Un amor común y corriente.

367 79 9
                                    

Me enamore en una tarde de verano. Un amor común y corriente, con la única excepción, de que, quien lo protagonizaba éramos tu y yo.

Aquella tarde de verano, el tiempo se detuvo, los colores se hicieron más brillantes y los olores aún más intensos, y en medio de todo aquello, estabas tú.

༄ ༄ ༄

Toda mi vida había vivido rodeado de cosas brillantes y en extremo deslumbrantes, pero para cuando lo noté, ya nada de eso se veía igual, pues si lo comparaba contigo, eran meras insignificancias.

Un segundo.

Dos segundos.

Tus pecas.

Tres segundos.

Un latido.

Tu mirada.

Cuatro segundos.

Tu sonrisa.

Cinco segundos.

Un flechazo directo a mi corazón.

Tan solo bastaron 5 segundos para tenerte grabado en mi retina y que tú mera existencia acelerará mi corazón. Deje correr el tiempo, intente por todos los medios no acercarme a ti, pero el destino es tan caprichoso que ninguno de mis esfuerzos fue suficiente, pues tú siempre estabas ahí, brillando, y resplandeciendo, mostrándole al mundo que TU estabas ahí y que debían de mirarte pues no encontrarían a nadie como tú, haciéndome imposible la tarea de olvidarte y mantenerme en mi mundo de ensueño, ese en donde creía que todo era perfecto.

Sin embargo, ocurrió lo inevitable. A lo que tanto le temía.

-Aoyama-kun, ¿Te gustaría hacer el trabajo en mi casa o en la tuya?, o si prefieres algún otro lugar, tan solo dímelo, por favor.- Ahí estabas, sonriéndome como si nada en tu vida estuviera mal, como si fueses invencible.

Me molestaba, me molestaba no poder quererte lejos ni un segundo. Así que actúe como siempre lo haría, ignorando a mi desbocado corazón.

-Hay una cafetería brillant, en el centro comercial. Si te parece bien, podemos encontrarnos ahí.

-Me parece perfecto, nos ponemos de acuerdo más tarde.

Me dejaste ahí, admirando tu espalda al alejarte, inconciente de que había pronunciado las palabras que habían sellado mi destino.

༄ ༄ ༄

Ese día y los que le precedieron, habían convertido aquella pequeña cafetería en nuestra guarida. Pues mientras estuviéramos ahí solo éramos tú y yo. Izuku y Aoyama, nadie más. Fue inevitable hacerme unido a ti, apreciar tu poca experiencia al interactuar con otros, tus chistes tan simples que causaban gracia, tu mirada llena de determinación y emoción cuando hablabas de aquello que amabas, y tu personalidad tan única que irradiaba luz. No era solo tú apariencia, era toda tu esencia la que resplandecia calidez, y hacía imposible alejar la vista de ti.

A veces, aunque intentará no reírme de tu constante nerviosismo que te hacía aún más torpe de lo que eras por lo general, no podía contenerme. Lo que causaba que te molestaras e hicieras un berrinche como niño pequeño, tan adorable que te causaba aún más risa.

Atravesamos la línea de la confianza, y en una plática durante un día lluvioso, te vi llorar por primera vez, ¿dónde estaba esa sonrisa?, ¿por qué mi pecho se oprimía a la imagen de tu luz desvaneciéndose?

Aquella tarde de lluvia, me contaste tu pasado. Desde como tu padre y sus amigos abusaban de ti cuando eras un niño, pasando por tu dolorosa infancia donde, después de tanto aguantar y por un estúpido comentario de Bakugo casi te quitas la vida, hasta llegar a la noche en que tú madre se suicidó frente a ti mientras llorando te pedía perdón. Ese día era su aniversario. El día era triste porque te acompañaba en tu dolor y quería que fundieras tus lágrimas con su lluvia para que pudieras liberarte sin nadie más lo notase.

Dime Izuku, ¿Cómo es que detrás de esa sonrisa y ese brillo, puede haber tanto dolor?

Tu vida nunca estuvo bien, nada en ella era perfecta, pero ahí estabas tu, dispuesto a enfrentarte al mundo con una sonrisa. No porque olvidarás lo que has vivido, no porque no te importará, no porque lo hayas superado, no porque las pesadillas dejarán de existir. Sino que te habían vuelto fuerte, con un gran sentimiento de lucha, porque quieres salvar a todo aquel que necesite tu ayuda, para ser el héroe que alguien desesperadamente necesita.

Por que tu muy bien sabes lo que es necesitar un héroe y que ninguno te salve.

Aquella tarde de lluvia, contigo entre mis brazos, acepte que te amaba, y antes de perder el valor, mientras un rayo resonaba, dije todo lo que sentía por ti. Creí que no me habrías escuchado, que todo seguiría igual, pero no fue así.

Me escuchaste.

Lloraste aún más fuerte.

Te aferraste a mi con gran desesperación.

Y pronunciaste con gran lentitud, simples palabras que hicieron que mi corazón dejara de latir.

"Je suis heureux de savoir que mes sentiments sont réciproques, car vous avoir à mes côtés, c'est comme apprécier le toucher doux du piano que j'ai tant aimé autrefois. "

("Me alegra saber que mis sentimientos son correspondidos porque tenerte a mi lado es como disfrutar del suave toque del piano que tanto amé alguna vez. ")

Habías aprendido francés.

Por mi.

Así como yo aprendí a tocar el piano para ti.

Me miraste con una sonrisa y dijiste -Amar a una persona es elegirla cada día, desde hace un tiempo descubrí este sentimiento y lo he llamado amor, pues sin importar lo que ha pasado, cada día desde entonces te he elegido a ti y solo a ti-

Cambiaste mi perspectiva, derrumbaste mis defensas, me hiciste vulnerable pero al mismo tiempo invencible, aceleras mi corazón con solo tú presencia, y renovaste el significado de belleza. Si eso no es amor, no me importa lo que sea, mientras este contigo.

-Izuku, quiero que seas consiente de que voy a estar contigo en las buenas y en las malas, aún cuando me quieras lejos, aún cuando estemos molestos el uno con el otro, ahí estaré. Por que los héroes necesitan que los salven de vez en cuando.

-Aoyama, si alguna vez tu brillo se debilita ahí estaré yo para ayudarte a brillar aún más que la última vez, así que por favor, brilla cuanto quieras.

No estábamos incompletos, no buscábamos nuestra otra mitad. Por el contrario, sabíamos brillar y deslumbrar al mundo por nosotros mismos, pero aún así nos encontramos.

Nada es perfecto, pero si me acompañas no tengo nada que temer.

Una Tarde De Verano.|| AodekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora