Incidentes

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Varié mi postura sobre aquel colchón de hotel. Era cómodo, pero soy de las que piensa que como el colchón de su cama ninguno.

Me senté contra el cabecero de mi cama, y esta vez ya colocada cómodamente, me fijé en ella. Estaba preciosa, ojalá tenerla aquí y ver esa carita en persona.

-¿Estás nerviosa por lo del sábado?

-¿Por el concierto?

-Sí.

-No, que va. Solo viene tu madre, tu tía, tu prima... Que va, apenas. – Dijo con una clara ironía.

-Es que poco más y se presenta toda mi familia ahí. – Me reí.

-No podía decirle que no a tu madre.

-Pero luego te metió a toa mi familia de golpe ahí.

-Pues sí. Ya podrías estar aquí. – Hizo un puchero.

-Mi amor, yo iría, pero estoy en la otra punta del mundo.

Llevaba tres meses de gira por latino américa. El cariño que estaba recibiendo era increíble, pero ya empezaba a echar mucho de menos a mis amigos y sobre todo a Ana. Encima, mañana por la noche daría un concierto en Granada y no podría ir.

Y las palabras que mi madre me dijo el día anterior rodaron por mi cabeza durante todo el día: "Miriam que más te da coger el avión mañana por la noche a cogerlo el día siguiente al medio día. A parte, si coges el de la noche puedes darle una sorpresa a tu novia y verme a mí, todas salimos ganando".

Y desde que me había dicho aquellas palabras, me había planteado durante toda la todo el día hacerlo. ¿Era una locura? Sí. ¿Que quería a Ana con locura para hacer eso? No os hacéis una idea de cuanto. Así que tras ver la cara de Ana sabía lo que hacer. Aunque tuviese que cruzarme el Atlántico a remo. Aunque pensándolo mejor, me cojo un avión, aunque les tuviese algo de miedo.

-Daría lo que fuera por verte, aunque fuese un rato.

-Piensa que ya no queda nada. Llego en tres días.

-Tendré que contenerme para no comerte la boca en el aeropuerto.

-¿Vas a venir con Ricky a recogerme al aeropuerto? – Dije, con una sonrisa en la cara.

-Bubu y Dumbo no se pasean solos, creo1.

-Bueno, pues a lo mejor tú y yo le hacemos una visita a los baños del aeropuerto mientras Ricky los pasea.

-Tampoco te flipes, rubia.

-Banana, lo deseas tanto como yo. – Dije pícara.

-Puede ser. Pero ni de coña que Ricky es capaz de meterse al aseo de chicas.

-Ahora no voy a tener derecho a follar con mi novia después de tres meses.

-¡MIMI! – Dijo en un susurro "gritado"

-¡¿QUÉ?! – Imité su tono de voz.

-No seas así de guarra.

-No te hagas tanto la dura.

-¿Sabes qué?

-Dime.

-Que me pondré el picardías que me regalaste por mi cumpleaños.

-Bufff. – Noté los calores subiendo por mi cuerpo. – Luego quieres que me contenga.

-Me lo podrás quitar por la noche.

-Madre mía, Ana. No sabes las ganas que te tengo. – Ahora mismo estaba cachondísima, al imaginarla así. Ahora me la imagino, pero el domingo la tendré delante con ello. – Yo ahora mismo llevo el del amigo invisible.

Vuelves (TERMINADA) // WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora