Tamara Rawlins
"¿Quieres salir el viernes?"
Una simple pregunta que hace que las manos me suden y mi corazón comience a palpitar.
Sebastian me mandó un mensaje el martes a medio día después de salir de su práctica de futbol y desde entonces no hemos parado de mensajearnos. Hablamos de todo un poco, principalmente de música y de la universidad, ningún tema muy serio hasta que me hizo esa pregunta. Aunque le dije que sí, ahora estoy tan nerviosa que no sé qué hacer.
— ¿Cómo te fue con Marcus? — le pregunto a Ángela cuando entra a la sala.
— Asunto arreglado, lo voy a ver mañana y el domingo, todo el fin de semana para mí— contesta mi amiga, pero no suena emocionada más bien es una de sus típicas contestaciones genéricas.
Me le quedo viendo analizándola, ya no desborda emoción por Marcus. ¿Será que sus sentimientos están cambiando? ¿Y si es así porque no lo acepta y sigue con su vida?
— ¿Entonces vas a salir con Sebas? — me interroga. La sola mención de su nombre hace que me sonroje.
—Eh... sí, vamos a ha-hablar sobre cuando le puedo ayudar con el piano y las partituras— decirlo en voz alta me hace tartamudear. << Estoy perdida>>
— ¿Y te vas a poner eso? — pregunta mi amiga mirándome de abajo hacia arriba, de mis pantalones tipo boyfriend a mi suéter azul cielo.
— Me dijiste que me pusiera algo con lo que estuviera cómoda y que fuera casual.
Ella niega con la cabeza, pero sonríe. Le parezco un caso perdido porque en verdad lo soy. Claro que quiero verme bonita para mi encuentro con Sebastian, la cual sigo sin estar segura si es una cita o no, pero quiero que me quiera por ser yo, no por mi físico o mi dinero.
— Oye está bien— levanto la mirada al escuchar las palabras de mi amiga— no tienes que cambiar tu forma de vestir por nadie, solo déjame mejorarlo un poco.
Se agacha a doblarme el pantalón de la parte de abajo, me faja un poco el suéter, me acomoda el cabello y por último me hace ponerme un poco de rubor y brillo labial.
—Voy a estar en mi cuarto leyendo por si necesitas algo— sonríe satisfecha subiendo las escaleras mientras sus tacones hacen ruido contra el mármol.
Ángela parece la típica chica creída y superficial, pero solo por la vida la hizo así. En realidad, es considerada y buena persona, pero a veces se cree demasiado su papel.
Me dirijo a la cocina a tomar un té para relajarme, Dios sabe que lo voy a necesitar.
— Te juro que es el mayor imbécil que he conocido en mi vida— entra Ángela exclamando dramáticamente. —Ve lo que me mando ese troglodita, mataría a Sebastian por haberle dado mi número, pero todavía lo necesito con vida para llevarte a tu cita romántica, si no fuera por eso ya estaría tres metros bajo tierra.
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Entre besos y engaños.
ChickLitÁngela Brown, ante los ojos de la gente siempre ha sido la chica perfecta, ahora en la universidad tiene todo lo que siempre ha deseado; vive con su mejor amiga, estudia en una de las universidades más prestigiosas del país, tiene un grupo de amigos...