Valentina, Emma, Jonathan, Rubén y yo estamos sentados en la sala de espera, la preocupación el miedo y el terror son mis aliados en estos momentos, la preocupación inunda mi cabeza, el miedo se instala en mi alma y el terror me bloquea la mente. Solo puedo pensar en ella, en lo que pasaría si no sale de ahí. Ella es fuerte, es la chica más fuerte que he conocido, ella podrá.
Estoy inquieto, no dejo de mover mi pierna frenéticamente debido a los nervios, Valentina y Emma han llorado todo el rato, Jonathan hablaba con sus tíos hace un rato y mi hermano consolaba a Valentina, Emma estaba junto a mí, ha intentado darme ánimos y esperanzas todo el rato.
—¿Y si no sale?
—Ella lo hará, saldrá, deja los malos pensamientos Adrián.
—Es que siento miedo Emma, siento mucho miedo.
—Lo sé, yo también, pero tienes que ser positivo.
Me calló.
Un hombre de mediana edad entra a la sala, tiene anteojos y una bata blanca, el doctor a cargo del estado de Isabella.
—Familiares de la señorita Jade Isabella Farra.
Todos nos ponemos de pie inmediatamente.
—¿Como está? —pregunto de inmediato.
—Soy su hermano. —Habla Jonathan de inmediato.
—Yo soy su prima.
—Soy su novio.
—Necesito hablar con la familia a solas.
—Eso no pasará, hable.
—No puedo dar información sin...
—Es su maldito novio, hablé ya de una vez. —Se molesta Valentina.
—Bueno, Jade está en estado grave, su vida peligra. Digamos que está en un punto medio entre la vida y la muerte.
—¿Posibilidades de que sobreviva? —pregunta Valentina.
—Cincuenta por ciento.
—Doctor, usted tiene que salvarla. —Pido.
—Haré todo lo que esté en mis manos, mi equipo y yo estamos luchando por su vida.
—Escuche si la deja morir usted morirá con ella ¿me entiende? —amenazó.
—No hacen falta sus amenazas, ya le dije que haremos todo lo posible por salvarla.
El doctor se retira.
Pasa otro rato más, mis sentimientos de preocupación me están volviendo loco, siento que en cualquier momento voy a explotar, necesito verla, necesito ver sus iris verdes mirándome.
Ella no puede morir, no puede morir.
Me dirijo hacia una enfermera que camina hacia la sala de emergencias.
—¿Puedo ayudarlo en algo?
—¿Sabe sobre el estado de Jade Farra?
—No. Trabajo en el área de emergencias, puede preguntar a la enfermera de la recepción de este piso.
Se va.
Me dirijo hacia la enfermera que me recomendó.
—Buenas tardes, quiero saber sobre el estado de la señorita Jade Farra.
—¿Es familiar?
—Si, soy su primo. —Miento—
—Bueno, la señorita Farra está en la sala de cirugías, hasta ahora no hay novedades.
Vuelvo a la sala de espera, esta vez no tomo asiento porque si lo hago acabaré loco de la preocupación.
El mismo doctor aparece en nuestro campo de visión.
—Escuchen... Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para salvar la vida de la señorita, pero desgraciadamente la bala atravesó y rasgó órganos peligrosos que la llevaron a una debilidad terrible, la ambulancia a pesar de haber llegado minutos después no fue en tiempo suficiente, la niña tiene aproximadamente diez minutos restantes de vida, y pregunta por Adrián Castro.
Mi mundo se derrumbó, mi corazón de rompió, el alma salió de mi cuerpo, mis piernas perdieron toda fuerza que tuvieran dejándome caer al suelo. Mi mundo se detuvo, sentí como mi cuerpo se heló. Aun así, me quede en shock. Mi mente no asimilaba las palabras del doctor.
—¡Usted dijo que la salvaría! —replica Valentina hecha un mar de lágrimas.
Jonathan por otro lado llevo las manos a su cabello frustrado.
—Lléveme.... Lléveme con ella. —Pido al doctor poniéndome de pie.
—Acompáñeme.
