Recuerdo el día en que me quedé atrapada en tu ser, en mi interior sentía esa sensación a la que nunca encontré manera de explicar, era vorágine ver como tus ojos expresaban aquello que absolutamente nadie ha llegado a entender de ti; Era tan excitante la manera con la que causabas dicha opia en mi, sobre todo la manera con la que mi mente escribía la incierta historia de un amor del ser que existía en ambos.
Recuerdo tantas veces que en mi menoría existía la posibilidad de que nuestro ser se unieran solo por una noche a contar chistes y hablar hasta dormirnos, solo con el motivo de que supieras la semejanza de lo que no conocen de ti, con lo que yo solo se de mi; claramente sin ninguna posibilidad aún existe en mi menoría, así como la idea de que leas estas palabras y tu ser sienta la misma sensación que suele sentir el mío.
Las sensaciones en ocasiones son efímeras, pero ya ha pasado suficiente tiempo para darme cuenta que de alguna u otra manera nuestros ser siguen conectados pero sin que uno de ambos lo sepa.
Claro, como no me daría cuenta de tales sentimientos si cuando te miro siento más que mil deseos, siento como el cielo se me viene encima y como la tormenta y la calma se vuelven amigas, claramente siento como el verdadero tú se conecta con lo que aún guardo dentro de mi. No son mariposas, es el escandalo que ocurre cuando el mundo se para de repente pero el mismo corazón tuyo y mío sigue latiendo con un mismo sonido, provocando un ambiente diferente al que solemos tener. Que triste es que mi ser conozca el tuyo pero aún tu no el mío; pero aún sigo esperando el día en que me mires y sientas más que la necesidad de venir a conocer lo desconocido y sentir lo que haz soñado...