1. Ansiedades

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Dando el reloj siete minutos pasadas las seis de la tarde, Hyejoo se alistaba para una cita. Revisó su closet buscando ropa cómoda pero linda, decidiéndose por su hoodie favorito con un pequeño estampado de lobo. Se convenció a sí misma que disminuiría su ansiedad si estaba cómoda, pero no hubo caso. Repasaba su cabello por enésima vez mientras se miraba a los ojos fijamente en el espejo, el intenso temblor de sus manos delatando cuán nerviosa estaba. No eran nervios de los feos, para nada, eran de emoción. De esos que te revuelven el estómago y te hacen querer gritar, saltar y rodar por el suelo. Y vaya qué emoción sentía! Decir que estaba a punto de estallar no sería una exageración. Hoy era una fecha muy, muy especial después de todo: era su primer aniversario con Chaewon.

Terminando de alistarse se dirigió a su cocina, sacando de la alacena lo primero que sus ojos vieron y poniéndolo a preparar. Eran fideos instantáneos, su única comida muchas veces. Después de todo, su flojera le impedía preparar algo más saludable.

Teniendo todo preparado para comer, volvió a revisar el reloj. Veinte minutos pasadas las seis. La ansiedad la seguía consumiendo, no la dejaba pensar en paz y sentía sus rodillas débiles. Sin embargo, sumado a eso también la acompañaba una felicidad que pocas veces había sentido en sus 20 años de vida, y que la llenaba de esperanza. En el medio de todo eso se encontraba una ligera incertidumbre, pero decidió volver a eso en el futuro. "Tengo tiempo para calmarme y comer" pensó, lanzándose rápidamente a consumir su cena.

Estando apenas en el tercer sorbo de sus fideos insípidos, su mente se vio invadida por Chaewon, y antes de darse cuenta estaba pensando en su sonrisa ladeada, en la forma de sus labios, en la vez donde trató de mostrarle cómo preparaba desayuno y quemó parte de su cabello preparando un huevo, y por supuesto, en su voz tan característica y que ya le hacía mucha falta escuchar. No podía evitar sonreír al recordar cómo comenzaron esta travesía juntas.

El comienzo de su relación fue en épocas difíciles, en esos meses donde la universidad termina por desgastar toda la energía vital de una persona y no queda nada más que hibernar y dormir todo el día, con la promesa de que quizá "me sentiré mejor más tarde".

En su punto más bajo, Hyejoo se retrajo de la sociedad y decidió utilizar el poco y nada de tiempo que le permitían sus estudios en jugar videojuegos. ¿Era lo ideal? Para nada. ¿Le importaba un carajo? Exactamente. Son Hyejoo sólo quería dejar de pensar y disociarse de forma sana, de la misma forma en la que sus demás pares lo hacían con el alcohol y los revolcones. Ella definitivamente prefería utilizar sus propias maniobras de escapismo, por supuesto.

El problema con esto, como muchos otros que vienen con tener a los videojuegos como hobby sin ningún trabajo para sustentarlo, es que tan rápidamente como se quedaba sin cosas que jugar, también salían rápidamente nuevos títulos que deseaba probar pero no podía comprar. Es una situación que todos conocemos y hemos vivido, tristemente.

Y fue esa rabia la primera motivación para que Hyejoo comenzara a vender sus consolas. Si ya no tenía dinero para seguir los títulos populares, se transformaría en una jugadora de PC y ahorraría más a largo plazo. Sony y Nintendo pueden irse a la mierda, ya la habían decepcionado (exceptuando Pokémon, tendría que perder la dignidad por ese juego en pos de la nostalgia).

Posteó en páginas populares de compra y venta dos cosas:

Que estaba vendiendo sus antiguos cartuchos de 3DS y DS que ya no le llamaban la atención.

Que necesitaba con urgencia (sí, en negrita) deshacerse de sus consolas o iba a morir de hambre.

Escribió el listado de precios en el mismo hilo de sus publicaciones anteriores, sumado a sus datos en caso de querer contactarla y se fue a dormir. Al día siguiente, entre muchos mensajes con ofertas sobre los juegos y otros insultándola por vender tales reliquias, se encontraba uno que leía lo siguiente:

(4:23 am) Park Chaewon:

hola

quiero el animal crossing nl

lo más rápido posible

o también voy a morir

prfvaor

No entendía por qué ni cómo, quizá fue el destino si algo así existía, pero luego de reírse unos 6 minutos seguidos mientras releía este mensaje de auxilio, Hyejoo decidió que Chaewon y ella se llevarían muy bien, incluso llegó a desear conocer más a esta persona. Desesperada a las 4 am por un juego sobre ser alcalde de un pueblo lleno de furries? No, no era un anhelo, era una necesidad. Por ridículo que suene, Hyejoo necesitaba conocer a esta persona, estaba segura de que encontraría cosas buenas, aunque pareciera no tener pruebas de ello. Hizo de lado sus dudas y movida por una fuerza invisible, respondió rápidamente el mensaje, indicando el precio y otros datos necesarios para la transacción.

Y es aquí donde empezó todo.

A pesar de que Chaewon ya había recibido el juego que compró hace más de dos semanas, seguía entablando conversación con Hyejoo siempre que podía. Le hablaba sobre el clima, sobre su perro, que últimamente no disfruta mucho el café, y sobre cómo ella crearía y dominaría un récord guinness en ir del canal 1 al 100 utilizando el control remoto de la TV.

Y, por mucho que parezca simple, fueron esas pequeñas interacciones las que poco a poco fueron sacando a Hyejoo del agujero sin fondo en el que sentía que vivía. A pesar del sentimiento constante de fracaso inminente, la crisis de los 20 años y estar pasando por una mala etapa en la uni, los días se tornaban lindos con tan solo hablar con Chaewon.

Su mundo se veía un poco más cálido. 

Fuerza de Gravedad (Hyewon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora