Una loca... era la única palabra que podía describir perfectamente lo que me pasaba y lo que sigue pasando.
El juez me había sentenciado a un manicomio situado en una ciudad algo lejana a cualquier gran pueblo; sin comunicación, sin personas, sin prácticamente ninguna forma humana que pudiera acercarse al esquizofrénico lugar, en pocas palabras una total locura para cualquier persona, aunque en realidad para mi podía llegar a ser el cielo de ciertas maneras.
Tengo alrededor de 19 años, o al menos eso recuerdo ya que aquí en el Babel no habia calendarios. Por cierto, antes de seguir con mi historia, quiero aclarar que siempre me he referido al manicomio como Babel, a causa de la torre de Babel la cual era la única forma de comunicarse con Dios, o al menos así lo plantean los estudiosos.
Sinceramente, siempre me habia considerado una loca en toda la palabra, pero hasta hace apenas 786 lunas en es que lo han reconocido oficialmente ante el gran mundo. Y hasta hace un par de días, es que vengo escribiendo. Y se preguntarán ustedes, ¿cómo una loca puede escribir? Bueno, aquí estoy haciéndolo, así que continuo. Como dije hace un par de días empecé a escribir, aunque la idea no fue mía, lo que sucede es que...
-- ¡Oye loca! --Grita el guardia sacándome de mi mundo.
Me acerco a la reja y me recargo para ver quien venía ya que en los últimos segundos habia escuchado unos pasos venir hasta el fondo del pasillo.
-- ¡¿Que rayos te pasa?! ¿No ves que estoy concentrada?
-- ¡Mira no me vengas con tus tonterías! En primer lugar, ni deberías de escribir, estas loca, ¿de qué nos hablarías?... aaaa no, ya se: Mírenme me creo una genio y una adivina que se lo que siente todo el mundo.
--Se dice psicología, y nunca he dicho que sepa lo que sientes.
--Ya cállate estúpida.
Golpea fuertemente mi hombro con un palo haciendo caer en un fuerte golpe, mientras que se acercaba un tipo que a primera vista y claramente se podía decir de él que este se sentía con aires de pulcritud.
-- Ya párate estúpida, vienen a verte.
-- ¿Quién? Yo no conozco a nadie.
--No lo sé, ¿no que tú eres muy sabionda? O al menos eso decías a gritos cuando te declararon culpable.
Recuerdo que ese idiota estaba en la sala del juicio cuando me sentenciaron, bueno para ser sinceros habíamos sido compañeros, en el preescolar y en la preparatoria, y sinceramente no me sorprende que haya terminado de simple guardia, aunque... yo no me encontraba en mejores situaciones.
--Disculpe, es usted ¿Lara Esther? --Me dirige la palabra un hombre medianamente alto, de rostro impecable, con cabello de color negro y mechones de color miel, tal vez de unos 22 años de edad.
--Bueno, eso depende de que Lara busque. Además, yo no existo. Así que primero contésteme algo: científicamente ¿busca el 99% de mí que no existe, o solo el 1 %?, oooo ¡no! ¡ya sé! Usted busca a la que en serio no existe ¿verdad?
--Ya contesta la pregunta imbécil. --Refunfuño el guardia amargado, haciendo que el tipo que venía frunciera ligeramente el rostro, haciendo que se notara que él al igual que yo; sabía que el guardia era perfectamente un muérgano.
-- Mira soquete –Me dirijo a responderle al guarida- estoy hablando aquí con el caballero, así que ya no necesito que me molestes, por lo que puedes retirarte en este instante.
Estaba preparada para la cantidad de calumnias que gritaría el garoso vigilante, pero... antes de que este me contestara, el dichoso tipo lo paró de golpe diciéndole:

YOU ARE READING
¿Locura? o... Talvez.
ParanormalUna chica de 19 años esta encerrada en un manicomio, o torre de Babel como ella usualmente le llama al lugar, en donde se dispone a escribir un libro acerca de sus pensamientos que merodean en su cabeza. Sin embargo un día llega un desconocido que l...