Capítulo 28 "Una amistad"

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—¿Pero qué armario es éste? Parece la de un chico —comenta Harper intentando elegir una ropa decente para mí. 

—Yo no valgo para ir a sitios de lujo Harper.

—No, si eso ya lo veo, ¿no tienes ningún vestido? 

¿Vestido? ¿Yo? Jajajaja 

—Me conoces lo suficiente como para saber que vestido y yo no somos compatibles —. Llevaré unos vaqueros y alguna sudadera boni... 

—¡Ni hablar voy a dejar que hagas eso! Menos mal que me has llamado, necesitas una gran ayuda. 

La verdad es que no se lo voy a discutir. Necesito ayuda de alguien profesional, y Harper es la persona indicada, se le da muy bien el diseño. 

—¿Por qué no te pones el vestido que llevaste el día de la fiesta? 

—¿Porque es de fiesta y algo provocativo para una simple cena? —pregunto con ironía. 

—A veces exageras, ¿lo sabías? —dice buscando en vano en mi armario—. ¿Tienes alguna ropa de tu madre? 

Esa pregunta me vino por sorpresa. 

—Creo que sí, pero no creo que su ropa encaje conmigo.

—Grace, ninguna ropa encaja contigo según tú —rueda los ojos. 

Sale de la habitación para posteriormente entrar en la de mis pasados padres. Abre el armario y de nuevo empieza a buscar, pero esta vez de manera cuidadosa por respeto a mi madre. Yo mientras tanto me siento en su cama pensando en porqué me pasa todo esto. No tenía que haber aceptado la cita con Pierce, es que sin duda soy imbécil. 

—¡Ajá! ¡He encontrado uno excelente! —saca un vestido blanco. 

—Harper que no me voy a casar con él —digo al ver la prenda. 

Los vestidos blancos de toda la vida se han puesto para la boda. 

—Qué anticuada eres, este vestido no es de boda, es muy elegante y además no mucha gente elije vestidos blancos. 

Me levanto de la cama para observar mejor el vestido y la verdad es que es muy bonito. Demasiado bonito como para llevarlo yo. 

Me obliga a probármelo y lo hago sin reproches. Minutos después, salgo del baño recibiendo una cara de sorpresa de Harper. 

—Oh my god... —dice con la boca bien abierta—. Grace estás... estás... increíble. 

—¿Tú crees? —me miro en el espejo poco convencida—. ¿No crees que parezco ridícula? 

—Grace, a veces me sorprende que seamos tan buenas amigas cuando no tenemos nada en común. 

Ahora, hay que elegir si llevarás el pelo suelto o amarrado. 

—Lo prefiero suelto. 

—¿Maquillaje? 

—No. 

—Grace...

—¡No me gusta maquillarme! 

—¡Me da igual! Te pondremos algo de maquillaje. Eres muy guapa pero el maquillaje te hará parecer más adulta y eso le gustará a Pierce. 

—Yo soy la que voy a ir a la cena y digo que no pienso llevar maquillaje —suelto muy decidida.

—De acuerdo, pero baja esos puños porque cuando te enfadas me das miedo —ríe. 

***

Pierce aparca el coche delante de mi casa. Lo sé porque Harper y yo estamos escondidas debajo de la ventana del salón impacientadas por su llegada. Parecemos ridículas. 

El profesor AllenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora