Dicen que nuestro destino esta escrito mucho antes de que naciéramos donde tenemos que enfrentarlo sin saber el precio de este, primero fui Isabella de Venecia, luego fui Reyhan Hatun, paso el tiempo donde me convertí en Kosem Sultán y finalmente me...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
3
Protegida por la Valide
El cielo nocturno iluminado por las estrellas y la luna nueva que estaba en lo alto, transmitía paz y tranquilidad. La Valide Ayse Hafsa Sultán, madre del Sultán Solimán el Magnifico, lo observaba desde la terraza de sus aposentos cuando abrieron sus puertas dejando ver a Daye Hatun, su fiel sirvienta y encargada del Harem.
–Madre Sultana–dijo Daye Hatun entrando y haciendo una reverencia–. Tengo que informarle que llegaron las nuevas concubinas.
–Llegaste un poco tarde con la información–sonríe–. Deberías habérmelo dicho inmediatamente no a las horas.
–Lo siento Madre Sultana–baja su cabeza–. El Harem era un caos y tenía que controlar esa situación antes de venir acá.
–Lo imagino, se escuchaba todo ese alboroto por todo el Palacio–dijo Valide Ayse Hafsa Sultán riendo y se sienta en su sillón–.
–Si hicieron mucho alboroto, esto es algo típico siempre cuando llegan nuevas concubinas–sonríe leve–. Las tengo controladas ahora, pero vengo hablarle de una situación–dijo Daye Hatun preocupada–.
–¿Que pasa Hatun? Sabes me asustas cuando vienes preocupada–Pregunta Valide Ayse Hafsa Sultán mirándola desde su sillón–.
–Le dire...–suspira–. Llego una concubina de Venecia, su nombre es Isabella, es muy joven para mandarla con el Sultán–dijo preocupada–.
–Considero que ese es su destino Daye...–la mira–. Como todas las que llegan a este Palacio.
–Lose–la mira y junta sus labios en una línea–. Ella esta aterrada con todo lo que paso...–junta sus manos–. Pensé que podríamos darle el privilegio de que cuando ella estuviera lista la lleváramos a los aposentos de uno de los príncipes.
–Mmm...–la mira–. Daye...No quieres cometer el mismo error que con Zeynep.
–No es eso–suspira leve–. Solo que no quiero ver a otra concubina morir en la cama dando a luz.
–Está bien...–sonríe leve–. Se que estas preocupada por esa chica, te daré el regalo por ser mi amiga más fiel en la cual hare de Isabella mi protegida–sonríe mirándola–.
–Oh...–suspira aliviada–. Gracias Madre Sultana–toma su mano para besarla–.
–Quiero conocerla–dijo Valide Ayse Hafsa Sultán mirándola fijamente–. Además, sé que casi se lo prometes.
–Mañana la conocerá a primera hora–sonríe–. Si, no lo niego pensé en prometérselo, pero me arrepentí porque no quería causarle falsas ilusiones–dijo Daye Hatun sonriendo leve dando un suspiro–. Con su permiso Madre Sultana, Buenas Noches–hace una reverencia para salir de los aposentos–.
