El día siguiente despertó lluvioso. El dolor que había comenzado a hacer mella en su cabeza aquella noche seguía instalado en esta para cuando Dana se despertó sobre las doce de la tarde, con una Bailey dormida a su lado, quien abrazaba con fuerza una de las almohadas de la gran cama. Estas habían ido directas a la cama presas del cansancio de aquella noche y sin apenas hablar durmieron del tirón hasta el día siguiente.Sin saber cómo se deslizó hasta el baño más cercano de la habitación donde habían dormido y se acercó hasta el lavamanos para refrescarse lo suficiente. Estuvo allí apenas unos minutos, observando su rostro cansado y las prominentes ojeras que adornaban este, y que detallaban, de alguna forma los acontecimientos de los días anteriores. Estaba realmente cansada y no veía la hora de llegar a su casa y dormir un poco más, pero era consciente de que no sería así ya que debía cuidar de sus hermanos después de la hora de comer, para lo que faltaba poco tiempo, así que volvió hasta la habitación y se agachó para despertar a Bailey.
- Debo marcharme. - Murmuró en un intento de no sobresaltarla. Pero esta sonrió de forma remolona y se incorporó para besar una de las mejillas de Dana, algo que no la tomó por sorpresa, ya que le había dejado claro lo cariñosa que era.
- Adiós guapa, espero que nos veamos pronto.
- Así será. - Afirmó Dana nuevamente, con una gran sonrisa plasmada en su rostro y antes de marcharse de la habitación y, por lo tanto, de la vivienda.
Una vez fuera Dana rebuscó entre sus bolsillos su teléfono y paseo por el borde de la acera atenta a cualquier taxi que pasara por allí para marcharse a casa, siendo consciente de lo que le costaría aquella tontería a su bolsillo.
Lo primero que vio fue una notificación de un vídeo nuevo, lo que parecía ser una versión en vivo de una canción de Alyssa, ya que había activado las notificaciones de su canal oficial de YouTube. Esta inspiró suavemente y enchufó los audífonos al móvil, colocándose uno de ellos por el que empezó a escuchar la grave pero calmada de la voz de la joven, lo que provocó un retortijón en su estomago. Sin embargo, terminó dicho vídeo en el interior de un taxi que la llevó hasta una zona relativamente cercana en la que vivía, pagó al taxista, bajó y emprendió el camino hasta el puerto. Una vez allí sus hermanos corrieron para saludarla cuando cruzó la puerta, envolviéndose en un cálido abrazo y prosiguiendo hasta el interior de la casa, donde su padre ya se despedía.
- La comida está preparada en la nevera, solo intenta que no hagan de las suyas. ¿Entendido?
Dana simplemente asintió y se deshizo de la chaqueta roja que había portado toda la noche.
- Voy a ducharme, ¿me prometes que no haréis de las vuestras?
- No podemos prometerte nada. - Comentó de forma graciosa el pequeño, que recibió un suave pellizco de su hermana mayor.
- Solo os pido cinco minutos.
Y fue ese tiempo lo que tardó en ducharse y en vestirse con ropa mucho más cómoda para pasar la tarde en su casa y atender a sus hermanos, quienes discutían en el salón sobre alguna bobería, como acostumbraban.
- Chicos... - Murmuró Dana calmada, en un intento de que bajaran la voz ante el dolor de cabeza que seguía provocando en ella el alcohol.
- ¡Dile que me devuelva la switch!
- No es justo Dana, ella la ha tenido por media hora.
- No me hagáis quitárosla a los dos. - Amenazó Dana ahora, provocando que ambos niños resoplaran y se sentaran junto al otro para compartir aquella consola en el sillón más grande de la vivienda.
Dana, por su parte se preparó una taza de té y tomó asiento en un sillón más cercano a la puerta, dispuesta a devorar el último libro que tenía de su prácticamente nueva colección. Pero, el sonido del teléfono llamó su atención y un mensaje de Alyssa provocó que la joven se sintiera la peor persona del mundo, ya que se había olvidado de qué habían quedado aquel día.
"¿Al final quieres que nos veamos hoy?"
Dana chasqueo su lengua y tras observar por unos segundos más aquella pantalla iluminada tomó el móvil y lo desbloqueó.
"Cuido de mis hermanos, puedes pasarte por aquí si quieres o nos vemos cuando finalice el turno de mamá."
Volvió a dejar el teléfono sobre el sillón y se estiró en este a la espera de la respuesta que no tardó en llegar.
"Estoy en la tienda, así que puedo acercarme en unos minutos."
Alyssa entró en pánico casi sin que darse cuenta por el hecho de volver a ver a Dana después de no atreverse la noche anterior y tras la incomoda situación en su habitación. Había visto las historias de la joven en Instagram de aquella noche con quien parecía ser Jonan y sobre todo con Bailey, la atractiva rubia que bailaba con Dana en una historia que parecía haber subido uno de sus amigos casi que por traición. Mantuvo alejados los pensamientos que lograban provocar celos en ella, ya que era consciente de la tontería que resultaría que fuera así y tras despedirse de su abuelo salió directa hacia la localización en la que se encontraba la vivienda de Dana. Tocó el timbre y esperó paciente hasta que la puerta fue abierta por ella, una muchacha de aspecto cansado que esbozaba una tímida sonrisa y le indicaba que entrara.
- Buenos días. - Comentó en un intento de parecer graciosa Alyssa, comentario que esquivó Dana.
- Chicos, ha venido una amiga, ¿os comportáis hasta que vuelva?
Ambos niños asintieron y Dana se hizo con la mano de Alyssa para llevarla consigo hasta la cocina, que se encontraba ajena al salón en aquella vivienda. Allí tomó asiento sobre una de las butacas y esperó bajo la atenta mirada de Dana a que esta dijera algo.
- ¿Quieres té? - Alyssa negó rapidamente.
- Disculpame por no ir anoche, sé que puedes estar algo molesta por ello.
Pero, aunque fuera así la imagen de la joven Alyssa no podía molestarla. Esta tenía la cabellera recogida, al menos la mayoría de ella ya que una parte del flequillo caía sobre su rostro y el azul de sus ojos se encontraba resaltados por un casi que perfecto eyeliner que había hecho aquella mañana para atender en la tienda de su abuelo y causar buena impresión.
- No te preocupes, eres una chica muy ocupada. - Comentó ahora Dana, ya sonriente y mostrando una faceta que Alyssa conocía bien de ella. - La que te debe una disculpa soy yo por lo que ocurrió en tu casa, no sé qué me pasó.
Pero Alyssa negó rápidamente en un intento de evitar entrar el tema que provocaba un pequeño nudo en su garganta y que era consciente de que hacía sentir incomoda a Dana. Esta esbozó una gran sonrisa y estiró su mano derecha para tomar la de su amiga y proporcionarle un cálido apretón.
- Olvidémoslo, ¿te parece bien?
Dana sintió como su respiración se entrecortaba ante la cercanía de la joven y el cariñoso gesto, pero decidió ignorarlo y centrarse en un tema que la tenía en vilo: lo que le había comentado acerca de la productora.
Pasaron horas y ambas muchachas hablaban animadamente sobre cómo podrían llevar a cabo el proyecto que Alyssa le había prometido. Ambas, tras la llegaba de la madre de Dana acabaron en la habitación de esta, mostrándole la nueva canción que había compuesto días atrás y que cautivó a la joven Alyssa. Pero una repentina llamada llamó la atención de ambas, sobre todo de Dana, ya que se trataba de Jonan.
Esta, tras una apenada mirada hacia Alyssa descolgó y atendió a sus amigos, mientras que la otra joven se levantaba de la cama y paseaba por la habitación, observando con todo detalle lo que formaba parte de esta, en un intento de conocer un poco más de su amiga.
- Jonan quiere conocerte ahora, ¿te parece bien?
Aquella inesperada pregunta sacó de sus pensamientos a Alyssa, quien desprevenida solo le salió asentir.
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Prisioner.
Fanfictiondespués de una vida frente al ojo pública, tras haberse visto envuelta en una traumática ruptura y ser presa del alcoholismo la joven Alyssa decidió tomarse un descanso en el pueblo de sus abuelos; allí conoció a Dana, una muchacha carismática y que...