Lo sigo, no puedo ver nada a mi alrededor.
El pasillo se torna largo y oscuro, debe ser mentira, ella no... Ella no puede morir.
Entra a una habitación, yo me detengo. Llevo las manos a la cara y me obligó a entrar.
La habitación era el número diecinueve, entré y la vi... La vi recostada en una camilla conectada a millones de máquinas estúpidas que me terminaron de quebrar en cuanto la vi conectada a ellas. Me acerqué, no tenía mucho tiempo, ella me miró. Sus iris verdes se conectaron con el azul de los míos, lagrimas escaparon de mis mejillas sin evitarlo.
—Adrián… —habla ella con voz débil— escúchame con atención... en mi cómoda hay una carta que escribí, tenía un mal presentimiento así que tome la decisión de escribirla, en Spotify hay una lista de canciones especialmente dedicadas a ti con el nombre de Jadrian ¿okay? sé que...
—Isa, para. —Tomo el valor para hablar.
—No. Escúchame. Recuerda que tenemos un juramento, un juramento que seguiré cumpliendo esté donde esté.
No puedo, no podía, esto es mucho para mí, escucharla hablar era como clavarme un cuchillo en el corazón, tomé su mano y la entrelacé con la mía.
—Pero ponte de pie, párate de esta camilla y vamos al parque, sentémonos frente a la laguna y hablemos de todo ¿sí? Recuerda que te prometí que haríamos un camping.
—Te amo eternamente, mi chico roba números.
Cerró sus ojos, su mano fría cayó de nuevo en la camilla. La máquina que hacía escuchar sus latidos dejo de hacerlo y hacerse escuchar un sonido sin pausa, escuche ese maldito "pi" que no cesaba, que me indicaba que la chica que se había ganado mi maldito corazón estaba muerta.
Ella estaba muerta, y con ella yo también.
El doctor entró junto a unas enfermeras.
—Salga por favor.
Me quede shockeada, cada célula de mi cuerpo se alejo de la burbuja de la realidad. No entendía, no sentía, no sabía, no pensaba. Varios doctores me obligaron a salir.
Llegué hasta la sala de espera, allí estaban todos, llorando, y diciendo cosas que no escuché, me acerqué a Valentina.
—Valentina, mira...
Me interrumpió con una bofetada que hizo que mi rostro se volteara.
—¡Esto es tu maldita culpa! ¡Si no hubiese sido por tu pasado de delincuente esta mierda no hubiera pasado! ¡Por tu culpa mi hermana está muerta! —dice llorando.
Tiene razón.
—Lo sé y créeme que no pasara un día en el que no me culpe de esto. —Mi voz se quebró.
—¿Pudiste despedirte de ella? —pregunta Jonathan acercándose a mí.
—Me hablo, pero jamás podre despedirme de ella.
—Sé que la amas y que esto no es tu culpa, ella solo sufre y no es consciente de lo que dice. —Me dice Jonathan limpiando algunas lágrimas que caen de sus ojos.
Me dio una palmada en el hombro y se alejó, mi hermano abrazaba a Valentina y Jonathan hablaba con sus tíos para darles la noticia, Emma se acercaba a mí.
—Lo siento, Adrián yo...
No la dejé terminar, me acerqué a mi hermana y la abracé. Escuche sus sollozos. Me partí en dos, las ganas de llorar eran gigantes, pero algo me lo impedía. Un fuerte dolor se instalo en mi cabeza. Todo era demasiado para mí.
19 de enero, el día donde la perdí y donde una parte de mi murió junto a ella.* * * *
<Gracias a todas las personas que están leyendo y votando, espero que esta historia cumpla con sus expectativas>⛈
Estado: agradecida con mis lectorxs.
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Bajo la misma tormenta [✔]
RomantizmAbandonada, maltratada, cansada de la vida y los demonios sobrevivientes de su pasado, Jade es una chica encerrada en su propia burbuja, en su propio mundo. Adrián es todo lo contrario, popular en la secundaria, guapo y una sonrisa encantadora. ¿Qu...