amor gitano

CAPITULO 10

-María se encamino decidida hacia la cabaña que compartían sus hermanos

Desde la puerta pudo distinguir entre la multitud la figura de José en un picadero domando una preciosa yegua color café , busco con la mirada parándose en la entrada de una cuadra a Nicolás y Samuel ,nada ni rastro de ellos- ¿ Donde se abran metido? , - Murmuraba angustiada el corazón le latía apresuradamente tenía que encontrarlos y rápido, unos sonidos llamaron su atención asomo su cabeza dentro de la cuadra y suspiro aliviada.

-Samuel – Dijo casi sin aliento al contemplarlo con su melena recogida en una especie de moño con su pecho desnudo cargando unas balas de paja –

-María ¿qué hacer aquí?- Pregunto acercándose a ella rápidamente estrechándola contra su cuerpo-

-¿Qué te ha pasado?- Pregunto preocupado tomándola por el mentón levantando su rostro - ¿Ha sido el verdad? Lo voy a matar – Dijo dirigiéndose a la puerta de la pequeña cuadra, María se interpuso en su camino cortándole el paso –

- Estoy bien luego te explicare todo, ahora tienes que escucharme es muy importante amor por favor – Rogaba María intentando retenerlo aferrada a sus fuerte brazo Samuel vacilo por un intente y suspiro profundamente tratando de contener su ira –

-¿No lo entiendes verdad? estas semanas han sido un verdadero infierno para todos nosotros sin tener noticias tuyas, ahora de buenas a primeras te presentas aquí marcada ¡por ese hijo de perra! y aun me pides que me quede quieto,

-María lo miraba con temor – Esto ya es demasiado María, si no la matan tus hermanos te juro que yo le arrancare la vida lentamente, alguien tiene que pararle los pies a ese mal nacido-

-Tienes razón Samuel pero ya abra tiempo para eso, las cosas en la casa no están bien y no podía dejar a Rocío sola para venir a verte – Reconoció con amargura – Debido a su embarazo el señor no le permite alejarse tanto de la casa lo siento- Las lagrimas resbalaban por su rostro calendo en tierra, a Samuel se le partió el corazón, no podía ser tan duro con ella, Samuel la abrazo con ternura besando su cabello.

- Perdóname, no tenía que haber descargado mi ira sobre ti lo siento –María elevo el rostro mirándolo directamente a los ojos .-Esta situación está acabando con migo, por un lado Rocío y su pérdida de memoria por no hablar de su embarazo, tú en esa casa sola e indefensa con el culpable de todos nuestros males, a sabiendas que tu destino puede ser el mismo o peor y por otro lado la cólera de Nicolás estos últimos días está fuera de sí, José ya no sabe que mas hacer con él nos da miedo que se escape e intente entrar en el casa y la saque aunque sea a fuerza – Samuel suspiro – Solo me faltaba ver que te ha faltado al respeto asta a tenido el valor de levantarte la mano esto ya es colmo .-Decía Samuel apretando los puños enfureció, María rodeo su rostro con ternura tratando de calmarlo.

- Samuel no te falta razón pero ahora tienes que ayudarme, más tarde nos pondremos al día y trazaremos un plan pero ahora es muy importante ¿donde está Nicolás?- Pregunto preocupada- Rocío esta aquí –Samuel se quedo helado por la noticia.

-¿Aquí en los picaderos? – Pregunto incrédulo.

- Si esta encaprichada con su yegua y ya no la pude retener por mas tiempo en l casa ,abra perdido la memoria pero bien sabes lo cabezota que es, su temperamento no ha cambiado Samuel sigue siendo la misma, gracias a Dios – Informaba María – Nicolás no puede verla ¿sabes la reacción que puede tener?

- Por supuesto, ese es capaz de contrale todo o llevársela directamente. Tranquila lo encontramos no puede estar lejos ya hace mucho que volvió con el semental.

- Yo tengo que volver con ella no me gusta dejarla sola y menos con ese desgraciado en la propiedad.

-Rocío esperaba a María junto la carreta el sol brillaba en lo alto era agradable un poco de aire fresco, cerró los ojos tratando de guardar esos pequeños regalos en la, memoria, de fondo se podía escuchar el sonido de las aguas pues el rio no se encontraba muy alejado el sonido del agua junto con el canto de los pajarillos era maravilloso .De repente una voz la saco de su embelesamiento, abrió sus ojos de par en par.