ABC for Dad

Prólogo

Disclaimer: Sword Art Online (SAO) es propiedad de Reki Kawahara y sus asociados. Esta obra fue hecha sin fines de lucro.

.

.

.

ABC for Dad

Prólogo

El primer día de escuela de todo niño es un suceso único tanto para el infante como para el padre que ve a su retoño dar los primeros aleteos hacia la vida. Los pequeños casi siempre están nerviosos y lloran a lágrima limpia cuando la persona que ha estado desde el día uno con ellos los deja en un lugar desconocido, lleno de otros niños que lloran, gritan y patalean.

Menos Yui.

De hecho, ella se había despedido con un saludo jovial de su padre que la veía con asombro y orgullo incontenible.

Yui Kirigaya siempre había sido dos escalones más despierta que los niños de su edad. No fue al preescolar a los cuatro años porque meses antes de que siquiera su padre considerara la idea, ella ya se sabía los colores, dibujaba y recortaba por si sola, además de que sus habilidades para socializar con otros niños ya eran bastante buenas.

Por tal razón su padre desechó la idea del preescolar y se concentró en el primer grado de enseñanza hasta que ella cumpliera siete años. En ese lapso la dulce Yui, de cabello y ojos color carbón como su padre, jugaba y aprendía cosas básicas para entrenar su motricidad, salía todos los domingos al parque con su padre para conocer a los niños que también iban ahí y practicaba día con día su aseo personal sin la ayuda de su nana.

Entonces, cuando el año escolar dio inicio y las siete primaveras le habían pasado, ella se levantó emocionada para darle la bienvenida a su primer día de escuela. Usando el uniforme blanco con lacitos rojos de la escuela subió al auto de su padre que con miedo contaba los segundos para dejar a su pequeña caminar sola. Como cualquier padre. Y como ella se despidió sin llantos ni dramas, él pensó que todo marcharía de maravilla y que su hija sabría manejar todo lo que se le pusiera enfrente.

Grande fue su sorpresa cuando aproximadamente cuatro horas después de haber dejado a Yui en la escuela, la maestra encargada le había llamado con urgencia solicitando su presencia en el plantel. Él no recuerda que excusa les puso a los ejecutivos con los que estaba reunido, ni tampoco a cuantos kilómetros aceleró su auto, pero en un parpadeo estaba trotando hasta el aula donde él y su niña se habían despedido.

Cuando Yui vio la silueta grande y varonil de su padre corrió hasta sus brazos, hipando mientras se tallaba las lágrimas en sus ojos.

"Hubo un problema con otros niños..." le había dicho la maestra con pena. Él, que cargaba protectoramente a su hija entre sus brazos, tuvo unas incontrolables ganas de entrar al salón y regañar a cuanto mocoso se le cruzara; cuando otros padres de familia llegaron en igual carrera que él.

Los sucesos del problema se habían desarrollado cuando la maestra emocionada por sus nuevos niños les había puesto a leer párrafos pequeños para corroborar su nivel de lectura. Cuando los niños con la dificultad esperada leían despacio las palabras escritas, Yui recitaba con total fluidez el texto, haciendo las pausas correspondientes, entonando con algunos fallos en las tildes, pero con una habilidad envidiable. Todos quedaron sorprendidos, la dulce niña de aspecto delicado apuntaba a ser el prodigio de la generación.

"¿Tú mami te ha enseñado a leer?" le preguntó la maestra con interés.

Yui se cohibió, agachó la cabeza y despacio susurró: "No tengo mamá"