❝Hace tiempo alguien me explicó la historia de un paraíso que se hallaba más allá del mar. Me preguntaba qué tan desdichado había de ser alguien para nacer en el infiero, qué tan egoístas habían de ser otros para abandonar a los demás a su suerte en...
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año 849; Cuartel General del Cuerpo de Exploración
No sé que hora era, puede que las 4 de la mañana, puede que las 5, incluso podían ser ya martes. La cabeza me estaba empezando ya a dar vueltas. Era uno de esos momentos en los que te vas a la cama y te duermes al instante, pero yo no podía irme a dormir, antes tenía de recibir un escarmiento. Viva.
No voy a mentir, el cuartel general estaba verdaderamente hecho un asco, vasos por el suelo, cerveza derramada, vino derramado, un par de mesas del comedor estaban volcadas, también había sillas rotas, y no llegue a comprender el como, pero alguien había preparado toda una olla de espaguetis y ahora estaban esparcidos por media mesa. A bueno, y también había gente durmiendo por los rincones de las zonas comunes.
Ahora me encontraba en el comedor del edificio principal del cuartel, sentada en una silla delante del comandante mientras el capitán estaba de pie, apoyado parcialmente en la mesa no muy lejos de mí. Estábamos solos, todo el mundo había sido mandado a sus habitaciones, o fuera del cuartel simplemente, ya que muchos eran de la guarnición, yo pensaba hacer lo mismo, pero cuando estaba a punto de cruzar la puerta Ackerman me agarró del brazo, "Esto es cosa tuya ¿verdad?", farfulló este, y tiro de mí hacia dentro del edificio.
Yo no hablaba, me quede callada en la silla, pensando todavía en qué hora y día eran, y en porque Erwin y Ackerman estaban tan callados todavía.
— Por cierto la fiesta a estado genial, de las mejores de mi vida, espero que la próxima vez que organicéis una igual me invitéis — dijo Dot Pixis, que parecía bastante contento, mientras se iba por la puerta.
— ¿Cómo mierdas has podido hacer esto? —preguntó Ackerman con una tonalidad bastante molesta.
— Oye, oye, oye, yo no he hecho esto sola — le respondí — yo solo he participado un poco.
— ¿Cómo que participado? — preguntó este, que seguía muy molesto.
— Trabajo en equipo ¿no dices qué es eso en lo que peor nota tengo? — mi comentario le produjo un tic en el ojo — Ellos ponían el alcohol y yo invitaba a gente.
— ¿Quiénes son los demás implicados? — preguntó Erwin en un tono mucho más calmado y apacible que aquel que estaba usando el cenutrio de Ackerman.
— Los recién graduados, aunque creo que ahora están todos tiesos, la mayoría ni aguantaron la primera ronda — y menuda envidia, ojalá haberme ido a dormir a las once como ellos.
— ¿Y me estás diciendo que tú sola has dado con toda esta gente? — preguntó Ackerman. He de decir, que el tono de voz que estaba usando me estaba empezando a dar miedo.
