Ryeowook estiró su mano para alcanzar su teléfono que vibraba hace ya un buen rato. Abrió sus ojos con lentitud a medida que deslizaba su dedo por la pantalla.
Subió las sábanas blancas para taparse y aguardó a que la persona tras la línea hablara.
—Hoy tampoco llegó Ryeowook.
—Yoona, tú misma me dijiste que te había llamado para decirte que se quedaría trabajando hasta tarde.
—No está trabajando – la rubia hizo una pausa – Tengo que contarte algo.
Ryeowook se sentó en la cama procurando no destaparse. Se había preocupado.
— ¿Qué, ¿qué sucedió?
—Encontré un anillo debajo de la cama Ryeowook, que hago amigo.
— ¿Estás segura?
— ¡Por supuesto que sí!... además el tamaño de ese anillo no coincide con mi dedo ni mucho menos con el de Él– reclamó entre sollozos – Yesung me engaña y lo peor de todo es que lo trajo a la casa, lo hizo en nuestra cama estoy segura... ¿Qué clase de persona hace eso? Ryeowook, ¿Él no te ha dicho nada?... ¿No lo has notado extraño? Trabajas con él... debe de desaparecer en algún momento del día.
—Yoona, trabajamos en pisos totalmente diferentes y he tratado de seguirlo como me lo has pedido en los últimos días, pero en verdad no noto nada extraño.
— Ryeowook, me voy a Jeju por una semana. Necesito que cuides a Yesung y que me cuentes cualquier cosa extraña que veas. Te juro que cuando encuentre a la maldita prostituta que se está acostando con mi novio... - no terminó su oración. El llanto de Yoona le impedía hablar.
—Tranquila... te informaré de todo. Le colocaré un GPS de ser necesario.
—Gracias – dijo entre hipidos – lamento haberte despertado tan tarde, pero no sabía a quién acudir.
—Voy a estar aquí siempre.
—Lo sé.
Ryeowook cortó la llamada, lanzando su teléfono a los pies de la cama donde golpeó las pantorrillas de la persona que dormía a su lado. Éste gruñó volteando para mirarlo, el golpe lo despertó.
Ryeowook lo miró con la culpa recorriéndole cada célula de su cuerpo, tenía que detener esa locura, no podía seguir haciéndole eso a su amiga.
—Ven... - le dijo Yesung y lo acercó a su cuerpo desnudo para luego abrazarlo con fuerza.
Sus piernas se entrelazaron, Yesung besó su cuello y de un segundo a otro, cuando el beso pasó a otro nivel, Ryeowook olvidó que Yoona había llamado, olvidó que su amiga sufría, olvidó que ya no era la primera vez que se prometía a si mismo alejarse del novio de amiga.
Porque la tarea de "cuidar" y "vigilar" a Yesung era equivalente a dejar un gato cuidando una carnicería.
Era algo imposible para Ryeowook.
ESTÁS LEYENDO
LO PROHIBIDO
Short StoryJugar con lo prohibido puede ser lo mas tentador del mundo pero no nos damos cuenta que daño podamos estar causando, pero cuando quieres salir del juego ya no puedes hacerlo...