Nishinoya Yuu| ✿

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❝ 𝐇𝐚𝐫𝐝 ❞  

para: Miranda_256

Que Nishinoya Yuu aceptara a veces, sí a veces las galletas o cosas pequeñas que solía hornear para su pequeño líbero de segundo ya era todo un logro

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Que Nishinoya Yuu aceptara a veces, sí a veces las galletas o cosas pequeñas que solía hornear para su pequeño líbero de segundo ya era todo un logro. Suzuki, solía ser rechazada constantemente por el jugador de vóley. Ya que siempre rechazaba aquellas cosas para que la chica de primer año no se sintiera correspondida. Y bueno. La larga oración resonando en los oídos de la castaña ya era costumbre. Costumbre a la cual no tenía y no quería habituarse. Pues según ella algún día llegaría al corazón de Yuu a través de la comida que hacia para el. 

Pero bien. Lo importante es que ya llevaba casi siete meses así y aún no le afectaba por completo la frase que salía con gran resistencia de los labios de Noya-san. " Me gusta Kiyoko-san, y no puedo aceptarlo, muchas gracias." Algo dentro de la más bajita, le hacia querer detenerse cada vez que escuchaba apenas el inicio de la primer palabra pero, no lo haría tan fácil. 

Aunque, todos llegamos a caer en la desesperación y a rendirnos. 

Y ahí iba de nuevo. Ahora había preparado. Todo un bento especial. Que había visto en una de esas recetas de youtube. Y la puso en práctica. De todas formas un bento no llevaba mucha ciencia. Se llegó a cuestionar muchas veces por qué Nishinoya-san siempre andaba detrás de Kiyoko, junto con uno de sus compañeros de equipo, Tanaka, si nunca les hacia caso. Luego de volteaba a verse a si misma, y recordaba que hacia lo mismo con su senpai.

Lo encontró a punto de entrar a una de sus prácticas matutinas, y era el momento perfecto para darle el bento. Pero justo en el instante en el que se iba a aparecer frente a el, la peli negra estaba acomodando sus zapatos, y los dos chicos de segundo, simpeando por ella. 

Y quizá ahí fue cuando lo entendió, que Nishinoya miraba con los mismos ojos destellantes a su senpai de tercero, como Suzuki lo miraba a él. Tal vez era una rabieta del destino para hacerla entender. Y ya no necesitó más. Entendió que hace mucho debió dejar de insistir, y tal vez su corazón no dolería como en ese momento. Porque no le dolía el rechazo. Le dolía el proceso sin los resultados. Pero dentro de todo aprendió a cocinar mucho así que estaba un poco bien. 

Después de aquel pequeño escenario reflejado en los orbes de la castaña se retiro del lugar con el bento en las manos, encontrándose en el camino con Kageyama. Su compañero de clase. No eran amigos, pero al menos se entendía y habían entablado una conversación más allá del cómo estás y las pláticas usuales que sueles tener con tu pareja de trabajos. 

— Kageyama-kun ¿Qué haces? — le preguntó mientras el azabache miraba fastidiado la caja dispensadora, por la misma cuestión de siempre. Que sabor de leche escoger. 

ᴴᵃⁱᵏʸᵘᵘ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ; 𝐇𝐀𝐈𝐊𝐘𝐔𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora