BONANZA - CAMREN

Capítulo 1 - Su regreso

POV Lauren

—¿Qué tanto ven? — pregunté curiosa al verlos a todos reunidos viendo el televisor.

—Es el caso de una chica desaparecida. — dijo Dylan y fruncí el ceño. ¿Por qué les gustaban ese tipo de noticias?.  Seguí mi camino a mi oficina. Odiaba los noticieros, solo mostraban desgracias.

—Buenos días, señorita Jauregui —saludó mi secretaria levantándose para seguirme a mi oficina.

—Buenos días, Emilia. ¿Qué tenemos para hoy?. — me senté en mi gran silla y encendí la pantalla de mi computadora.

—Sólo el almuerzo con los franceses Adrien y Antoine, a las 13 horas en el Ferraro. — fue inevitable poner mis ojos en blanco. Le encantan los lugares lujosos. — Su chofer estará abajo esperándola.

—Bien, en ese caso nos tomamos la tarde libre. ¿Tiene algún plan para esta noche, señorita Clarke? — sonreí al ver como se sonrojaba y bajaba la mirada.

—No... — respondió casi de manera inaudible.

Suspiré. Podría invitarla a cenar conmigo. Emilia era una chica solo dos años menor que yo, muy responsable, educada y muy linda, pero no quería complicar las cosas. Era evidente que gustaba de mí y ella me atraía de una manera diferente al resto de las mujeres. Era adorable y tierna, y tenía un humor algo diferente, y su risa si que era extravagante, pero a ella le avergonzaba así que pocas veces podía disfrutar de ese sonido.

—Entonces será un viernes para descansar. Yo haré lo mismo — levantó su mirada y asintió.

Era increíble la fama que había construido la prensa de mí.  Ni siquiera me acercaba a conversar con mujeres, había perdido el interés en las relaciones hace mucho, y aun así me ganaba titulares de "sentimental".

—Puede retirarse señorita Clarke. —La miré atenta porque no se movía. Sonreí. Llevaba trabajando conmigo más de un año y aún conservaba aquella postura tímida e insegura a pesar de haberle dado un poco más de confianza para dirigirse a mí. —¿Quieres decirme algo más? — abrió su boca para hablar, pero no dijo nada. Negó y salió de mi oficina.

Comencé a trabajar y de repente la puerta se abrió y allí estaba ella nuevamente.

—Me preguntaba si le gustaría cenar conmigo hoy— dijo rápidamente dejándome aturdida.

Llevó sus manos a su espalda y se movía inquieta.

Adorable.

—Quizás en otra oportunidad, Emilia. Hoy en verdad necesito descansar, pero agradezco la invitación.

Vi como se apagaba el brillo en sus ojos y asintió bajando la cabeza.

Maldición.

Volvió a mirarme con una sonrisa que más bien parecía una mueca.

—No se preocupe. — y se retiró.

Resoplé dejando caer mi cabeza hacia atrás. Era lo mejor. Yo no era una persona para salir ni establecer una relación.

La mañana pasó rápido. Me despedí de mi secretaria antes de salir en dirección al restaurante con los franceses, la cual se extendió más de lo esperado, pero fue muy provechosa.

Recibí una llamada de mi amiga camino a casa.

—¿Dónde estás?

—Hola, bien ¿y tú? — contesté para molestarla.

—Siempre estás bien, culona. Dime dónde estás y qué haremos esta noche.

—No lo sé, Lex, ¿Qué te parece hacerme compañía en mi sofá, netflix y algo para comer?