Este camino que recorremos juntos

Capítulo 5: Carrera contrarreloj

El estallido de los disparos a su alrededor le dejaron parcialmente sordo durante unos instantes y casi por instinto se lanzó al suelo en busca de protección. Cuando pudo recuperar los cinco sentidos buscó a tientas su ballesta y se incorporó lo más rápido que pudo.

–Mierda –mascullo al ser testigo del infierno que se había desatado.

Decenas de caminantes habían alcanzado el campamento con la eficacia suficiente como para no ser descubiertos por nadie hasta que fue demasiado tarde y en aquel momento deambulaban dejando tras de sí un reguero de muerte.

Con rapidez, Daryl abandonó su lugar junto al fuego y se subió a uno de los vehículos cercanos para obtener una mejor visión general de la zona. Se dio cuenta de que los engendros habían accedido principalmente por la carretera principal y la cara este del bosque. Esto significaba que sólo tendrían uno de los extremos del campamento y la zona del lago de la cantera, si no habían aparecido por allí también, como lugares seguros.

Cargó la ballesta con una de las flechas y de un salto, bajo del vehículo dispuesto a defender el lugar.

Escuchó un aullido de dolor a escasos tres metros de él. De manera automática disparó al caminante acertando de lleno en la sien y provocándole la muerte instantánea. Para el hombre, alguien a quien aún no había conocido, ya había poco que se pudiera hacer.

–Mucha gente va a morir esta noche –pensó con amargura.

En mitad de la gente que iba y venía de manera descontrolada y presa del pánico pudo divisar a Rick defendiendo la entrada del campamento.

–¡Daryl, será mejor que uses esto! –le gritó el Sheriff mientras seguía disparando con su revólver. Hábilmente, le lanzó una escopeta de la bolsa que habían conseguido recuperar de la ciudad. Si, en esos momentos, un arma de fuego era más eficaz que su ballesta.

–¿Dónde coño se ha metido Shane? –preguntó Daryl colocándose justo a su lado.

–Cubriendo el flanco del bosque con Glenn, T-Dog y un par de hombres más. Creemos que la mayoría de los caminantes están llegando por allí.

De pronto, un chillido llegó desde la entrada de la caravana de Dale. Los dos hombres se giraron para descubrir con horror como un caminante había conseguido atrapar a Amy. ¿Pero cómo había podido llegar hasta allí? Tenían todos los frentes cubiertos.

–¡Mierda! –rugió Daryl mientras volvía a llenar el cargador de su arma –Rick, el sendero sur, el que está al final de las tiendas de campaña.

–¡Eso es imposible. No pueden haber accedido por ahí! –el Sheriff cogió un rifle de la bolsa y mientras lo cargaba desvió su mirada hacia donde se encontraba el grupo de Shane.

–Escucha. Yo me hago cargo –Daryl sentenció –Intenta guiar a los que van llegando por aquí hasta el grupo de Shane. Cuando la zona este libre, que alguien bloquee la entrada con uno de los coches y monte guardia para los rezagados, ¿de acuerdo?

–¿Qué coño vas a hacer?

Antes de que finalizase la pregunta, Daryl ya había cogido un par de pistolas de la bolsa y estaba cruzando el campamento a toda prisa. Sus peores presagios parecían haberse cumplido ya que los gritos de terror se intensificaban en aquella zona. Los caminantes habían encontrado una tercera vía de entrada.

–¡Daryl!

El grito de Carol le hizo detenerse en secó. La mujer estaba junto a varios hombres y mujeres. Todos terriblemente asustados. Daryl se apresuró en acercarse a ellos con la ballesta preparada, listo para disparar en caso de que algún caminante se encontrase en su camino.