BakuDeku / DekuBaku: Buen chico +18

Parte 5: Hasta el último segundo

El rubio se despertó primero una vez más, justo a tiempo antes de que sonara la alarma. La pagó y cogió como pudo su teléfono móvil para enviar un mensaje a Kirishima, "Cúbrenos en el desayuno si alguien pregunta por nosotros". No quería levantarse, ni tampoco que lo hiciese Izuku, estaba demasiado cómodo acurrucado contra él, sintiendo su respiración contra su propio hombro.

Lo que Katsuki no sabía era que el de pelo verde tampoco estaba dormido, aunque lo disimulaba bien. Al igual que el mayor no quería levantarse de la cama, y siendo éste su último día de arresto domiciliario quería aprovecharlo bien, alargando estos pequeños ratos al máximo.

Por el cambio en su respiración el rubio notó que estaba despierto, así que lo estrechó fuertemente entre sus brazos, hundiendo su rostro entre el pelo de Izuku.

- ¿Fingiendo estar dormido? - tras oírlo el de pelo verde lo abrazó con fuerza.

- No me quiero levantar...

- Yo tampoco - confesó, llevando una de sus manos a la mejilla de Izuku para obligarlo a levantar la mirada y comenzar a besar sus labios - Quiero aprovechar tu último día de arresto.

Parece que coincidían en esa idea. Tras haber aprobado el examen de la Licencia Provisional probablemente Deku estaría ocupado, si les pedían sacarse esa licencia probablemente sería para algo, y Katsuki tendría que acudir al curso de 3 meses que le daría acceso a otro examen para obtener la suya. No iban a tener días como estos en mucho tiempo, era una ocasión que no pensaban desperdiciar. Además... Estaban completamente solos en todo el edificio, los demás ya estaban en clase.

Aunque no estaba dormido, el menor tampoco estaba despierto del todo, seguía adormecido, no había acabado de escuchar bien lo que había dicho el rubio, pero sintió sus cálidos labios sobre los suyos. Correspondía con torpeza, hasta que sintió algo húmedo sobre su cuello. Eso acabó de despertarlo por completo.

- KACCHAN - dijo sobresaltado y tartamudeando, viendo como lamía su cuello.

Por su parte el mayor seguía a lo suyo, recorriendo con la lengua todo el cuello de Izuku, desde la clavícula hasta la barbilla - No podemos aprovechar bien el día si sigues haciéndote el dormido.

Nunca lo admitiría, pero sólo el hecho de encontrarse al mayor haciendo ese tipo de cosas nada más despertar le excitaba. Le hacía sentirse deseado.

- Yo también quiero - se quejó el menor. El mayor estaba en una posición en la que le impedía acceder a su cuerpo, era frustrante. Éste se echó hacia un lado, de costado, invitando a Izuku a acercarse, levantando la pierna para rodear con ella la cintura del contrario. 

- Ven aquí - el menor obedeció, entrelazando sus piernas con la pierna libre de Katsuki. Izuku llevó su mano al cuello del rubio, acercando su rostro para besarle. Le resultaba sumamente adictivo besarle, estaría así toda la vida: las caricias, los roces de sus cuerpos, sentir tan cerca la respiración ajena, sus lenguas comenzando a tantease, lamiendo primero los labios ajenos para después lamerse entre ellas. Y el calor.

"Es sofocante" pensaba el de pelo verde. Entre los besos y la cercanía del cuerpo del mayor sentía un calor increíble; decidió romper el beso por un momento para quitarse la camiseta:

- Tú también - ordenó jadeante. Éste obedeció, dejando a la vista su abdomen, esa parte que hacía babear a Izuku. No tardó ni un instante en volver unir sus labios para besarse con ferocidad, entrelazando sus lenguas una vez más, y en llevar sus manos al cuerpo del mayor para explorarlo, empezando por su cuello, el cual acarició con suavidad en su descenso hacia su pecho. Se detuvo allí, palpándolo con curiosidad. Mientras tanto sonidos obscenos salían de sus bocas debido al ruido que hacían sus lenguas al chocar la una contra la otra, Katsuki había tomado el control en aquellos besos, se habían tornado agresivos y necesitados, cada vez más profundos.