Fin de año se acercaba. Nuestra primera obra la terminamos y ya estábamos organizando la segunda.
Pensé que aquella breve charla que tuvimos con Gissel, fue porque la siguiente obra ibamos a ser nosotros dos solos. Y resulta que, cuando llego al teatro, hay un chico sentado en el escenario y abajo está Valentín sentado donde se ubica el público. Con una cara de culo que podes verla desde cuatro cuadras de distancia, él mira al chico nuevo con los brazos cruzados.
Quiero reírme. ¿Qué le pasa? ¿Lo conoce?
Saludo a Gissel, quien me recibe con un grito de emoción y un abrazo apretado, caluroso y reconfortante. Su saludo llama la atención de los dos varones. El desconocido me mira por unos segundos y luego sonríe. Valentín, por su parte, me hace una seña para que me acerque a él.
"Hola." sonrió. Porque lo extrañé, a pesar de haberlo visto hace dos días.
Él vuelve a hacerme una seña y yo me acerco quedando a centímetros de su cara.
"¿Vos también creías que ibamos a estar solos?" susurra.
"No... porque siempre está Gisse." le devuelvo el susurro y beso su mejilla para después separarme.
Valentín entorna los ojos. Y me pregunto si es, por mi respuesta, por mi beso o por el chico que no deja de mirarme. Me quedo con la primera.
"Hola. Santiago, ¿vos?" se acerca a mi y besa mi mejilla tomándome por sorpresa.
"Lorena. Un gusto."
"Bueno... vamos a empezar. Veo que ya se presentaron. Santi, Valentín y Lorena se conocen hace un año y poquito. Igual, vos estate tranquilo y cómodo que ellos dos son muy buenos chicos... mis favoritos." Gissel nos mira con una sonrisa y aplaude emocionada.
Está loquisima.
El tiempo que pasamos allí adentro, no actuamos. Simplemente hablamos y organizamos como va a ir la obra y, principalmente, quienes van a interpretar a quienes.
Por suerte es una obra que, se podría decir, es más tranquila. Donde no tenemos que actuar como si "hiciéramos el amor" con Valentín. Aunque, si estaba incluido el amor en ésta.
Gissel no quería que Valentín y yo volvamos a actuar como si fuesemos pareja. Nos dijo que si ibamos a tener una breve historia pero que al final, yo iba a estar con Santiago.
Era una simple obra, como cualquier otra. Pero, de todas formas, no me agradó la idea. Al menos para mi, iba a ser incómodo tener que besarlo sin antes conocerlo. Como también besarlo frente a Gissel y Valentín, el último siguió cargando su cara de culo por el resto de la tarde. Y yo me seguía cuestionando el porqué de su semblante.
Me termino yendo del lugar sola, como últimamente no estaba haciendo. Con un sabor amargo por despedirme de Valentín con un beso en la mejilla, ya que, tampoco estaba acostumbrada a despedirme de esa forma.
Me subo al colectivo sola. Con mi mano fija en el bolsillo de mi campera. Santiago, antes de que yo me fuera, me dio un papel arrugado en la mano, seguido de decirme "abrilo cuando te vayas." me había guiñado el ojo y regalado una sonrisa coquetona que me extrañó.
Cuando abro mi mano con aquel papel arrugado, entorno mis ojos al leer su supuesto Instagram y número. ¿Con qué necesidad de ser así de rápido? Vuelvo a guardarlo y me sumergo en el aburrimiento que conlleva viajar en colectivo sola. En pleno diciembre, donde estoy transpirando e insultando por dentro ante todo humano que pase cerca mío y esté en mi misma situación.
Mañana tengo que ir a la escuela de artes, son los últimos días. Como buena curiosa e inquieta que soy, pienso preguntarle a Valentín porqué estaba tan extraño hoy. Capaz que le sucedía algo verdaderamente importante. Y así como él me ayudo en distintas ocaciones con mis tantos problemas personales, yo podría hacer lo mismo.