~Mundos Distintos Mismo Sentimiento~ [Jotakak]

☆ El chico del pañuelo

Cuando llegué a la escuela, lo primero que hice fue dirigirme a la enfermería para que me curaran mi herida.

La enfermera quiso cortar mis pantalones, claro que no dejaré que nadie toque mi uniforme, no por eso es tan caro. Además de que no iría por ahí con los pantalones cortados. Cuando me disponía a quitármelos, de mi chaqueta se cayó el pañuelo que me había dado aquel chico pelirrojo.

Recordando que no pude preguntarle su nombre, espero volverlo a ver.

Espera...

¿Qué mierda? ¿Por qué es chico anda rondando mis pensamientos?

Demonios, eso sonó muy gay.

Cuando llegue a casa, reafirmare mi heterosexualidad viendo porno.

Aún que...aun así, tenía un olor tan...especial, era muy agradable...

O simplemente era el que tenía hambre.

Cuando la enfermera curo mi rodilla, me dispuse a irme a mi salón.

Tenía en la mano, el pañuelo de ese chico que tenía un agradable, no sé por qué me gusta ese olor. Decidí dejar ese tema de lado, volviéndolo a guardar en mi gakuran

Llegué a mi salón, abrí la puerta y ahí estaba el profesor, me regaño por unos momentos, pero no era algo que me importará. Me senté en mi lugar, traté de poner atención a la clase, creo que trataba sobre literatura o algo así, no puse mucha atención.

No sé por qué no podía sacar a de la cabeza a ese chico.

Pasaron los días, seguía teniendo la intriga de saber quién era él, sin embargo, no había pista ni siquiera de su nombre.

Estaba en clases, cuando sonó la campana anunciando la hora del almuerzo, escape de las chicas, quienes querían que tomará el almuerzo forzosamente con una de ellas.

Ni en un millón de años, tomaría el almuerzo con algunas de esas escandalosas.

Sinceramente no tengo interés en las chicas y mucho menos en tener pareja sentimental. No creo tener la suficiente paciencia para eso, solo me gusta estar tranquilo y punto. Una relación es mucha molestia, molestia que me quería evitar.

Caminaba por los pasillos de la escuela hasta perderme en estos, llegando a donde no había nadie, era un buen lugar para almorzar y descansar tranquilamente. Fue cuando inesperadamente, algo capto mi atención en una de las aulas.

Era el abandonado club de arte.

Atreves de la ventana, se percibía una sombra. ¿Quién se encontraría en el club de artes y más a la hora del almuerzo?

Bueno a mí que me importa, no era asunto mío. Me disponía a seguir con mi camino cuando, un dulce olor llego a mi nariz, era el mismo que antes había percibido antes.