❝Tu aroma se disipó en el aire, tus mentiras ahora solo son ecos que resuenan en mis oídos, y las huellas de tus dedos, lejos de yacer simplemente en mi piel, ahora solo se aferran con fuerza, quemándome.❞
S E G U N D O L I B R O
Kita Nanami ya n...
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No otra vez.
Mi corazón deja de bombear sangre, haciendo que todo mi cuerpo se quede quieto en su lugar.
Reconozco la silueta de la persona que se acerca a mi, gracias a las luces que vienen de las calles contiguas y los hogares alrededor.
Y, de nuevo, me llevo una decepción enorme.
ㅡ¿Qué hacías caminando sola?ㅡ me pregunta el castaño, pasándose la mano por el cabello, haciéndolo hacia atrás. Parecía estorbarle.
ㅡ¿Y tú qué mierda haces siguiéndome?ㅡ alzo la voz, neurótica.
Yuta se ríe bajito, inclinando la cabeza.
ㅡLo lamento. De hecho, pasaba a visitarte a la casa de tu maestra. Pero te encontré aquí. Quería llamarte, pero jamás respondiste.ㅡ me da una excusa, contrario a mi, se ve tranquilo.
Tengo que tomar un par de respiraciones más para calmarme.
ㅡ¿Y por qué ibas a casa de mi maestra si todavía es jueves?ㅡ busco una forma de hacerle ver qué no quiero verlo hoy. Estoy en lo mío, hasta que noto que lleva una sonrisa en la boca.
Esa maldita sonrisa de nuevo.
ㅡBueno, es por qué quiero que salgamos de lo convencional. Ya sabes, siempre que nos reunimos hablamos de mi trabajo. Y a decir verdad, estoy algo aburrido así que... ㅡ sonrío al escucharlo. Él, al ver mi divertida expresión, pone una similar, como si tuviera la certeza de haber ganado algo.
ㅡBueno, ya que lo mencionas... Hay muchas cosas que podrías hacer.ㅡ cruzo los brazos alrededor de mi pecho.
ㅡ¿Tienes alguna idea?ㅡ me sigue la corriente.
ㅡ¡Claro! ¿Por qué no te subes al puto auto, enciendes el motor, tiras de la palanca de mano y te largas y me dejas tranquila?ㅡ pongo mis manos en su pecho, apartándolo de mi. Cuando estoy intentando retomar mi camino, lo escucho gruñir, desesperado.
Tira de mis manos, apretándolas entre las suyas. Me mira a los ojos, presionando los dientes y procede a morder sus labios, tratando de contener una de las tantas curvas que estos pueden formar.
ㅡ¿Por qué eres tan malditamente cerrada, Nanami?ㅡ habla con voz ronca, arrugando la nariz en una sonrisa mientras yo intento forcejear para liberarme de su agarre. ㅡ ¿Te parece gracioso tenerme como un imbécil tras de ti? Pero está bien, muñequita, si quieres jugar así, así jugaremos.
