Demi cerró la puerta y corrió lejos, no supo cuanto ni por cuánto tiempo sólo que se vio forzada a detenerse cuando su garganta no soportó más la tristeza y de sus ojos comenzaron a mojarse. ¿Qué iba a hacer ahora? No podía estar con Wilmer, no podía decirle que serían padres, no podía seguir soportando una vida de maltrato. Vio a un perro y recordó a, Scott, el perro de Wilmer… lo trataba mejor que a ella. ¿Qué era lo que la había enamorado de un tipo como ese? Todas las mentiras que duraron hasta que ella dio el “Sí, acepto” complemente hechizada por su falsa personalidad.
Había querido golpearla una vez más y lo había hecho pero sólo había sido una bofetada, no había podido más porque luego de ello, Demi había huido de la casa, debía proteger a su bebe. No podía decirle a Wilmer.
Suspiró profundo y siguió caminando, debía calmarse –Le hace mal al bebe– Se dijo, y quiso hacer caso a sus palabras pero no pudo.
Se detuvo frente a su cafetería preferida, miro un momento hacia adentro mientras se lamentaba de no tener dinero para poder comprarse un bocadillo y que si presión arterial subiera un poco. Maldijo al reconocer a Nick y Joe Jonas, sus dos mejores amigos, en una de las mesas. Rogó que no la vieran pero el último ya había levantado la vista, dicho algo a su hermano y ahora se encaminaba hacia ella. Quería desaparecer y evitarlos sin embargo se quedó allí, parada, dura como una escultura de hielo y con una sonrisa de plástico. –Demi – Nick fue el primero en saludarla y abrazarla.
Joe lo siguió cuando éste se apartó, Demi se tensionó al recordar la odiosa costumbre que Joe tenía desde que eran niños: Un beso en la mejilla antes de un buen abrazo. Antes de casarse con Wilmer le había parecido de lo más tierna y simpática pero ahora…
–Hola, Demz –El paso de Joseph le pareció mucho más cauteloso y frívolo que nunca antes en su vida. Lo vio levantar la mano, pensó si en retroceder pero no tuvo tiempo, Joe corrió su pelo dispuesto a dejar un beso en su cachete, su cara paso de la sorpresa a la furia. Miró a Nick y luego volvió sus ojos a ella–El desgraciado te hizo esto ¿verdad?
De pronto Demi recordó que a Joe siempre le había dado mala espina Wilmer y que jamás habían tenido una relación grata sin embargo Demi lo había atribuido a que Joe siempre había sido protector con ella.
No pudo responder, no pudo decir ni una sola palabra, se arrojó a sus brazos y lloró en su pecho mientras sentía que los músculos de Joe se tensaban.
–Será mejor ir adentro – Sugirió Nick al ver que la gente comenzaba a observarlos.
–Demi ¿Podes calmarte, por favor? Te prometo que todo estará bien – Hasta su propia pregunta a Joe le sonó estúpida, ¿Pedirle que se calmara en un momento como ese? A una mujer le era fácil. – Necesitamos un lugar más privado – Le dijo a su hermano, sin dejar de abrazarla la condujo por la calle con Nick atrás de él.
Demi se durmió poco después de que el coche formara parte de los otros cientos que hacían que al ver la demora automovilista las personas decidieran usar bicicletas o caminar. Joe no supo si Demi había ido tan rápido a brazos de Morfeo por cansancio o nerviosismo.
No le resultó ninguna molestia bajarla del auto en brazos y llevarla a su habitación arropándola.
