ㅤㅤ𝟎𝟏.ㅤescapadita al medio de la nada

189 27 5
                                    


Bianca.

"Pensa bien las cosas Chu," inquiere siguiéndome hasta la entrada "te llegas a ir y no hay vuelta atrás." determina con un fallido intento de voz firme.

Le miro una última vez, temblorosa y destrozada. Joaquín me observa expectante, deseando con todas sus fuerzas que corra hasta sus brazos.

"Espero sepas perdonarme algún día." digo entrando rápidamente al auto y arrancando, mirándolo con los ojos cristalinos a través del espejo retrovisor.

Me destrozaba el alma abandonar todas las cosas buenas en mi vida, pero no podía continuar mintiéndome a mí misma. No quería lastimar a nadie más.

[...]

"Por favor, no me llames." ruego cortando por onceava vez la llamada entrante de cierto castaño.

El torbellino de emociones como estrés, angustia, felicidad y ansiedad me golpeaban fuerte en el pecho.

Llevaré manejando una hora, y todavía no sabía donde mierda ir a parar. Plata para algún hotel apenas tenía. Y asumiendo que mis viejos ya llegaron de su viaje a Uruguay y hablaran con Joaquín, seguramente me cortaron las tarjetas.

Estaba totalmente pérdida.

Paso unos minutos más manejando entre la noche sin esperar nada. Hasta que de la misma nada, se me ocurre marcarles a algunos amigos en Tucumán y otros de Córdoba.

Eso de salir mucho a fiestas y conocer gente de otros lugar tenía sus ventajas, pienso marcando el número de Thiago, el primer tucumano que me encontré en la vida.

Entre varios llamados fallidos, al fin alguien me responde. Juanjo, un correntino amigo que conocí borracho en alguna fiesta.

"Eh, hasta que llamas desaparecida, ¿por qué osa interrumpir mi proceso de embriaguez, señorita?" habla entrecortado, como risas de por medio.

Evidentemente en pedo.

"¿Seguís en tu casa? En Córdoba," indago rápido, nerviosa "necesito ayuda gordo."

"Si, me regreso en unas semanas, ¿queres venir a verme porque me extrañas mucho? Yo te dije que lo harías negrita. De mí nadie se puede olvidar tan fácil." carcajea y suspiro, ni tomando alcohol cambiaba la pelotudez de este.

Unas preguntas y carcajadas más hasta que corto, poniendo en el gps la ubicación: cuatro horas y media para llegar a destino.
Le envié un mensaje a Juanjo, indicándole que estuviera atento a mi llamado, no tenía mucha batería y estaba preocupándome.

Él me responde con un simple ok y le clavo el visto.

Inspiro cansada, acomodándome. Se hacía interminable este viaje.

[...]

Otra hora más y el ambiente continúa en silencio. Había puesto el modo avión con los datos encendidos. Y por más que no recibiera llamadas por común, los mensajes no paraban de caer.

Comenzaba a arrepentirme.

¿Estaba haciendo lo correcto o me había mandado la cagada más grosa de mi vida?

Me inundo en mis pensamientos, carcomiéndome sobre si volver y ser infeliz o quedarme y hacer la mía, con el alma llena de felicidad.

Me meto por un camino de piedras hasta ingresar a un pueblo nada conocido para mí. Todo era oscuro a mi alrededor, las luces del auto alumbraban apenas el camino, dejándome distinguir algún que otro árbol y las hojas verdes que caían en el camino.

Un ruido me llama la atención, y cuando quise darme cuenta, mi auto ya se detuvo por completo. Y para mi suerte (o desgracia), a unos metros estaba una pequeña estación de servicio, pobremente iluminada y todo se mantenía cerrado.

Miré la hora y el porcentaje de batería; 3:09. 19%.

Tomo el celular y busco el contacto de Juanjo, marcándole rápido. Sin respuesta alguna.

Repito otras siete veces, sin éxito. Cuando estoy por rendirme y largarme a llorar de la ansiedad, la llamada es respondida y puteo inmediatamente.

"¿Te dije alguna vez que cuando puteas sos tan tierna que me encanta?" pregunta entre carcajadas suaves.

"¿Qué haces con el celu de Juanjo? Pasame con él, Gardel. No tengo tiempo para boludeces." ordeno sin rodeos.

No voy a mentir. Tenía el corazón a mil. Olvidé cómo era su voz, y lo que provocaba en mí cuando hablaba.

"Yo también te extraño Bian." ironiza y suspiro. Por dentro me moría de nerviosa "Juanjo se pasó de copas, y me pidió de favor que estuviera para recibirte." explica y lo que escucho es una campera cerrándose "Dame la dirección, te paso a buscar yo."

Dudo unos segundos, indecisa. Unas mínimas ganas de verlo surgieron en mí.

Suspiro y hablo, mirando los carteles que están en una esquina, indicando las calles.

"Estás como a veinte minutos más o menos, llego en un rato." habla bostezando, robándome una sonrisa "Quedate dentro del auto Bianca, besos."

Hice lo que me pidió y me siento, cerrando las puertas con seguro y tomando una campera del asiento trasero.

La noche en el campo era muy fría, no entiendo como esta gente se acostumbra a ello.

El cansancio se apoderaba de a poquito de mi cuerpo, haciéndome tirar la cabeza de lado a lado para mantenerme despierta.

Cierro los ojos unos momentos, pensando en las cosas que dejé hace unas horas. Haciéndome dudar nuevamente de mi alocada y poco cuerda decisión.

"Yo sabía que eras linda, pero no pensé que te pondrías más aún." suelta sobresaltándome en mi lugar.

Carcajeo mirándole profundo, seguía igual de lindo el hijo de puta. Solo que mantenía el pelo teñido de blanco ahora.

"No esperaba verte." digo bajando del auto y dándole un golpe suave en el hombro.

"Yo tampoco, pero son cosas que pueden pasar, ¿no?" sonríe mientras habla "Es el destino Bianca."

Chisto restándole importancia.

No cambiaba más.





















𖤐

wenas señores, cree esta fic d la misma nada, literal jaja es cortita pero aun asi le puse harto empeño <3


pd: la fic transcurre cronologicamente a unos meses del mundial, en 2023; enzo decide tomarse un descanso del futbol y se va a cordoba con juanjo (amigo d la prota y este) a una casa q el primero tiene por ahi — aqui no tendra ni novia ni hija, sera un chico d 21 como cualquiera

𝐯𝐚𝐫𝐚𝐝𝐨𝐬.ㅤenzo fernández ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora