12. Una película excitante

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Narra Frank:


Me desperté con un dolor de cabeza horrible y, sin darme cuanta, acabé despertando a Luzu.


—Hola. —dijo, mientras yo me acomodaba entre sus brazos.


—Luzu, me duele el estómago y la cabeza.


—Has bebido demasiado. —articuló, para a continuación reírse.


—N-no es gracioso. —Volví a escuchar una carcajada por su parte, pero esta vez más sonora.


Me levanté de un salto de la cama, corrí hasta el baño y vomité.

Suspiré pesadamente y me cepillé los dientes. Necesitaba quitarme el mal sabor de boca.


—Hola Lanita. —la saludé sentándome a su lado.


—Hola. Luzu me ha dicho que bebiste demasiado anoche. Ten, bebe esto. —Tomé lo que me dio sin preguntar qué era.


—Gracias. —le agradecí antes de beberlo.


—¿Iremos al cine hoy? —preguntó Luzu, mientras se sentaba frente a mí.


—Claro. —respondió Lanita.


—¿Te gustan los videojuegos? —Me preguntó el castaño, al haber acabado de desayunar.


—Eso creo. Es decir, jugué un par de veces cuando era niño, pero bueno, ya te puedes imaginar cómo son mis padres...


—Si, lo siento... Bueno, ¿quieres jugar?


—Claro. —contesté sonriendo.


—Chicos, voy a salir, cuando regrese vamos al cine. Okay? —dijo Lanita, al mismo tiempo que se peinaba un poco el cabello con las manos.


—Está bien. —contestó Luzu.


Al final optamos por jugar al GTA V. Tardé un poco en aprender a jugar, pero me gustó mucho.


—Hagamos carreras. —ideó Luzu—. Si pierdes puedo besarte.


—N-no, no quiero. —dije intentando parecer seguro.


—Yo sé que sí. —me susurró al oído, causándome un 'no-del-todo-desagradable' escalofrío.


—B-bien. p-pero ¿Qué pasa si tu pierdes?


—Hmm, eso lo decidirás tu.

—V-vale.


La primera iba muy bien, incluso iba ganando, aun sabiendo que no quería eso, pero lo hacía sólo por orgullo.

Estaba a punto de llegar a la meta, cuando Luzu chocó contra un lado de mi coche y ganó.


Me miró y, sonriendo, se acercó a mis labios.

Mordió mi labio inferior, provocando que sangrase un poco, luego me besó e introdujo su lengua en mi boca.


—Que sólo era un beso, chaval. —le dije cuando ambos nos quedamos sin aire. —Ya verás cómo te gano. —No fue así, perdí las tres siguientes, y mis labios no daban para más.


—¿Que ibas a ganar decías? —dijo satisfecho. Lo miré, frunciendo los labios y seguimos jugando.

Duros caminos del destino [Wigetta y Lutaxx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora