"Genial otro maldito día, me hace acordar que no amanecí muerta". Son esos mismos pensamientos sarcásticos que surgen cada madrugada en la cabeza de Jess, una joven de 16 años que podía parecer normal por fuera, pero era exquisitamente complicada por dentro.
La misma rutina de siempre, levantarse, quejarse, mirar sus muñecas, secar sus lágrimas, y empezar un "fabuloso" día.
Ella misma, sentada en la última parte del salón, en una esquina. Prácticamente para ella era vivir un infierno tras otro. Sus pensamientos eran invadidos por desilusiones, por lo menos una parte de sus oscuros pensamientos eran iluminados por lo que ella llamaba "El estúpido que cada vez que sonríe me enamora".
Ese "estúpido" se sentaba dos bancos a un lado... el Estúpido, o Look como es su nombre, la observaba en cada oportunidad que tenía, en sus ojos abundaba el placer de por lo menos decirle un tan simple "Hola" pero para él era eso imposible.
Quien lo iba a decir dos personas enamoradas, que no se atreven a expresar lo que sienten uno por el otro.
Jess por su respectivo lado, no lo observaba solo admiraba su presencia con tan solo saber que estaban en el mismo lugar.
El verano y el calor era notable en su ciudad, pero Jess se limitaba a usar manga corta... De solo pensar que si llegaba a mostrar sus muñecas una gran cantidad de preguntas, psicólogos, mirada, y entre otras cosas surgirían. Lo que más le asustaba a esa adolecente era el psicólogo... se impondría a ellos por siempre, las personas como Jess y los psicólogos no eran del mismo mundo.
12:00 pm horario en el cual la campana que anuncia la hora de retirarse... como siempre Jess tomo su mochila y se dirigió a la salida. Sintió una mano que se colocó sobre su hombro y una voz la cual pronuncio.
-Hola Jess.-
PRIMER CAPITULO!!! ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO:') AL LADO LES DEJOS UNA IMAGEN DE JESS:3
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Gritos Silenciosos
Teen FictionGritos Silenciosos. Sinopsis. Ella lloraba por las noches, cuando nadie podía oírla, cuando nadie podía juzgarla. De todos los pedazos de corazones rotos que hay, ha ella le habían tocado los más filosos que pudiera haber. Pedazos que fueron gene...
