Segundo fragmento: capitulo 5

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Leuce

—su nombre es Leuce y es una  oceánide; hija de Océano y Tetis— Caronte suspiro—solo le puedo decir que el llego un día y venia con ella, desde entonces...

—entiendo— Perséfone ni siquiera sabia si podía escuchar que ellos dos...no quería pensar en ellos asi que bloqueo su mente y dejo que Caronte la llevara hasta el castillo. 

Allí estaba Hades acariciando a Cerberos, quien al verla de inmediato movio su cola emocionado y fue a recibirla. la diosa no pude evitar sonreír feliz por eso y lo acaricio con ternura, Hades presencio la escena impresionado.

—es increíble que el te busque cuando te ve para que lo acaricies y yo tenga que buscarlo a el para acariciarlo—comento el dios divertido, pero al no recibir respuesta borro su sonrisa y miro a Caronte en busca de una respuesta pero este solo aparto su mirada no pudiendo sostenérsela, cosa que alerto a Hades—Perséfone—la llamo

—¿si?—la diosa no dejo de acariciar al can

—¿sucede algo?—ante la pregunta la pelirroja frunció el seño indignada, de sus pies empezaron a salir varias raíces producto de su enojo. Cerberos se alejo con un quejido y Perséfone hizo desaparecer las raíces luego se suspirar y forzar una sonrisa en su rostro, tratando de calmarse

—todo esta sensacional—respondió mientras se adentraba en el castillo

—pura mierda, ni un ciego se creería esa sonrisita y ese tono—la diosa se detuvo en la puerta y apretó sus puños con fuerza —tu estuviste conociendo el inframundo, lo se porque hable con Minos un rato ¿Qué mierda sucedió en ese recorrido que te puso así?

—hummm no mucho en realidad—la pelirroja puso un dedo en su mentón en una pose pensativa—solo conocí seres muy interesantes—Perséfone lo miro con emoción fingida—¡ya se! ¿Por qué no le envías saludos de mi parte a tu hija?—Hades ensancho los ojos ante las palabras de la chica y sus ojos se pusieron rojos de furia mirando a Caronte que solo se encogió de miedo en su barquito—y también ... ¿Cómo es que se llamaba?—Perséfone lo miro con odio bañando sus oscuros ojos y Hades sintió como su corazón se estrujo de dolor al ver aquel sentimiento en la mirada de ella. Cuando la conoció temió por ver el miedo en ella por causa suya pero sin duda alguna el que lo mire con odio es mucho peor— también puedes darle las noticias a Leuce de que el puesto de reina del inframundo esta libre desde ahora—sin mas dio media vuelta y a paso firme y rapido desapareció de la vista de Hades quien se quedo helado en su sitio.

los minutos pasaron pero el seguia en el mismo lugar y cuando salio de aquel shock camino lento hacia el barquero que agacho la mirada—¿QUE MIERDA HICISTE?

—lo siento, mi señor, lo siento

—lo de mi hija es irrelevante, en algun momento ella se enteraría pero lo de Leuce es otra cosa ¿Cómo demonios se te ocurrió llevarla con ella y hablarle sobre ella? 

—la señorita Leuce estaba en las orillas de las islas de los bienaventurados, yo no podía evitar pasar por ahí debido a las ordenes de la señora e intente hacer de todo por que ella no la viera pero la señorita Leuce llamo mucho la atención e hizo que mi señora preguntara

—pues no debiste responder

—ella amenazo con lanzarse al rio si no lo hacia. usted sabe lo que sucede cuando un dios toca esas aguas, mas si es uno de la vida—Hades gruño imponente y fue en busca de su mujer, porque es su mujer; el no es de los que le pide a todas las que le gustan que sean su reina, de hecho es la única a la que se lo ha propuesto y esta seguro de que será la ultima. Perséfone es suya y por un estúpido error como ese no la va a perder.

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