Capítulo 35

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Hafner Decanini caminaba ya por la conocida ciudad celestial, desde el primer momento que tocó las calles, se las memorizó. Desde hace 10 años que caminaba por las mismas calles, visitaba la misma casa, se quedaba siempre el horario establecido y se iba al caer el sol.

10 años pasaron desde esa noche en Suiza, desde que a Romina le dieron otra oportunidad en la ciudad celestial. 9 años desde que toda la división dirigida por Mateo, tomó lugares de antiguos arcángeles, los 4 formaban parte del consejo de los 24.

Mateo era la mano derecha del supremo líder y del príncipe de Aquifer.

En cuanto a Romina, ella también forma parte del consejo de los 24, desde esa noche en Suiza, no ha vuelto a pisar la tierra. Aquel ser sigue dentro de ella, pero está aprendiendo a sacarle provecho de tanta maldad. Calipso y ella, limaron sus perezas desde hace unos años, ahora son inseparables.

—¿Estas segura que quieres hacer esa misión?—pregunto Mateo a Romina, la chica miraba por el ventanal de la habitación de los 24.

—Absolutamente Mateo, ya es momento de volver a la tierra, no voy a correr el riesgo que otro ser como el que tengo... quiera volver a la tierra, para desmantelar los grupos de magia negra— hablo con total seguridad.

—Me parece una buena idea, pero es peligroso ¿no quieres que te acompañemos Romy?— era Calipso verdaderamente preocupada.

—No, no quiero que se arriesguen. Voy yo ¿Qué es lo peor que me puede pasar? Ya tengo esta cosa, morir no es algo que me preocupen y lo saben— se levantó la sesión de los 24 y el supremo líder.

Romina iba caminando por los pasillos y Endel iba a su lado.

—¿Sabes que Marlen, ya vio tu llegada? —preguntó el príncipe de Aquifer, ella suspiró y asintió.

—Lo imaginaba tío Endel, mi papá ya no tendrá que venir aquí a visitarme — como Hafner prometió, jamás la dejaría sola y lo ha cumplido. Roxan siempre quería venir a la ciudad celestial, pero al no tener sangre angelical, no podía.

Marlén sonrió al ver a Endel y a Romina, todos los Decanini y acompañantes estaban estáticos. Desde hace 10 años que no la veían.

Romina había cambiado, vestía un vestido la seda fina blanca, como parte de las 24 eso la distinguía. Su piel era más pálida, su expresión más seria, mirada indiferente.

Zaid sonrió ligeramente al percibir el aroma de ella, que tanto le encantaba, había tenido un calvario estos 12 años sin ella. Quería ir abrazarla y no soltarla nunca, pero la mirada indiferente, lo hizo quedarse estático.

Hafner y Dereck estaban felices de que ella haya vuelto, ellos junto con Endel estaban al pendiente de la pequeña Romina.

—Mi pequeña — Roxan rompió el silencio para ir a abrazarla, una sonrisa sincera y dolorosa salió del rostro de la joven.

—Hola mamá, te extrañe mucho — se limpió las lágrimas rápidamente. Lilian y Jayden fueron los que vinieron a abrazarla, era su hermanita pequeña y estaba en casa de nuevo.

Luego sus tíos, hasta que se topó con su madrina. Greta quería a mucho a su ahijada, la abrazo efusivamente.

Hasta que quedo frente a él, Romina había evitado, prestarle atención a ese aroma.

—Weisz — le dio la mano formal, lo más serio, lo que menos quería ella era volver a sufrir como lo hizo tantos años.

—Muñequita— ahí estaba ese apodo, era como un puñal en el corazón de ella. Pasaron a la cena que habían organizado, improvisadamente.

—¿Y cuánto tiempo te quedarás aquí sobrina?— le pregunto Evan en la comida, la chica ya no era la misma, ya no se ponía a hablar con nadie, ni siquiera con Elian, salían contestaciones monótonas.

—Mañana mismo, tengo que ir a Europa— tranquilamente mientras se quitaba los guantes negros que portaba, no le gustaba comer con ellos, pero tampoco quería asustar a su familia. La marca de que el ancestro de Andrea seguía ahí con ella, eran venas superficiales en toda las manos con la característica de que se veían negras.

Zaid solo seguía serio, seguía sintiéndose culpable, si tan solo él no se hubiera alejado de ella...no le hubiera pasado nada de eso.

—Lamentó tanto esto — dijo Andrea con sinceridad — he buscado la manera de encontrar a esas personas, pero no las encuentro— con culpabilidad bajando las manos.

—Por eso mismo iré a Europa, tú no los puedes detectar porque eres bruja de magia blanca. No estás infestada como yo, yo puedo detectarlas— con amargura— no te ofendas, matare a todo tu árbol genealógico, por lo que me hicieron—Dejando en claro que ya no era la dulce niña que todos conocían.

—Adelante, mi familia no son ellos, mi familia son ustedes —comentó Andrea con sinceridad.

—¿Qué te hicieron Romina?— pregunto con sinceridad Elian, no reconocía a su mejor amiga.

—Elian, mis objetivos no han cambiado, he cumplido con todo mis objetivos de vida — le dijo con una calma que inquietaba, miro a todos —ya no soy la misma, pero me estoy aferrando a la vida. —con ironía— ¿Saben lo que me hicieron esas brujas? Me destrozaron. La única manera en que yo puedo sacarme a esta cosa, es que mi corazón deje de funcionar.  —Se levantó de la mesa y se acercó a su papá, este la tomó de la mano—Ya no he sentido alegría, satisfacción, tranquilidad. Solo siento odio, coraje, dolor y tristeza. El único sentimiento más parecido a calma o alegría, es cuando mi papá va a visitarme, mi padrino o mi tío Endel. — con la mirada brillosa, Hafner abrazo a su pequeña. — así que perdóname por ya no ser la misma de antes, las personas cambian y a mi me cambiaron .

Déjame volar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora