#17. Kathy.

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Pov. Santino.

¿Cómo decirle?

¿Cómo decirle lo preciosa que se ve con ese traje rojo?

¿Cómo decirle lo hermosa que se ve aún con lágrimas en los ojos?

¿Cómo decirle que la quiero, que la adoro, que la deseo... que la amo?

No hay forma.

Ella aún está enamorada de su esposo y yo... yo estoy enamorado de ella.

¡Ya está! Lo dije, lo confesé. La amo, amo cada célula que compone su esbelto cuerpo, amo cada cabello que cae sedoso y suave por su espalda, amo el color azul de sus ojos, amo la sensual sonrisa que hace sin darse cuenta, amo el contoneo natural de sus caderas al caminar, amo sus curvas en forma de reloj de arena, amo sus pecas pequeñas, amo sus mejillas cuando se sonrojan, amo sus labios rojos que exijen ser besados por mí, y como la amo, no puedo hacernos ésto.

Sé que tratarla mal no hará que deje de amarla, pero quiero desquitarme con ella por ser lo que es: una Diosa que enamora a todos.

Sentí tantos celos y rabia cuando ví a Brad tocar su cuerpo, ella es intocable, ¿cómo pudo tocarla con sus manos sucias y llenas de pecado? ¿Cómo pudo tocar algo tan puro y delicado? La ví tan indefensa con su pequeña en brazos que cuando ella se fue a bañar le metí una golpiza a Brad que seguro le quebré unas costillas.

Pero demostró ser tan fuerte porque aún cuando su lindo cuerpo fue ultrajado, baño y cuido a sus hijos sin importarse por sí misma. No es que agradezca lo que le hizo Brad, pero ese acontecimiento nos hizo unirnos y pude convivir más.

Pero sé que la dañé, que le dije cosas que no eran, que la hice sentir una cualquiera y me dolió más a mi que a ella, sin embargo yo solo quiero dejar de sentir este amor que cada vez se hace más grande.

Estoy enojado, frustrado, triste y desolado, me desquité con mi sobrino, aquel niño inocente que no tiene nada de culpa y no quiero justificarme, pero sentí celos de verlo tan junto de ella y más cuando su hijo le quito la manta y le ví esos preciosos pechos que tanto me encantan; que solo pensé en apartarlo de ella. Aquella mujer que se preocupó por él y le dió la sudadera de su hijo para abrigar al niño que yo tengo que cuidar y proteger.

—¿Ya casi llegamos tío? —pregunta James a mi lado y sacándome de mis pensamientos.

—En unos 10 minutos, James. 

—Ya quiero llegar.

—¿Por? —pregunto confundido.

Normalmente le gusta dar paseos en el coche, le relaja ver los árboles, casas y comercios por los que pasamos.

—Es que... quiero darle un papel a mi mami.

Miro sus manos y efectivamente, tienen una hoja blanca doblada por la mitad en la mano.

—¿Es muy urgente? —pregunto por su insistencia.

—¡Si! Es que quiero ir a ver a Jhon.

—¿A Jhon? ¿Él que tiene que ver con ésto?

—Ah, es que aquí —señala la hoja—. Hay un recado que Kath le mandó a mi mami.

—¿Qué recado? —cuestiono inmediatamente por su respuesta.

¿Será más bien para mí? 

Bah, claro que no. Después de lo que le dije, no creo que vuelva a dirigirme la palabra nunca más.

—Es para ir a su casa —anuncia obvio.

—¿De Jhon? —alzo una ceja confundido—. ¿Y qué dice?

—No se leer —se encoge de hombros.

—Yo sí, dejame leer —ordeno.

—Nop, no es para tí. Es para mí mamita —se lleva el papel al pecho.

—Solo déjame ver qué dice, te lo devuelvo después.

—Está bien —me lo da de mala gana.

Lo agarro y me detengo en el semáforo que me impide avanzar, aprovecho para leer el tal "recado".

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Hola señora, soy la mamá de Jhon (el amiguito de James) y a mi hijo le gustaría seguir frecuentandolo en las vacaciones de invierno, ante ésto le quiero enviar mi número de teléfono para ponernos de acuerdo algún día:

567 902 4578

Y también le doy mi dirección por si alguna vez les queda de pasada y quieren darse una vuelta. Mi casa está a su disposición:

Av. Fiori, fraccionamiento Miles's Garden #567. Es una casa blanca con un portón negro y un pequeño jardín a un costado.

Espero que nos podamos comunicar y si no se da la oportunidad de vernos, les deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo.

Kathy :)

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Suspiro imaginadola escribiendo esta carta, siempre tan linda y sencilla, con una ortografía perfecta y una letra preciosa. Saco mi celular y le tomo foto a la carta, tengo su número pero no su dirección, quizá pueda pasarme a su casa para pedir disculpas.

—Tío, nos pitan —avisa James y me compruebo que es cierto.

Los coches de atrás pitan el claxon exigiendo que avance, rápidamente arranco aún con la hoja en la mano.

—Ya me das mi recadito.

—Como eres fastidioso, James —ruedo los ojos—. Dile a tú mamá que yo te puedo llevar a visitar a Jhon.

—¿En serio? —pregunta feliz.

—Si.

No me puedo alejar de ella y menos soportar tanto tiempo sin verla, le pediré disculpas y aprovecharé llevando a James para verla lo más que se pueda.

—Gracias, tío —suspira—. Extraño a Jhon y también a Fiolecita y a Kath —sonríe sonrojandose—. Ella es linda —confiesa mirando sus manos.

—¿Quién? ¿Fiorella? —cuestiono y le devuelvo la carta.

—Nop, Kath.

¿Qué? 

—¿Qué cosas dices, James? Ella está grande y es la mamá de tu amigo —de nuevo estoy celoso de un niño de cuatro años.

—¿Y qué? Ella es linda y me trata bien, además es mi amiguita también.

—¿Tú amiga? —pregunto irónico.

—Sip, ella me lo dijo y me da dulces.

—Ella te trata así porque eres el amigo de su hijo, si no, no lo haría.

—Claro que no, ella me dijo que yo era su amigo y además... ¿a ti que te importa tío?

—Me importa porque Kathy es mía —se me sale y tardo en darme cuenta en qué lo dije en voz alta.

—Kath es de Jhon, ¿cómo va a ser tuya? —cuestiona confundido con lo que dije.

—Olvidalo, no es de importancia.

Estaciono el auto cuando llegamos a la casa de mi hermano, quito las llaves, me bajo del coche, camino y abro la puerta donde está senado James, lo cargo en mis brazos y agarro sus cosas, después camino hasta la puerta y toco la puerta esperando que me abran.

La abren, saludo a su mamá —con la que no tengo una buena amistad— me despido del niño y de la madre, doy media vuelta, me subo al coche y arranco pensando si ir o no a la casa de Kathy.

Kathy, tan bella mi rubia pecosa.



En la tierra como en el cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora