Capitulo 3

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Pov Pranpriya

Después de encontrarme con aquella retardada. Fui al club a llevar el último bulto que quedaba. Park echaba espuma por la boca, pero me dió mi dinero y antes de irme le pegué un buen puñetazo a JK por dejarme y llevarse mi auto. Le quedará un ojo morado, pero no me importa.

(....)

Me levanto y hago mi rutina como todos los días. Me ducho y bajo para preparar el desayuno.

—¡Buenos días! Huele rico.—

—El desayuno esta preparado en la mesa.— Nos sentamos y empezamos a comer. En mi cabeza aparece la chica del baño. ¿Por qué se parece tanto a mi?

—¿Estás bien, hija?—

—Viejo, ¿puedo preguntarte algo?—

—Claro, hija. ¿Qué pasa?—

—Tu y la señora que nos abandono. ¿Tuvieron más hijos?— El abre los ojos como plato y mira para todos lados menos mis ojos. Eso solo puede significar una cosa.

—Habla, viejo.—

—Te ibas a enterar de todas maneras. Cuando nosotros vivíamos en Tailandia se incendio nuestra casa.—

—¿Qué?—

—En ese entonces eramos cuatro en la familia. Nosotros dos, tu mamá y tu hermana.— Parece que si tenía una hermana. ¿Será la chica de ayer?

—Esa chica, mi hermana, ¿era mi gemela?— La sorpresa en sus ojos me aclaro mis dudas.

—¿Como sabes eso?, ¿Quién te lo conto?—

—Nadie, viejo, tranquilo.—

—Ellas murieron en el incendió, solo pude salvarte a ti. Busque y busque, pero el humo me cegaba. No pude salvarlas, yo lo siento.— Me levanto de mi asiento y voy a abrazarlo. Si supuestamente ellas murieron en el incendio, ¿por qué esa chica sigue viva?

—Papá, tú hiciste lo que pudiste. No tienes por que disculparte.— El se separa de mi abrazo y levanta su vista para mirarme.

—¿Como sabes lo de tu hermana?— Me alejo y respondo lo primero que se me vino a la cabeza.

—Vi una foto.—

—Oh, ¿enserio?, ¿De donde la sacaste?—

—Haces muchas preguntas, viejo. Estaba en el sótano. Fui a buscar algo y la encontre.—

Bruschweiler, eres una completa mentirosa.

—¿Encontraste lo que buscabas?—

—Si, creo que usaré la moto.—

—¿Estás segura? Llevas mucho tiempo sin usarla.—

—Si, no te preocupes. ¡Me tengo que ir! Nos vemos al rato.—

—Cuidado por ahí.— Beso su frente y salgo de la casa. No he usado la moto desde que tengo mi auto y no tengo mucha práctica que digamos, pero dicen que la práctica hace al maestro, ¿no?

Idénticas | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora