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Shouyou despertó porque le dio frío en los pies. Pero, en contraste con sus pies, el resto de su cuerpo estaba deliciosamente cubierto en una sábana gruesa y pesada que lo mantenía igual de caliente que un yakiimo.

Abrió los ojos.

No estaba en su habitación.

Lo supo desde el principio, cuando no sintió uno de los resortes que saltaba del colchón en el lado izquierdo. Y las sábanas estaban limpias, olían a detergente. Las suyas huelen a humedad y a polvo. Igual se estiró, bostezó y cerró los ojos con la intención de volver a dormir. No cualquier día se duerme en un lugar así de cómodo y limpio.

Estaba cayendo de nuevo al sueño profundo cuando escuchó la puerta abrirse. Buscó con cuidado y lentamente en el bolsillo de su pantalón. Se aferró a la navaja de Atsumu y se preparó para lo que sea que fuera a pasar.

Unas cosas tintinearon y el vapor que sólo puede salir de una carne de pescado de primera calidad le hizo abrir los ojos.

"¿Estás despierto?"

Claro, huele a él.

"No quisiera, pero sí".

"¿Tienes sueño todavía?"

Se destapa un poco. Kageyama está al pie de la cama con una bandeja de bambú, de esas que venden en las tiendas de muebles occidentales para desayunar en la cama. El Alfa le sonríe. Su habitación es igual a la suya, pero completamente diferente.

La gran ventana tiene persianas en lugar de cortinas. Están a medio abrir y dejan pasar poquita luz. Kageyama tiene el cabello mojado. Huele a jabón y a romero, su aroma natural.

"¿Te diste un baño?"

"Sí, eh... Estaba trabajando y me dolió la cabeza. Pensé que con eso se me quitaría".

Kageyama le acerca la bandeja y él no opone ninguna resistencia. El desayuno que le ha preparado se ve delicioso: salmón a la parrilla, arroz, natto, misoshiru, karaage para su sorpresa, y un vaso de leche. Es una combinación extraña. Probablemente le de diarrea después de comer natto con leche, pero no le va a negar que es un buen gesto intentar poner todas las cosas nutritivas en un solo desayuno.

"¿Ya comiste?"

El Alfa le mira atento mientras él revuelve los frijoles y la baba espesa se empieza a formar entre sus palillos. A sus manos les cuesta trabajo mantenerse firmes con los cubiertos.

Tobio también está temblando. Ver a Hinata despierto le hizo sentir muy aliviado.

"Sí. Hace poco".

Se siente raro no saber qué decirle. Se siente raro ver a Hinata como alguien que acaba de conocer, como si no hubieran estado a punto de morir no hace poco.

"Oye, Kageyama-san". Tobio alza la mirada para mostrarle su completa atención al Omega. "¿Cuánto te debo ahora?"

Nunca se acostumbraría a la mirada tan segura de Hinata. Nada nunca podría atravesarle, es un cono de helado que nunca se derrite. Ni el día más caluroso de verano podrá hacer sudar a Hinata.

"No me debes nada". Le contesta con una risa que se le escapa.

"¿Por qué?"

El Omega, molesto, le mira con una ceja alzada.

"Porque no. No fue nada".

Shouyou se lleva una cucharada de arroz a la boca y casi cierra los ojos del sabor tan delicioso que tiene. Hay ajonjolí, hojuelas de nori y aceite de sésamo. Está suave y pegajoso, como le gusta a los niños.

La Ira del Tirano | Haikyuu!! FF (KGHN | Omegaverse!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora