— ¡Sophie! —gritó Jess de la nada, matando del susto a la castaña.
— ¡¿Qué?! —contestó ella.
— ¡¿Sabes qué día es hoy?!
— ¡No!
—Bien, hay que dejar de gritar, parecemos locos —repuso Jesse bajando la voz—. ¿Realmente no sabes qué día es hoy?
—Estoy casi segura de que hoy es sábado —dudó Sophie.
—Me refiero al número, Solecito —dijo el chico en tono burlón.
Hace días que finalmente habían terminado con sus obligaciones en el trabajo y después de treinta y seis horas seguidas de sueño, estaban como nuevos. La mayor parte del tiempo lo pasaban juntos y en ocasiones también con Jules, quien había decidido pasar un par de meses en la ciudad, aunque quizá eso se deba a que el pelinegro extravió su pasaporte y hasta que se lo tramitan de nuevo podrá regresar a Irlanda. Ahora se encontraban en el sofá de Sophie mirando TV después de haber comido.
—Es catorce —contestó, extrañada por la actitud de su amigo.
— ¡Sophie! —gritó de nuevo—. ¡Es catorce de febrero! ¡Día de los Enamorados, o algo! —exclamó.
— ¡Deja de gritar, Jess! —pidió Soph riendo—. Vaya, ¿ya es de nuevo catorce de febrero? El tiempo pasa muy rápido.
— ¿Harás algo más tarde? —preguntó el chico tomando el control de la pantalla plana y cambiando los canales hasta que encontró un episodio de How I Met Your Mother.
—No sé si lo recuerdas, pero no tengo un novio —se rio.
—Salgamos —propuso él, secretamente utilizando todos los sentidos de la palabra—. Salgamos a repartir amor por el mundo.
—No somos una pareja, Jesse —le recordó divertida, secretamente también recordándose eso a sí misma. Jesse rodó los ojos.
—Eso ya lo sé, Solecito. Me refería a como amigos.
—Sal con Jules, ya sabes que ese pobre diablo ama salir a donde sea. Incluso saliendo del baño él ya es feliz.
—Tiene planes —bufó Jess—. Su mensaje decía algo como "Hoy saldré con un chico francés muy caliente que conocí en el metro... Ese podrías ser tú, pero te gustan las chicas, ugh. Como sea, lo siento. Ten mucha diversión y come helado de vainilla, es muy bueno. Dile a Sophie que le deseo un feliz día, y que coma helado de vainilla también" —leyó el mensaje en su celular.
—Creo que le gusta el helado de vainilla —señaló ella entre risas.
—De hecho, no. Sólo lo come mezclado con whisky, así que en realidad nos está incitando a que llenemos de alcohol nuestra sangre —explicó el ojiverde.
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"Casi" nunca es suficiente.
Подростковая литератураEn otra vida, Sophie y Jesse tal vez podrían estar juntos. Pero por ahora, deben mantenerlo oculto. -historia terminada- stayinvisible_