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Illumi se encontraba posado sobre la ventana viendo hacía el enorme jardín que poseía frente a él

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Illumi se encontraba posado sobre la ventana viendo hacía el enorme jardín que poseía frente a él.

La flores rojas le recordaban a su ahora compañero de trabajo, cuyo mencionado no había visto hacia ya más de tres semanas, pero con la excepción de que no era tan raro ahora, ya que comenzaba a ser una costumbre qué este se esfumara como el humo en el aire, comenzaba a ser algo normal por parte de el mago.

"¿Ahora donde se habrá metido?".

Como si su pensamiento se tratase de un conjuro ahora el mago se encontraba posado frente al jardín que anteriormente ya había sido mencionado.

Al parecer notó la vista fija sobre él, y enseguida se giró en busca de el dueño de la mirada, cuando se percató de que era Illumi solo se digno a saludar de lejos y con su tan característica sonrisa.

La presencia de alguien más se había presentado a espaldas de el pelinegro y solo espero a que este hablara o hiciera algo en concreto.

- Disculpe, joven amo.- la voz de uno de sus mayordomos se hizo presente a sus oídos, haciendo que esté volteara a verlo.- Lamento interrumpirlo, pero el joven Hisoka se encuentra esperándolo en el jardín.

- Gracias, iré enseguida.

Así como él había dicho, acató su propia orden y se dirigió al jardín en busca de Hisoka.

Cómo se esperaba y el mismo ya había visto, el hombre mencionado se encontraba de cunclillas mirando las flores rojas que ahora se encontraban a escasos centímetros de su rostro.

- Hisoka.

- Illu~. No me habías dicho que tú jardín era tan hermoso.

- No creí que fuera de gran relevancia, ¿te gusta?.

- Me encanta, es llamativo y hermoso, como su dueño.

Illumi también se había puesto de cunclillas admirando de igual manera las flores que se encontraban ahora en las manos de Hisoka.

- Huelen muy bien, tomalas.- Hisoka tomó la mano de Illumi y sobre su palma colocó las pequeñas flores.

- Son bonitas.

- Sí, lo son, pero tú eres más lindo illumi.- Hisoka tocó repentinamente la mejilla de Illumi, haciendo que este la golpeara al instante. - Ouh, que agresivo.- el pelirrojo soltó una risita y solo miró su mano golpeada.

- Debiste decirme que tocarias mi rostro.- musitó el pelinegro.

- Lo sé, lo olvidé. ¿Puedo tocar tu rostro?.

- Sí, puedes hacerlo.

Hisoka solo tomó una de las mejillas de Illumi en su mano y acariciaba su pómulo con su pulgar.

A pesar de que el tocar su rostro no había sido parte de un acuerdo, Hisoka a la mala entendió que no debía tocar el cuerpo, rostro o cabello de Illumi sin antes avisar.

𝑫𝒐𝒏'𝒕 𝒍𝒆𝒂𝒗𝒆 𝒎𝒆 | 𝑯𝒊𝒔𝒐𝒊𝒍𝒍𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora