite, pero posiblemente no lo haya notado.

Cuando encontré el móvil cuya irritante alarma sonaba, lo tome con mi diestra y lo apague para luego dejarlo en la mesa nuevamente y así poder irme a mi "habitación" donde encontré durmiendo a Meredith, ella es básicamente lo más cercano que tengo a una mejor amiga.

-Despiértate. -Musite lanzándole una almohada que había en la cama.- Tenemos que ir a la super fantástica y entretenida escuela. -Espero y la ironía se haya notado en mi voz, la cual estaba bastante rasposa... Luego le preguntare a Matt que pasó la noche anterior.

-No quiero, tengo un examen y si repruebo me prohibiran salir y si no puedo salir no puedo trabajar y si no puedo trabajar no tendré dinero y si no tengo dinero tendré que seguir viviendo con mi familia. -Murmuró, su voz estaba ronca pero aun así pude percibir el tono de sus palabras y estas fueron bastante angustiantes. Es decir, por cierta parte la entiendo pero por otra no, sé que vivir con padres y hermanos es increíblemente molesto, para algunos más que otros, pero Meredith se llevaba bien con su familia, por eso no podía entender su necesidad.

-No te preocupes, te pasaré las respuestas y si te va mal puedo hacer doble turno por ti.

En este punto me da exactamente lo mismo trabajar el doble, solo gano haciéndolo, menos tiempo en mi casa, mas dinero, mas clientela.

-Gracias Néms, eres la mejor. -Murmuró poniéndose de pie. Lo único que hice fue encogerme de hombros como respuesta y comenzar a vestirme con la ropa de ayer... Es decir no estaba desnuda ni mucho menos no es que no lave la ropa, sino que mi madre cree que me quede a dormir en la casa de Meredith cuando realmente nos quedamos en la casa de Matt, nuestro jefe. Ahora tenemos que ir a la escuela y luego ir a nuestras casas, por eso uso lo que mi madre me vio puesto, además de que esas prendas no están impregnadas en humo de cigarro y demás cosas. -Oye, ¿Qué te pasó ahí?

-¿Que, dónde? ¿Qué tengo? -Voltee a ver a la morena con cierta confusión.

-Justo cuando te sacaste el vestido vi en tu espalda baja un enorme moretón. -Al oír aquello automáticamente me levante la blusa que me había puesto y me acerque al espejo que había en una pared, viendo efectivamente un moretón que prácticamente abarcaba la mitad de mi espalda baja.

-Mierda, necesito taparlo, Matt no me dejará trabajar con esta cosa, ayúdame, tú eres la que sabe maquillar. -Nuevamente voltee a ver con cierta desesperación a mi amiga, rogando por que pudiera tapar aquella espantosa marca.

-Acuéstate, estaremos un largo rato y quizá duela un poco cuando te toque...

Quite mi blusa de un tirón y me recosté boca abajo en la cama, dejándola trabajar en mi espalda y efectivamente estuvimos un rato largo, o eso creo, porque pasados los diez minutos caí rendida.

-Arriba bonita, debes levantarte. -Una voz masculina me despertó a la vez que una suave y tierna caricia en mi mejilla. Automáticamente supe de quien se trataba y sin abrir mis ojos esbocé una leve sonrisa.

Matt era un sueño, mi sueño. Es un hombre de treinta y siete años, además de estar tallado por los dioses me trata como una princesa y eso me encanta, me cuida, me mima, pero jamás paso de eso. Lo que me hace desearlo más, es tan correcto pero a la vez no, jamás haría algo conmigo porque tengo diecisiete años, sin embargo es quien se encarga de mi trabajo, que técnicamente no es apto para mi, pero no cuestiona nada, solo me apoya y me cuida.

-Uy, ¿A qué se debe este privilegio de ser despertada por el jefe?

-Meredith está en la ducha y me pidió que te despertara.

-Hoy desperté con un hombre acostado casi encima mío... -Por inercia esboce un puchero, esperando una reacción cariñosa de su parte, pero al oír su respuesta quedé totalmente sorprendida ya que siempre me consuela cuando algo me pasa, por muy mínimo que sea, me gusta creer que lo hace porque soy su favorita, aunque no sea así.

-Error mío. Ahora prepárate y vete a la escuela, Némesis. -Después de decir eso se levantó, ya que estaba sentado a mi lado en la cama y se fue de la habitación, dando un golpe al cerrar la puerta.

Con pereza me levanté y acabé de vestirme para luego maquillarme para lucir justamente como al natural no luzco, fresca. Al estar lista tome mis cosas y fui hasta el baño para luego abrir la puerta, encontrándome a Mer secando su cuerpo con la toalla. Nos teníamos toda la confianza, así que nos daba igual vernos desnudas.

-Apúrate, creo que hice enojar a Matt.

-Me cambio y nos vamos, pero ¿Otra vez? -Alzó una de sus cejas mientras que se colocaba la ropa interior.

-Si... me hablo cortante y azotó la puerta. Para la próxima mejor que me azote a mi. -Bromee mientras la esperaba.

-Debes superar tu enamoramiento por este hombre, podría ser tu padre. -El tono en su voz de regaño era muy notorio, pero simplemente lo ignore encogiéndome de hombros.

-No es enamoramiento, solo que cumple mis expectativas y es jodidamente atractivo, nada más, lo prometo.

-Mas te vale, de todos modos jamás te tocará, él si sabe diferenciar lo que está bien y lo que no... Bueno, si ignoramos que es nuestro jefe si sabe. Ya acabe, vámonos.

Le lance una mala mirada y simplemente camine hasta salir del apartamento e ir donde la parada de los buses junto con Meredith.

Luego de unos quince minutos ya habíamos llegado al instituto y cada una se fue por su lado. Obviamente estaba yendo tarde a mi clase, así que no me moleste en apurar el paso, ya que de todos modos entraría tarde.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera noté que había un chico yendo hacia el lado contrario, provocando que choquemos.

-Lo siento... -No llegó a pronunciar ni la mitad de aquellas palabras cuando lo interrumpí.

-¿Que te pasa idiota? Fíjate. -Lo vi de arriba abajo con desagrado y retome mi camino, chocando con su hombro al pasar junto a él. Sin dejarlo responder.

Luego de varias horas de clases aburridas sonó el timbre para volver a casa. Así que me levanté de mi asiento tomando todas mis cosas para luego irme caminando hasta mi casa.

Cuando llegué a esta simplemente abrí la puerta y fui hasta mi habitación, sin querer hablar con nadie, pues realmente no tenía la mejor de las relaciones con los miembros de mi familia. Al entrar en mi cuarto dejé mis cosas en su lugar y fui al baño. Necesitaba una ducha ya mismo por lo que abrí el grifo, para así comenzar a desnudarme mientras que el agua se calentaba. Una vez todo estuvo listo me adentre a la ducha dejando que el agua caliente recorriera mi cuerpo, relajando cada uno de mis músculos durante un largo rato.

Luego de varios minutos ya había acabado, así que envolví mi cuerpo en una toalla y regresé a mi habitación, poniendo el cerrojo en la puerta, ya que aparentemente para los miembros de esta familia no es sencillo tocar la puerta.

Sequé mi cuerpo con la toalla y luego caminé hasta estar frente al espejo.

-Definitivamente debo hacer más ejercicio... -Susurre para mi misma al ver como mi vientre bajo creció un poco.

Di la vuelta y me encaminé hasta la cama, tome mi móvil que estaba encima de esta y abrí el chat de Matt.

"Hola, dime que tienes algo para mi, por favor."

Mordí mi labio inferior con impaciencia luego de enviar aquel texto. Trabajar hace que no piense en nada y es justamente lo que necesito ya que dentro de mi cabeza siempre hay una lucha entre lo que está bien y lo que está mal respecto a mi, que si debo dejar de comer para adelgazar, que sí debe ser sana y hacer todas mis comidas, que si estoy mas gorda, que si estoy bien... Es simplemente agotador.




ÉxtasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora