MATRIMONIO POR CONTRATO

CAPITULO 33: Jamás supe lo que era amar, hasta que la conocí.

 NARRA HARRY:

Escucho la puerta abrirse y de inmediato veo el rostro de Allison asomándose detrás de ella. Tiene una expresión rara en el rostro, es como miedo, tristeza y enojo a la vez. Su mirada está clavada en el piso, ni si quiera se ha dado cuenta que la estoy mirando desde que entró.

- ¿Todo bien? – cuestiono y ella levanta la mirada como si la hubiese asustado.

- ¿Estabas ahí? – dice casi en un susurro.

- Si.

- No te vi. – es tan volátil que su expresión cambia de un segundo a otro sin dejarme predecirlo.

- ¿Qué pasó? – vuelvo a cuestionar.

- ¿Por qué preguntas eso? – pregunta mirando el frío suelo debajo de sus pies.

- Fuiste con mi madre, ibas demasiado feliz y segura y ahora…

- ¿Ahora vengo demasiado arrugada para ser tan joven? – miro su rostro intentando encontrar sus ojos pero ella no levanta la cabeza. - ¿Me amas? – cuestiona aún sin mirarme.

- Si, tanto que podría viajar a la luna por ti.

- No tenías que ser tan cursi. – dice levantando la cabeza y regalándome una dulce y agradable sonrisa.

El timbre suena y ninguno de los dos es capaz de moverse, yo porque no puedo dejar de ver lo hermosa que es y ella porque quizá se siente asustada ya que no deja de temblar.

Valentina pasa al lado de los dos y de dirige a la puerta, yo me acerco a Allison y la tomo entre mis… bueno, mi brazo.

- Todo está bien. – susurro en su oído y ella me mira.

- Hice algo malo, estoy segura que no me vas a perdonar después de esto. – sus ojos se llenan de lágrimas y comienza a sollozar contra mi pecho.

- El amor lo perdona todo. – digo besando su cabeza y Valentina entra con un sobre en la mano.

- Es para usted señor. – dice extendiendo el sobre, extiendo la mano para tomarlo pero Allison en un movimiento rápido lo toma antes que yo.

- Dime que jamás lo firmarás… yo lo hice porque no quería traicionar a mi familia y porque en el fondo sabía que jamás lo firmarías. No estaba equivocada, ¿verdad? – la miro por unos segundos y con mi mano sujeto el sobre.

- ¿Qué es? – digo antes de abrirlo y ver que se trata de los papeles del divorcio donde su firma está ya rotulada.

- Lo siento.

- No te disculpes, es normal que lo firmaras. Sé que no me recuerdas y es obvio que a tu familia si, además, la familia es primero. – digo y después camino hacia el estudio del departamento.

- ¿Qué vas a hacer? – cuestiona siguiéndome con la mirada.

- Eso es acoso.

- ¿Eh? – miro su carita de confusión y sonrío por un momento para después volver a mi rostro serio.

- ¿Lo vas a firmar?