𝑼𝒏𝒂 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 𝒚 𝒖𝒏 𝑹𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆

𝕮𝖆𝖕-3

Una vez llegamos a Hogwarts nada más bajar del tren, levante la vista y vi ese castillo, imponente y precioso en ambas partes. También vi a un señor muy alto creo que media más de 2 metros...

-Hola soy Hagrid-dijo-los de primer año y los recién llegados vendrán conmigo mientras los demás van con la profesora Mcgonnagall. Dicho esto vamos a las barcas-

Mire a Draco y el me dijo con la cabeza que fuese.-Nos vemos en el comedor peque-dijo el con mucho cariño-ve con ellos y no te preocupes-

-Lo intentare-dije para que el después me diese un abrazo y un beso en la cabeza.

Yo seguí a Hagrid y este nos ayudó a subirnos a las barcas, tardamos poco en llegar. Una vez en las puertas del comedor se nos acercó una señora.

-Soy la profesora Mcgonnagall, y soy la profesora de transformaciones, vosotros tenéis que entrar cuando diga vuestros nombres... ¿Entendido?-ninguno de los presentes articuló palabra alguna-bien una vez allí tenéis que sentarnos y el sombrero seleccionador os asignará una casa. Son cuatro, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin-

Mucho más pronto de lo que pensé me tocó entrar asi que me puse frente a la puerta-Está alumna se une con nosotros en quinto año, por favor un aplauso para Hannah Malfoy-nada más oír mi nombre entre por la puerta y me dirigí a la silla colocada enfrente de toda la escuela.

-Mmmm otra Malfoy-dijo el sombrero selecciónador-sim embargo no eres igual que los demás de tu familia, tienes sed de probarte a ti misma y eres muy sabia, además de que tienes un gran corazón, serías una muy buena Gryffindor, pero te voy a poner en....¡¡Slytherin!!-

Me alegré mucho al acabar en mi casa soñada junto a mi hermano, pero al levantarme de la silla y dirigirme a mi mesa vi a un chico bastante guapo y que yo creía conocer.... El nada más verme se giró muy indiscretamente haciendo que yo me ría.

Hola , soy Matteo...-y tras una breve pausa dijo-Riddle..

-Oh, hola yo soy Hannah Malfoy-dije estirando mi mano para que el me correspondiese el apretón-

-Asique tu eres la famosa hermana del príncipe Slytherin.... Encantado-dijo, pero en vez de darme la mano me acerco a el y me dio un beso en cada mejilla haciendo que yo me ponga colorada-¿la pequeña Malfoy se ha puesto colorada gracias a mi?-dijo con una sonrisa arrogante-

-Deja a mi hermana tranquila Riddle-dijo mi hermano acercándose rápido hacia nosotros dos-

Relaja Malfoy-dijo Matteo con una odiosa sonrisa en su cara-ambos sabemos que tú hermanita no va a tardar mucho en caer a mis encantos-yo al oír eso no me pude contener y le di un tortazo en la cara que sonó bastante, pero justo después de eso me arrepentí de haberlo hecho...

-¡Mierda! Lo siento mucho, no me pude contener cuando hablas así de mi-le dije.

-Tranquila pequeña Malfoy....además me gusta que me desafíes-esto último lo dijo susurrando en mi oído haciendo que se me erice el vello de mi cuerpo...

-Pues no va a ser la última vez que lo haga-murmuré cuando el se había dado la vuelta y pensé que no me escuchaba-

-¿Que has dicho enana? Repítelo en mi cara-dijo acompañado de una mirada de amenaza-

-Que no va a ser la última vez que lo haga-dije mirándolo de la misma manera que el me lo dijo a mi, al parecer le sorprendió que una chica se le hubiese encarado de tal manera.

-Despues de comer en la torre de astronomía a las 5 y media... Vamos a sentarnos que estamos haciendo el espectáculo-dijo mirando al alrededor-¿¡Nunca habéis visto una pelea!? Pues dejar me mirar y estar a lo vuestro-grito.

-No creo que mi hermano me deje ir-dije yo bajando la cabeza.

-No importa, te escapas-dijo Matteo con su preciosa sonrisa.

-Luego tengo que ir con la señorita Pomfrey a que me cure una cosa de la mano... ¿Me quieres acompañar?-pregunté tímida.

-Si claro, te acompaño-dijo amable-bueno vamos a la mesa a comer que seguimos de pie en medio del comedor...-agregó Matteo riendo-

-Uy si es verdad... Además desafiarte me ha dado hambre-dije yo riendo.

-Sisi vamos enana...

-Hey no soy enana lo que pasa es que tú eres un poste jajajaja-le dije interrumpiendole.

Más tarde después de comer fui con Matteo a que la señorita Pomfrey me curara las heridas de las manos. No fue muy interesante a decir verdad sólo me hecho alcohol, me vendo la mano y me pidió que por favor no lo hiciese más.
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